MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del King's College de Londres (Reino Unido) han profundizado en el papel que juegan los relojes circadianos dentro de las propias células musculares.
El estudio, realizado con modelos animales, analiza cómo la alteración de estos ritmos internos -frecuente en trabajadores por turnos- podría tener implicaciones clave en el funcionamiento y el envejecimiento del tejido muscular.
LAS CÉLULAS MUSCULARES TIENEN SU PROPIO RELOJ BIOLÓGICO
Las células musculares contienen sus propios relojes circadianos y alterarlos con turnos de trabajo puede tener un profundo impacto en el envejecimiento. Este estudio publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) contribuye a la creciente evidencia del daño que el trabajo por turnos tiene sobre la salud.
El equipo del King's College de Londres reveló cómo las células musculares poseen un mecanismo intrínseco de cronometraje que regula la renovación proteica, modulando el crecimiento y la función muscular. Por la noche, el reloj muscular activa la descomposición de las proteínas defectuosas, reponiendo los músculos mientras el cuerpo descansa. La alteración de este reloj muscular intrínseco se asoció con el declive muscular observado con la edad, conocido como sarcopenia. Esto implica que la alteración de los ritmos circadianos, como ocurre con el trabajo a turnos, acelera el proceso de envejecimiento.
EL MODELO DEL PEZ CEBRA COMO CLAVE EXPERIMENTAL
Los científicos utilizaron peces cebra en la investigación, que suelen emplearse en estudios biológicos. El pez cebra comparte hasta el 70% de sus genes con los humanos, lo que facilita su modificación en el laboratorio y, al ser transparente, permite observar sus músculos fácilmente al microscopio.
El autor principal, Jeffrey Kelu, investigador asociado del King's College de Londres, comenta: "Para investigar el impacto de la alteración circadiana en las células musculares, alteramos la función del reloj muscular en el pez cebra sobreexpresando una proteína del reloj defectuosa. Posteriormente, monitoreamos a los peces durante dos años, comparándolos con controles sanos".
Si bien no se observaron diferencias significativas en el tamaño muscular a edades más tempranas (seis meses y un año), los peces sin reloj muscular funcional mostraron claros signos de envejecimiento prematuro a los dos años. Eran más bajos, pesaban menos, nadaban con menos frecuencia y a menor velocidad. Estos son signos distintivos de la sarcopenia y el deterioro general de la movilidad, que se ha reportado en trabajadores por turnos.
UN RELOJ MUSCULAR DESINCRONIZADO ACELERA EL DESGASTE FÍSICO
Para comprender el mecanismo subyacente, los investigadores estudiaron el recambio proteico, un proceso esencial para el mantenimiento de la masa muscular, que a menudo se ve afectado con el envejecimiento. Demostraron que, durante el descanso nocturno, el reloj muscular regula la degradación de las proteínas musculares defectuosas, que se acumulan a lo largo del día debido al uso.
El estudio demostró que esta "limpieza nocturna" es esencial para preservar la función muscular. Por lo tanto, la acumulación de proteínas defectuosas podría impulsar el declive muscular acelerado observado en peces de edad avanzada con un reloj muscular disfuncional y en trabajadores por turnos.
"Comprender cómo la alteración circadiana contribuye a la sarcopenia es esencial para desarrollar estrategias destinadas a mejorar la salud y el bienestar de los trabajadores por turnos. Nuestros hallazgos resaltan la posibilidad de utilizar la biología circadiana para desarrollar tratamientos dirigidos a prevenir el deterioro muscular en trabajadores por turnos. Actualmente se están realizando estudios preclínicos con fármacos para modular proteínas del reloj específicas. Esto allana el camino para futuras terapias que podrían mejorar el envejecimiento en los trabajadores por turnos", finalizan los investigadores.