MADRID, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los problemas visuales pueden afectar directamente al rendimiento escolar de los niños y esta circunstancia es más común de lo que puede parecer en primer momento.
De hecho, distintos estudios especifican que el 30 por ciento de los casos de fracaso escolar se debe a problemas visuales. Además, es entre los 6 y los 12 años cuando se produce la madurez del sistema visual. Si no se consolida una buena visión, es probable que influya en su rendimiento escolar.
De forma paralela, se calcula que en el mundo hay 19 millones de niños con discapacidad visual, de los que 12 millones de casos se deben a errores refractivos fácilmente diagnosticables y corregibles.
En este sentido, son los padres los que han de estar atentos a las capacidades visuales de sus hijos, pero uno de cada tres nunca ha llevado a sus hijos a revisarse la vista. La Fundación Afflelou añade que la primera revisión visual a los niños debe realizarse a los cinco años como mínimo, y hay que repetirla con frecuencia anual desde ese momento.
Familias y profesores tienen un papel importante en la detección de problemas visuales en los más pequeños ya que éstos en muchos casos no son conscientes de la raíz del problema o no encuentran la forma de expresarse", ha subrayado la directora técnica de formación de Óptica Universitaria, Alicia Escuer.
Pero los mismos progenitores pueden llevar a cabo un ejercicio de observación y detectar problemas de visión en sus hijos.
"Hay síntomas clave que ponen de manifiesto que el niño necesita alguna corrección visual, pero estas son difíciles de detectar para él mismo, ya que puede entenderlo como normal debido a que nunca antes habría visto de forma correcta", añaden, por su parte, desde la Fundación Alain Afflelou.
- Evitan la lectura y otras tareas de visión cercana. Es necesario "valorar si el menor se fatiga cuando está subordinado a estímulos visuales o si al escribir es común que invierta el orden de las letras o los números", ha indicado Escuer.
- Tratan de no hacer los deberes y, si llegan a hacerlos, los acaban con un bajo nivel de comprensión o de eficiencia. La Fundación especifica que pueden juntar letras, perderse entre renglones y omitir palabras.
También suelen mezclar sílabas, invertir la estructura de las palabras, tamaños de letras irregulares, escaso espaciado, lentitud ante un dictado o preferir los exámenes orales a los escritos, entre otras.
- El niño se aproxima mucho a las pantallas y a los libros.
- Tener en cuenta si se queja de tener una visión borrosa, tanto de cerca como de lejos.
- Escuer también destaca la importancia de fijarse en si el niño adopta posiciónes que llamen la atención.
- Manifiesta dolores de cabeza, mareos o picor en los ojos.
- La Fundación Afflelou también destaca que el niño puede cerrar un ojo o tapárselo con la mano, además de entrecerrar los ojos para ver mejor.
- Además, puede existir una falta de coordinación entre el ojo y la mano; se tropieza, no calcula bien las distancias o tiene dificultades para practicar algún deporte o juegos de pelota, por ejemplo.
- La misma organización resalta que es importante tener en cuenta la historia médica y familiar, ya que es probable que aparezcan errores visuales en niños prematuros, con bajo peso al nacer, con test de Apgar inferior a 8, con dificultad para el desarrollo motor o si tiene algún familiar con antecedentes en alguna patología visual.
LOS PROBLEMAS DE VISIÓN MÁS COMUNES EN LOS NIÑOS
Entre los problemas de visión más comunes en los niños, y que se encuentra entre las principales causas del fracos escolar, se encuentra la ambliopía u ojo vago, que afecta a los niños sobre todo en edad escolar. De hecho, la Fundación Afflelou calcula que el ojo vago afecta a entre el 3 y el 5 por ciento de la población infantil.
Provoca fatiga visual, malestar y afecta considerablemente a la capacidad lectora. Esta alteración se puede solucionar con un tratamiento específico, siempre y cuando se detecte a tiempo, ya que puede llegar a una fase crítica en la que la recuperación no es posible. Así también lo destaca la la Fundación Afflelou, que incide en que se ha convertido en una de las principales causas de pérdida de visión prevenible.
"Podríamos detectar casos de ambliopía fácilmente a través de un examen visual completo en óptica", entienden los especialistas de la Fundación.
Otras de las causas más habituales en el fracaso escolar son los defectos de refracción, aquellos en los que hay algún tipo de desenfoque visual y entre los que se encuentran la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo.
En la primera, según Óptica Universitaria, el niño tiene que realizar un esfuerzo para enfocar de cerca, por lo que leer o hacer los deberes se convierten en tareas complicadas.
"Aunque muchos padres lo desconozcan, muchos pequeños dejan de hacer los deberes o sacan malas notas a causa de que padecen hipermetropía, pues para ellos estudiar supone un esfuerzo mayor que para sus compañeros, aunque su visión sea buena de lejos", ha explicado Escuer.
La miopía provoca que los objetos lejanos se vean borrosos y que el niño se acerque a la pizarra o guiñe los ojos para poder enfocar de lejos. El astigmatismo provoca que las imágenes no sean tan nítidas por lo que se realiza más esfuerzo en enfocar, sobre todo en las tareas de cerca.
Por este tipo de problemas visuales Escuer ha incidido en que "es muy importante que un óptico-optometrista revise, como mínimo una vez al año, la visión de los niños, con la finalidad de corregir los posibles problemas y evitar que el menor vea perjudicado su proceso de aprendizaje. La mayoría de las veces sólo se necesita corrección en las tareas de cerca".