MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de las enfermedades mitocondriales no son heredadas, sino que se adquieren a lo largo de la vida, ha destacado el doctor Jan Tesarik, de la clínica MARGen de Granada, quien ha tratado de desmentir 7 falsos mitos sobre este tipo de patologías con el objetivo de desarrollar nuevos tratamientos clínicos eficaces.
De este modo, ha desmentido que las enfermedades causadas por disfunción mitocondrial son en su mayoría heredadas por la madre, ya que se adquieren a lo largo de la vida. Así, ha puesto de relieve que se trata de enfermedades que van desde síndromes neurodegenerativos como Alzheimer, Parkinson o ELA; cáncer; resistencia de los tumores contra las terapias antitumorales o la infertilidad.
Por otra parte, ha explicado que este tipo de enfermedades no está causada únicamente por una mutación del ADN mitocondrial y que no se puede curar cambiándolas células malas por unas sanas. Esto ocurre porque si el problema se ha desarrollado en el ADN nuclear, el intercambio de estas células no ayudará.
Asimismo, ha destacado que cuando la enfermedad se da por una mutación del ADN mitocondrial, en la mayoría de los casos sirve con modificar el equilibrio entre las mitocondrias afectadas y las sanas, lo que se puede conseguir mediante la destrucción de las células afectadas o corrigiendo la mutación.
Además, ha puesto de relieve que los genes mitocondriales solo pueden ser funcional o no funcional, pero si es funcional es el mismo en todas las personas, por lo que sustituir unas células por otra de otra persona no aporta algo genéticamente ajeno. También ha explicado que las mitocondrias no solo sirven para generar la energía necesaria para el desarrollo de diferentes procesos celulares, sino que también participa en el metabolismo del calcio y sirve para eliminar las células cancerosas.
En este sentido, ha apuntado que las mitocondrias no son la única causa de la disminución de la calidad de los óvulos de la mujer, ya que en ello participan otros componentes como diferentes tipos de ácido ribonucleico (ARN).
Por último, ha concluido que las terapias mitocondriales no solo se pueden realizar por una transferencia de mitocondrias de una célula a otra y ha concluido que se han desarrollado nuevas terapias que pueden mejorar la función mitocondrial en las células afectadas sin utilizar mitocondrias provenientes de otras células, lo que podría suponer un avance en la mejora de la fertilidad de mujeres mayores.