PAMPLONA 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
La terapia celular está perfilándose como una futura opción de tratamiento para los pacientes con enfermedad de Parkinson que no responden de forma adecuada a la terapia farmacológica. Así lo asegura Rosario Luquin, especialista del departamento de Neurología de la Clínica Universitaria de Navarra y vicepresidenta de la Sociedad Española de Neurología (SEN), con motivo del Día Internacional de la Enfermedad de Parkinson, que se celebra mañana.
En la enfermedad de Parkinson se produce la degeneración de un grupo de células, por lo que desde el punto de vista conceptual el tratamiento perfecto sería reponer las células que se pierden. "El gran inconveniente es poder disponer de células en cantidad suficiente, con capacidad de sobrevivir durante un periodo de tiempo prolongado en el cerebro en el que se implantan y además deben integrarse dentro de los circuitos cerebrales dañados con la finalidad de que se pueda recuperar la función perdida", explica la especialista de la Clínica Universitaria.
Luquin, en colaboración con Felipe Prósper, responsable del área de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de Navarra, está llevando a cabo una línea de investigación experimental basada en la identificación y caracterización de células madre adultas con capacidad de transformarse en neuronas y de integrarse en el cerebro.
"En la actualidad estamos ensayando dos tipos celulares, unas son células madre adultas, que provienen de la médula ósea. El objetivo es obtener neuronas dopaminérgicas a partir de las células madre adultas de médula ósea. El siguiente paso consistirá en comprobar si estas neuronas son capaces, una vez implantadas en un cerebro, de mejorar los síntomas parkinsonianos que desarrollan los animales de experimentación para finalmente comprobar su utilidad en pacientes con enfermedad de Parkinson", explica.
RECUPERACIÓN MOTORA
La segunda fuente de células donantes son las células de cuerpo carotideo en cultivo. "Estamos cultivando y aislando los diferentes tipos celulares que contiene el cuerpo carotídeo con el propósito de poder producir células que tengan la potencialidad de trasformarse en células nerviosas maduras en gran cantidad y poder de esta forma garantizar un beneficio motor", añade la experta.
Según relata, "tenemos datos en nuestro laboratorio que sugieren que el cuerpo carotídeo contiene una población de células que expresa alguna de las características de las células neurales inmaduras, lo que hace que puedan convertirse en una fuente autóloga de células donantes. Esa opción de tratamiento tendría la ventaja de que cada sujeto podría ser su propio donante".
El siguiente paso será saber si esas células que se cultivan en el cuerpo carotídeo animal existen en un cuerpo carotídeo humano. Si se caracterizan los mismo tipos celulares y hay buena respuesta positiva en los animales de experimentación, se procederá a realizar este tipo de tratamiento en humanos.
En opinión de Rosario Luquin, "las líneas de investigación en terapia celular no están intentando curar la enfermedad ya que la enfermedad de Parkinson es un proceso más extenso que la simple degeneración de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra". "No vamos a curar la enfermedad pero es posible que podamos mejorar muchos de los déficit motores de los pacientes e incluso revertir la enfermedad a estadíos más iniciales. El objetivo es mejorar a los pacientes, pero hasta que no sepamos qué origina la enfermedad no podremos curarla", concluye.