MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
La actividad física de alta intensidad en los primeros años de vida podría ayudar a maximizar la fuerza máxima de la cadera y a prevenir la osteoporosis en etapas posteriores de la vida, según un estudio de investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) publicado en la revista científica 'JAMA Network Open'.
La investigación, en la que se analizaron los datos de 2.569 participantes en el estudio sobre la salud de los niños de los años 90, determinó que el mayor tiempo dedicado a realizar actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa a partir de los 12 años se asociaba con unas caderas más fuertes a los 25 años, mientras que el tiempo dedicado a actividades de intensidad ligera se asociaba menos claramente con la fuerza de las caderas de los adultos.
La masa ósea máxima se produce en la edad adulta joven y se considera un marcador del riesgo de fractura y osteoporosis en la edad adulta. Las fracturas de cadera constituyen una gran proporción de la carga de la enfermedad de la osteoporosis.
Los investigadores observaron los datos de individuos sanos a los que se les midió la actividad física hasta 4 veces usando acelerómetros usados como parte de evaluaciones clínicas a la edad de 12, 14, 16 y 25 años. Este es un dispositivo que mide el movimiento de una persona durante todo el tiempo que lo lleva puesto.
Los investigadores también encontraron evidencia que sugiere que las actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa adolescente era más importante que en la edad adulta, y que en la adolescencia temprana puede ser más importante que en la adolescencia tardía. También se encontraron algunas pruebas de que la actividad de mayor impacto (consistente con saltos; evaluada una vez en una submuestra en la adolescencia tardía utilizando un acelerómetro personalizado) estaba relacionada con caderas más fuertes a la edad de 25 años.
"La disponibilidad única de evaluaciones repetidas con acelerómetro durante muchos años a partir de los 12 años de edad dentro de la cohorte de Niños de los 90, nos permitió describir la trayectoria del tiempo pasado en diferentes intensidades de actividad física a través de la vida temprana y examinar cómo esto podría relacionarse con la fuerza de la cadera del adulto. Los resultados destacan la adolescencia como un período potencialmente importante para el desarrollo óseo a través del ejercicio de alta intensidad, que podría beneficiar la futura salud ósea y prevenir la osteoporosis en la vida posterior. También hemos confirmado otros estudios que muestran que los niveles de actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa disminuyen a lo largo de la adolescencia. Nuestros hallazgos muestran que es realmente importante apoyar a los jóvenes para que permanezcan activos a esta edad", explica el autor principal del trabajo, Ahmed Elhakeem.