MADRID 13 May. (EUROPA PRESS) -
Un proyecto de investigación que lidera la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) trata de identificar la dosis correcta de ejercicio físico que puede realizar una persona que padece una enfermedad pulmonar crónica, especialmente en pacientes con fibrosis quística que toman fármacos de nueva generación capaces de modular y corregir la disfunción del receptor CFTR .
El estudio, que ha obtenido financiación en la última convocatoria de I+d+i en salud del Instituto Sanitario Carlos III, cuenta también con la participación de los hospitales madrileños La Paz, Ramón y Cajal y Niño Jesús y Gregorio Marañón, así como también la Universidad Europea de Madrid, el Centro de Tecnología Biomédica y la ETSI de Sistemas Informáticos de la UPM.
La investigación parte de la premisa de que el ejercicio mejora la salud muscular, la composición corporal, la condición física y la función pulmonar en general, consiguiendo aumentos de la masa muscular con mejoras de la fuerza de musculatura periférica y de músculos respiratorios. Los investigadores esperan queesto suceda sin aumentar los biomarcadores de daño muscular en niños y adolescentes bajo tratamiento del fármaco modulador/potenciador del receptor CFTR.
De ser así, estas mejoras musculares regularán el estado inflamatorio sin afectar negativamente al metabolismo y la acción de los fármacos y contribuyendo a mejorar la calidad de vida y el estado general de los niños y adolescentes que participan en el programa de ejercicio.
La investigadora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPM y coordinadora del proyecto, Margarita Pérez Ruiz, lidera un equipo multidisciplinar formado por pediatras especialistas en neumología, médicos especialistas en medicina del deporte, biólogos, ingenieros biomédicos, profesionales de ciencias de la actividad física y el deporte y fisioterapeutas.
"La idea presentada en este proyecto surge de la necesidad planteada en el nuevo contexto de la enfermedad, donde el personal clínico, la familia del paciente y la propia persona que padece fibrosis quística necesitan identificar dosis de ejercicio individualizado y la posible interacción con la toma de nuevos fármacos moduladores", ha explicado la investigadora de la UPM.
La fibrosis quística es la enfermedad rara con mayor prevalencia entre los menores. Desde que en 1938 se describió la enfermedad con una mortalidad cercana al nacimiento, los avances de la investigación han conseguido mejorar la supervivencia, aunque continúa limitando la calidad de vida, y genera una carga importante de atención asistencial para los enfermos y sus familias.
La reciente incorporación de los moduladores/potenciadores del "Cystic fibrosis transmembrane conductance regulator" (CFTR) ha mejorado los tratamientos, pero hace necesario conocer los efectos secundarios de los mismos, los efectos extrapulmonares y la posible interacción con otros fármacos y con el ejercicio.
"El estudio que hemos planteado analiza el funcionamiento del receptor. Para ello, se plantea, además, determinar los efectos del estímulo de diferentes intensidades de ejercicio simuladas por estimulación eléctrica sobre fibras musculares en cultivo con distinto grado de disfunción del CFTR sobre los canales de cloro, la actividad mitocondrial, la capacidad de formación de nuevas fibras musculares, así como la adecuada relajación/contracción muscular", han explicado los expertos.
IMPACTO EN EL ÁMBITO DE LA SALUD, ECONÓMICO Y SOCIAL
Los resultados podrían tener importantes repercusiones desde el punto de vista de la salud, pero también en la esfera económica y social. En el caso de la salud, el impacto es directo sobre el paciente ya que, según ha explicado Margarita Pérez Ruiz, permitirá tener conocimiento sobre una herramienta, el ejercicio, fundamental para mantener su calidad de vida e importante para el pronóstico de su enfermedad y sobre actualizará dosis y tipo de ejercicio e informará al médico de los cambios fisiológicos que se producen en el paciente.
Desde el punto de vista económico, la repercusión radica en la propia prevalencia de la fibrosis quística, la más frecuente de las enfermedades raras de la infancia y que potencialmente podrá convertirse en la más frecuente de las enfermedades raras en el adulto.
"Teniendo en cuenta que el coste medio anual del tratamiento de la fibrosis quística supera los 50.000 euros en la mayoría de los casos y que la promoción del estilo de vida en general y del ejercicio en particular se considera una estrategia altamente rentable para la población general, parece no sólo importante, sino también imprescindible acompañar al paciente de fibrosis quística con un análisis profundo, innovador y riguroso del impacto del ejercicio sobre su enfermedad", ha añadido la investigadora.
Por último, desde el punto de vista social, este proyecto impactará directamente sobre las familias de los pacientes de fibrosis quística, ya que conocerán las ventajas de la integración del ejercicio de forma directa y a través de expertos en el área y no como simples recomendaciones sin pautas concretas ni herramientas para poder llevarlas a cabo.
"Además, el estudio estará enfocado en empoderar al paciente de fibrosis quística como modelo de autocuidado importante para una sociedad como la nuestra, con tasas de sedentarismo infanto-juvenil alarmantes. En este ámbito cobra especial interés desde la perspectiva de género, el potenciar el modelo de autocuidado que puede aportar el paciente de firbrosis quística sobre las niñas y adolescentes en las que el sedentarismo es un problema de salud especialmente grave", ha finalizado Pérez-Ruiz.