MADRID, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de la National Research University Higher School of Economics (HSE) de Rusia ha descubierto que los viajes espaciales tienen afectan significativamente al cerebro, ya que producen cambios en la conectividad cerebral, la percepción y el movimiento.
Durante los vuelos espaciales los astronautas están continuamente expuestos a la ingravidez, lo que requiere adaptación y puede causar cambios en el organismo. En este sentido, el estudio, publicado en 'Frontiers in Physiology', ha utilizado imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para medir la conectividad cerebral en 11 astronautas.
El equipo realizó fMRIs cerebrales en los participantes antes y después del desarrollo de misiones espaciales que duraron un promedio de seis meses. Estos datos fueron comparados con los de voluntarios sanos que se habían quedado en la Tierra. De este modo, pudieron observar cambios en las conexiones cerebrales de los cosmonautas.
Los hallazgos han puesto de relieve una disminución de la conectividad entre la corteza cerebral y los núcleos vestibulares. Bajo la gravedad de la Tierra los núcleos vestibulares son responsables de procesar las señales procedentes del sistema vestibular, pero en el espacio el cerebro puede reducir el peso de la actividad de estas estructuras para evitar información contradictoria sobre el medio ambiente, han explicado los investigadores.
Por otro lado, descubrieron que tras un vuelo espacial las conexiones entre el cerebelo y otras estructuras, particularmente las responsables del movimiento, disminuyen. Asimismo, estas imágenes mostraron un aumento de las conexiones entre la corteza insular en los hemisferios izquierdo y derecho, y entre la corteza insular y otras áreas del cerebro.
Así, Ekaterina Pechenkova, investigadora de HSE, ha explicado que el aumento de la conectividad entre la corteza insular en los hemisferios izquierdo y derecho fue mayor en aquellos astronautas que experimentaron un proceso de adaptación inicial más incómodo en la estación espacial, por ejemplo, aquellos que sufrieron sensación de vértigo.
Los investigadores han concluido que estos datos ayudarán a entender mejor los diferentes periodos de adaptación para un vuelo espacial, y a desarrollar una formación individual más eficaz, así como programas específicos para viajeros espaciales.