MADRID, 17 Ago. (EUROPA PRESS) -
La especialista en Psicología Bárbara Zapico, miembro de la platafoma TopDoctors, afirma que la relajación de medidas de la Covid-19 se traduce en un incremento exponencial de la ansiedad entre la población, sobre todo de la agorafobia o miedo a salir de casa, patología que se detecta en las consultas con un incremento del 30 por ciento más que hace un año.
Esta relajación "hace que se genere una sensación de inestabilidad e inseguridad, y por ende enfado, al no tener una certidumbre de cómo va a ser la vida, al no tener seguridad sanitaria, al no poder elegir al 100 por ciento qué hacer", abunda Zapico.
Por otro lado, añade, "las vacaciones estivales ponen en jaque las relaciones de pareja, ya que hasta un 30 por ciento de las consultas están relacionadas con estos problemas". Desde que empezó la pandemia, recuerda la especialista, se ha incrementado el tiempo de convivencia a nivel familiar y en pareja, "y ese mayor tiempo de contacto y cercanía todavía es aún mayor durante las vacaciones estivales, lo que puede derivar en problemas de relacionales e incluso pone en riesgo la continuidad de muchas parejas", aclara. "Las exigencias relacionales son cada vez más estrictas y no admitimos lo diferente del otro. Además, cada vez más se busca encontrar el placer en todo lo que se hace. Y esto no siempre es posible", explica la doctora Zapico.
Por su parte, la psicóloga y miembro de Top Doctors Pilar Juan Navarro confirma que, aproximadamente entre un 20 y un 30 por ciento de las consultas tras el periodo vacacional estival están relacionadas con problemas en la relación de pareja. "Para evitar los roces de pareja durante el verano, es recomendable encontrar momentos de intimidad exentos de móviles y aparatos tecnológicos, organizar actividades conjuntas y por separado para poder compartir experiencias, aumentar y mejorar la comunicación de las inquietudes, agobios, alegrías", explica.
ADOLESCENTES: MÁS FRUSTRADOS Y DESAFIANTES
"Las vacaciones con niños o adolescentes suponen un nuevo reto", explica el psicólogo y miembro de Top Doctors Javier Álvarez Cáceres. Este verano, en el que aún se convive con la Covid-19, está haciendo que muchos adolescentes tengan la sensación de estar "perdiendo" una etapa clave de su vida, y, por lo tanto, se salten muchas restricciones.
"Durante la adolescencia, la percepción de riesgo es muy pequeña. Esto, sumado a una conducta de rebeldía propia de la edad, y que actualmente está fuertemente coartada por padres y normas, está derivando en una mayor frustración y conductas desafiantes por parte de los jóvenes este verano", comenta el experto.
Para evitar agravar la tensión familiar, Álvarez Cáceres recomienda sentarse con los niños y jóvenes, hablar y, sobre todo, escuchar. A su juicio, es importante permitir que elijan actividades motivadoras y conforme a sus gustos, y tenerlas en cuenta en la planificación de las vacaciones familiares.
"Además, para estar bien en familia, es importante no idealizar las vacaciones adaptar el tiempo libre al ciclo vital de cada uno y al ciclo vital de la familia para no sentirse frustrado. Creo que el mejor consejo es encontrar la motivación para tener tiempo libre individual y así de esa manera conseguiremos priorizar nuestro bienestar", explica el experto.
LAS VACACIONES, LA OPORTUNIDAD DE SANAR EL ESTRÉS Y LA SALUD MENTAL
Por otro lado, los psicólogos advierten de que programar minuto a minuto las vacaciones puede derivar en una insatisfacción por no alcanzar las expectativas y, al mismo tiempo, puede hacer que no se priorice la relajación y el disfrute y sanación mental. Esto hará que durante la vuelta a la rutina puedan aparecer síntomas como ansiedad, depresión, palpitaciones, tensión muscular, irritabilidad, taquicardias o temblores, es decir, la conocida como "depresión postvacacional", que, si dura más de dos semanas, deberá tratarse con un especialista.
"Las persones que tienen una menor resistencia a la frustración, los que trabajan en un entorno desagradable y de tensión, los que no se sienten realizados en su trabajo, son muy autoexigentes o se consideran poco valorados por sus superiores, pueden padecer un cuadro más grave o prolongado de depresión postvacacional", concluye la psicóloga Pilar Juan Navarro.