MADRID, 9 Jul. (EDIZIONES) -
Es normal sentir ansiedad o miedo en algún momento de nuestra vida y es que son emociones que cumplen la función de mantenernos a salvo de los peligros que nos acechan en el día a día. Sin embargo, éstas también pueden formar parte de un trastorno de ansiedad.
"La ansiedad perjudica seriamente la calidad de vida porque en función de las cosas que necesites evitar te puede afectar a tu salud. Por ella puedes desconectar de los amigos, puedes tensar tus relaciones, o en el trabajo hacerlo peor. En sí misma no es maligna porque el cuerpo necesita de ansiedad para seguir vivo, es una respuesta que viene de serie con el cuerpo humano, como la tristeza, la rabia, el enfado, o el miedo, que sin ellas no podríamos afrontar adecuadamente determinadas situaciones. Pero cuando me pongo en una forma desproporcionada con cualquiera de ellas esto se transforma en un problema psicológico", advierte en una entrevista con Infosalus Pedro Moreno, doctor en Psicología que trabaja en Clínica Moreno en Murcia.
Así, en 'Ansiedad crónica. Una guía para pacientes (e impacientes)' (Desclée De Brouwer), su octavo libro en la materia, el especialista en Psicología clínica, con más de 25 años de experiencia, cuenta que estas emociones pueden formar parte de un trastorno de ansiedad cuando dejan de ser útiles para la supervivencia, ya que las sentimos en situaciones que son "completamente inofensivas".
Señala además que las mujeres pueden tener más tendencia a tener problemas de ansiedad, pero en relación de tres a dos con respecto a los hombres. Además, llama la atención sobre el hecho de que pesa más la genética que el sexo de la persona, y si los padres son hipocondríacos o preocupadizos será más probable que lo sean sus hijos también, al mismo tiempo que considera que los factores culturales pueden mediar en ello.
Según describe, los trastornos de ansiedad causan un gran malestar y empeoran la calidad de vida del paciente. "Si no se recibe tratamiento adecuado, el riesgo de hacerse crónicos es alto, de ahí que algunos pacientes acudan a consulta tras padecer ansiedad o miedo durante años; y en ocasiones, después de varios tratamientos médicos o psicológicos sin resultados satisfactorios", remarca Moreno.
Cuando yo anticipo que puede ocurrir algo me pongo en situación de tensión preocupación, de nerviosismo. "Por sí misma no es una emoción patológica. Existe una ansiedad que es normal, que activa ese nerviosismo de anticipación por si va a ocurrir algo negativo, pero que puede estar ajustada a la realidad. Por ejemplo, si yo entro en contacto con alguien con COVID puedo sentir cierto miedo si soy persona con riesgo", afirma el doctor en Psicología en una entrevista con Infosalus.
Ahora bien, este especialista advierte de que la ansiedad patológica vendría cuando por ejemplo en esta pandemia me cruzo con alguien y tengo miedo de poder cogerlo en cualquier sitio, cuando tiene lugar una preocupación que no es normal, porque si las autoridades sanitarias nos han dicho que, si tenemos precaución podemos empezar a hacer vida normal, será por algo. "Cuando se presenta con mucha frecuencia, y es de intensidad en situaciones normales y además, a nuestra familia o resto de personas no le ven tanto problema con la ansiedad, puede que tengamos un problema", agrega.
En este punto, el psicólogo clínico avisa de que sin ser conscientes podemos pasar de un estado de ansiedad normal a uno patológico, sin ser conscientes de que estamos creando un problema. Es más, sostiene que si no lo resuelvo de forma razonable, lo puedo cronificar.
"Si mi hija sale y a mi me angustia que le pase algo, le puedo decir que cuando llegue me llame. Esto no sería un gran problema. Pero si llega y no me llama puedo preocuparme en la medida en la que cada vez soy más presa para controlar esa situación. Yo me imagino cosas que podrían pasar pero que afortunadamente no pasan. Esa dificultad para controlar mi imaginación y preocupación hace que entre o no en un estado de ansiedad difícil de controlar", avecina el especialista con más de 25 años de experiencia en ansiedad.
PASOS PARA CONTROLARLA
Con ello, asegura que darse cuenta de qué pasa con mi mente cuando yo tengo ansiedad es la fórmula para combatirla, el no dejarse llevar por estos pensamientos. "Que alguien te tranquilice es una solución fallida porque no siempre puedo contar con alguien que me ayude cuando lo necesitamos. También sería una trampa mental, el intentar evitar la ansiedad de una situación mediante ansiolíticos o alcohol. Esto me puede a su vez favorecer otros problemas", vaticina Moreno.
Entre otros consejos, este doctor en Psicología apunta también a intentar controlar el estrés, porque muchas veces entramos en un estado de ansiedad a partir del estrés, y para intentar llevar una vida razonablemente equilibrada. Otra de las pautas a seguir sería en su opinión el dormir razonablemente, aparte de intentar evitar bebidas estimulantes como la cafeína. El deporte y llevar una activa y comer sano son otros consejos a seguir según considera. "Se trata de unas pautas generales que ayudarán a no transformar esa ansiedad en algo crónico", puntualiza el doctor Moreno.
No obstante, sí destaca que si la persona tiene ansiedad crónica es conveniente buscar consejo especialista. En este punto, defiende que la intervención principal para su abordaje debe ser psicológica, a pesar de que en España los ansiolíticos son los más empleados. "Cuando una persona necesita medicación, alcohol, o fumar para gestionar su estado de ansiedad está claro que necesita ayuda psicológica. Si los estados de ansiedad son frecuentes y generan un estado malestar frecuente, y estos se alargan es otra señal de que necesitan ayuda", añade.
Por eso, y en última instancia, resalta que en los problemas de ansiedad es bueno buscar ayuda pronto, porque si uno se encuentra mal va a buscar soluciones, y si cae en el camino de soluciones fallidas empeorará su situación. "Por ejemplo, no me encontraré mejor evitando situaciones que me ponen mal, sino que empeoraré mi estado de ansiedad", concluye Pedro Moreno.