MADRID, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los adultos con y sin enfermedad de Alzheimer tienen mejores habilidades cognitivas a fines del verano y principios del otoño que en invierno y primavera, según un nuevo estudio publicado esta semana en 'PLOS Medicine' por Andrew Lim, del 'Sunnybrook Health Sciences Center', y la Universidad de Toronto, en Canadá, y colegas.
Ha habido pocos estudios previos sobre la asociación entre la temporada y la cognición en adultos mayores. En el nuevo trabajo, los autores analizaron datos sobre 3.353 personas inscritas en tres estudios de cohortes diferentes en Estados Unidos, Canadá y Francia. Los participantes se sometieron a pruebas neuropsicológicas y, en el caso de algunos participantes, estaban disponibles los niveles de proteínas y genes asociados con la enfermedad de Alzheimer.
Los autores encontraron que el funcionamiento cognitivo promedio fue mayor en el verano y el otoño que en el invierno y la primavera, lo que es equivalente en efecto cognitivo a 4,8 años de diferencia en el declive relacionado con la edad. Además, las probabilidades de cumplir los criterios de diagnóstico de deterioro cognitivo leve o demencia fueron mayores en el invierno y la primavera que en verano u otoño.
La asociación entre la temporada y la función cognitiva siguió siendo significativa incluso cuando los datos fueron controlados por posibles factores de confusión, como la depresión, el sueño, la actividad física y el estado tiroideo, según los resultados de este trabajo.
Finalmente, también se observó una relación con la estacionalidad en los niveles de proteínas y genes relacionados con el Alzheimer en el líquido cefalorraquídeo y el cerebro. Sin embargo, el estudio estuvo limitado por el hecho de que cada participante solo se evaluó una vez por ciclo anual, y solo incluyó datos sobre individuos de regiones templadas del hemisferio norte, no de regiones del hemisferio sur o ecuatoriales.
"Puede haber valor en el aumento de los recursos clínicos relacionados con la demencia en el invierno y principios de la primavera, cuando es probable que los síntomas sean más pronunciados --dicen los autores--. Al arrojar luz sobre los mecanismos que subyacen a la mejora estacional en la cognición en el verano y principios del otoño, estos hallazgos también abren la puerta a nuevas vías de tratamiento para la enfermedad de Alzheimer".