Expertos admiten que incorporar este modelo de cuidados supondrá un "cambio de paradigma cultural" en la unidades de cuidados neonatales
SEVILLA, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
El sistema de cuidados en el recién nacido conocido como NIDCAP (Neonatal Individualized Developmental Care and Assessment Program, en sus siglas en inglés), que sitúa a los padres como los cuidadores principales de su bebé y que hace que éste sea tratado en cada momento en función de su nivel de desarrollo, "refuerza el vínculo padres-hijo y mejora el pronóstico a corto y largo plazo del niño ingresado en una unidad de cuidados intensivos neonatales, especialmente el de los más inmaduros o de los que presentan mayor gravedad al nacer".
Así lo ha expuesto el jefe de Sección del Servicio de Neonatología del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, Josep Perapoch, durante la ponencia 'Controversia: NIDCAP frente a cuidados centrados en el Desarrollo', que se ha celebrado recientemente en Sevilla en el marco de las 'VIII Jornadas Internacionales de Neonatología para Médicos'.
Este especialista, cuya intervención recogida por Europa Press se ha centrado en las aportaciones del NIDCAP, ha sostenido que este sistema de cuidados en recién nacidos muy prematuros, "que sitúa al bebé y a su familia en el centro de toda la actividad", consigue "mejorar la ganancia de peso, así como reducir los días de alimentación parenteral, de oxigenoterapia y de ventilación mecánica".
Según este experto, el NIDCAP sitúa a los padres como los cuidadores principales del recién nacido, el cual se coloca a su vez "en el centro de un sistema que, integrado dentro de un marco social, cultural y económico determinado", ofrece al bebé y a su familia una visión global de su desarrollo y sus necesidades".
De hecho, este sistema se basa en tratar al recién nacido en función del nivel de desarrollo que tiene en cada momento. Por ello, los cuidados que reciben "no van tanto en función de protocolos pre-establecidos, sino que dependen de la capacidad que tiene cada recién nacido de relacionarse con el entorno".
El objetivo del NIDCAP es así el de proteger el neurodesarrollo del bebé previniéndole "de la sobrecarga sensorial tóxica e inesperada en un sistema nervioso todavía inmaduro pero en proceso de rápido crecimiento".
Todo ello, agrega este especialista, permite a la postre "reducir los días de ingreso" del recién nacido, a la par que mejora "el rendimiento mental y psicomotor a los nueve y 24 meses de edad" y requiere de "menor necesidad de intervención rehabilitadora" después del alta.
En cuanto a las mejoras experimentadas en la familia, Perapoch sostiene que los ciudados NIDCAP facilitan la capacitación de los padres en el cuidado de su hijo, mejora el vínculo padres-hijo y reduce el estrés parental que implica habitualmente el ingreso de un hijo en una UCI neonatal.
Para el hospital, prosigue este experto, supone "una reducción de los costes, de los días de ingreso, de los días de estancia en UCI y de los días de ventilación mecánica y alimentación parenteral".
NIDCAP se basa así en la realización periódica de observaciones conductuales a los recién nacidos de mayor riesgo, hechas por especialistas formados en conducta neonatal (profesionales NIDCAP).
Estas observaciones se realizan antes, durante y después de una interacción del recién nacido con alguno de sus cuidadores (ya sean padres o profesionales). A partir de la observación de las conductas, se derivan unas recomendaciones individualizadas para su cuidado que son compartidas con el equipo de profesionales y con los padres.
RECOMENDACIONES A PIE DE CAMA Y CON LETRA LEGIBLE
La transcripción de las observaciones y de las recomendaciones se deja a la cabecera del recién nacido para que estén al alcance de padres y profesionales. Además, todos los documentos se redactan con un lenguaje llano y vacío de términos médicos y técnicos.
"Esto se hace por dos motivos: por un lado, para que los padres puedan entender bien el documento y, por otro, para acostumbrar a los profesionales a ponerse en la piel de los padres y esforzarse en utilizar un lenguaje más inteligible", ha enfatizado.
Las observaciones se realizan sólo a un porcentaje de pacientes, aquellos que son considerados de mayor riesgo. Aún así, la repercusión de las observaciones va más allá de los recién nacidos observados, provocando una influencia positiva en el funcionamiento de todo el sistema y sobre los otros bebés y familias.
PROBLEMAS DE SU IMPLANTACIÓN
No obstante, este experto admite que la implementación de un sistema de cuidados como NIDCAP no está libre de complicaciones, "especialmente las derivadas de las dificultades de los miembros del equipo para aceptar un sistema basado en la relación con los padres".
"A menudo el nuevo papel de las familias se convierte en un factor estresante, ya que la participación de los padres, y también de otros familiares, impacta en un sistema donde muchos de sus profesionales estaban acostumbrados a trabajar sólo con recién nacidos", prosigue.
No obstante, la pediatra Isabel de las Cuevas, del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, ha hecho un repaso en su ponencia '¿Debe incorporarse NIDCAP a las Unidades Neonatales?', recogida también por Europa Press, de diversos estudios en los que se analizan la conveniencia o no de introducir este método en la unidades de cuidados neonatales, lo que provocaría "un cambio de paradigma cultural".
Así, alude a estudios de diversos autores "que concluyen que a pesar de resultados esperanzadores en el desarrollo motor y cognitivo, la evidencia científica sobre los efectos del NICAP es limitada".
"La principales debilidades de los estudios están en los seguimientos a corto plazo y deficiencias metodológicas", ha reconocido esta experta, para quien "aún se necesitan estudios a largo plazo y con un diseño centrado en objetivos concretos, con selección de unas pocas variables de resultado y con un cálculo de tamaño muestral adecuado para proporcionar potencia estadística suficiente".