Archivo - Representación creativa de las partículas del virus del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.
Archivo - Representación creativa de las partículas del virus del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. - NIAID - Archivo
Publicado: lunes, 18 julio 2022 18:39

MADRID, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un nuevo estudio revisado por pares del University of Colorado Anschutz Medical Campus (Estados Unidos) ha ofrecido respuestas a por qué delta es la variante más letal del SARS-CoV-2.

Desde junio, el número de infecciones por COVID-19 comenzó a aumentar de nuevo, ya que la variante ómicron empezó a recoger mutaciones de la variante delta que dieron lugar a las nuevas subvariantes BA.4/BA.5. De todas las cinco variantes conocidas, que han demostrado eludir los anticuerpos terapéuticos y las vacunas desarrolladas contra el virus original del SARS-CoV-2 no mutado, la variante delta es la más virulenta y provoca síntomas graves y una mayor mortalidad entre las personas infectadas.

En su trabajo, publicado en la revista científica 'Journal of Molecular Biology', los investigadores realizaron sólidos análisis biofísicos de la variante delta y de las mutaciones individuales que la componen.

"Nuestros hallazgos ayudan a explicar por qué los pacientes que han sido vacunados siguen siendo capaces de infectarse por las nuevas variantes y por qué los pacientes que han contraído la variante delta son más propensos a ser hospitalizados", explica uno de los autores del trabajo, Krishna Mallela.

Los investigadores identificaron el efecto de los residuos mutados en el dominio de unión al receptor (RBD) a través del cual el SARS-CoV-2 se une a los receptores ACE2 que disminuyen la capacidad de neutralización de los anticuerpos aprobados y del plasma policlonal de los pacientes recuperados.

"Debido a que sabemos que las vacunas son cada vez menos eficaces contra las variantes emergentes del SARS-CoV-2, es importante entender qué mutaciones están causando esta disminución de la capacidad de neutralización", detalla Mallela.

Los científicos esbozan información crucial sobre los residuos mutados que ahora aparecen con frecuencia en las variantes del SARS-CoV-2.

"Desde que hemos realizado análisis individuales de estas mutaciones, tenemos una comprensión fundamental de cómo algunos residuos están afectando al escape inmunológico y a la infectividad del SARS-CoV-2", comenta Mallela.

Los investigadores descubrieron que delta presentaba características biofísicas únicas, a diferencia de las variantes anteriores alfa, beta y gamma. El sistema inmunitario humano genera anticuerpos para neutralizar el virus en respuesta a la infección.

Estos anticuerpos neutralizantes se han clasificado en diferentes clases, dependiendo de la ubicación de su epítopo en el RBD, y algunos de estos anticuerpos han sido aprobados previamente para su uso de emergencia.

Los resultados del laboratorio de Mallela indicaron que la variante delta ha evolucionado para escapar de los anticuerpos de clase 2 y 3, en lugar de mejorar la unión al receptor o escapar de los anticuerpos de clase 1.

Los anticuerpos de clase 1 se unen a la RBD sólo en la conformación ascendente, en la que la RBD es accesible a la unión de la ACE2, mientras que los anticuerpos de clase 2 y 3 se unen a la RBD independientemente de si está en la conformación ascendente (accesible a la ACE2) o descendente (inaccesible a la ACE2). Delta también muestra una mayor expresión de la proteína.

Se cree que una de las mutaciones de la variante delta, T478K, ha evolucionado a partir de pacientes infectados con variantes anteriores del SARS-CoV-2. Se ha demostrado que esta mutación escapa a los anticuerpos generados por infecciones anteriores de COVID-19.