Si eres músico tienes que seguir estos consejos para evitar lesiones

Archivo - Primer plano del músico tocando violonchelo en concierto de música clásica
Archivo - Primer plano del músico tocando violonchelo en concierto de música clásica - SATOSHI-K/ ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 8 junio 2023 8:11

   MADRID, 8 Jun. (EDIZIONES) -

   Tocar un instrumento si no se hace correctamente puede perjudicar a la salud de los músicos. En este reportaje charlamos con una experta fisioterapeuta en la materia, especialista en Medicina de las Artes Escénicas, y además violinista, que nos aporta algunos consejos a seguir en este sentido.

   Se trata de Virginia Azagra, especialista del Hospital Universitario de Móstoles, quien nos explica que entre los músicos principalmente se producen lesiones asociadas al movimiento, ya que los que realizan suelen ser muy repetitivos, muy estereotipados, e indica que, concretamente, estas lesiones suelen afectar al aparato locomotor, y especialmente a la extremidad superior.

   También comparten con el resto de la población muchos dolores de espalda y de columna vertebral, según reconoce, y asociados a malas posturas, que en el caso concreto de los músicos pueden responder a que son posturas más forzadas que las que por regla general mantiene la población, y derivadas de una carga que tienen que soportar con su instrumento, así como con muchas horas de sedentarismo, por ejemplo.

   "Pero las más frecuentes en los músicos son las lesiones del aparato locomotor, en el miembro superior, y esto incluye desde lesiones musculares frecuentes como las contracturas, los microdesgarros, o las tendinopatías, a lesiones articulares o atrapamientos nerviosos, más complejos, y que pueden ser más devastadores para la práctica profesional, así como las lesiones por sobreuso", según detalla.

   En este sentido, precisa que son muy típicas las tendinitis que tienen lugar en los músculos de la mano, y cita que, por ejemplo, los pianistas suelen tener lesiones en los músculos que separan el dedo gordo; en el caso de los guitarristas en los extensores de la mano derecha, necesarios para tirar de las cuerdas de la guitarra; o en los violinistas en la muñeca izquierda, por forzar posiciones muy difíciles para llegar a las notas más altas.

LESIONES EN EL SISTEMA NERVIOSO

   Azagra menciona igualmente las lesiones del sistema nervioso, y la tensión muscular es tal que se oprime al nervio en su trayecto, dando lugar a alteraciones que pueden traducirse en una falta de control de movimientos, de sensibilidad, sensación de hormigueos, de corriente eléctricas, entre otros fenómenos. "Los músicos deben saber cómo se manifiesta, cuáles son los síntomas más característicos, e identificar si es una lesión grave o un dolor que puedan manejar o aprender a controlar ellos mismos", mantiene.

   Igualmente, esta fisioterapeuta del Hospital Universitario de Móstoles explica que en los músicos pueden darse distonías focales: "El caso típico es un pianista muy profesional o de últimos cursos de conservatorio. Es una lesión por sobreuso y por esa repetición de gestos. Ocurre porque el sistema nervioso central se ha especializado tanto en ellos que al final se da una saturación de determinados circuitos cerebrales que no son capaces de gestionarlo y acaban desencadenando en una falta de control de movimiento".

   De esta forma, Azagra pone el ejemplo de que el pianista no es capaz de hacer la escala ascendente con la mano derecha del piano porque cuando la hace el cuarto o quinto dedo se le encoge sin obedecer a su voluntad, enroscándose dentro de la palma de la mano, o bien extendiéndose anormalmente de manera que no puede tocar la tecla; lo que al final redunda en una frustración horrorosa en personas con niveles muy altos.

FACTORES DE RIESGO DE LESIONES

   Con ello, subraya que casi todas las lesiones son multifactoriales y apunta que los factores de riesgo más habituales son el exceso de repetición abusiva y desatendiendo a las señales que nos manda nuestro cuerpo de que algo no va bien. "Los músicos muchas veces son tan perfeccionistas que ignoran el dolor o lo interpretan como buena señal de que el cuerpo se está adaptando a su trabajo y soportan niveles de dolor, cuando estos nos avisan de que algo no va bien", reconoce.

   Otro factor que menciona es la rigidez en las posturas, que no permite una libertad de movimientos. "Los instrumentos están diseñados para obtener unos determinados efectos sonoros (un determinado timbre o volumen sonoro) y no para que nuestro cuerpo esté cómodo, y a veces son incómodos y no se ajustan a la propia anatomía de los músicos. Esto exige condiciones de fuerza y de presión que muchas veces te llevan a un exceso de trabajo muscular, con sobreesfuerzo y repetición", relata.

   Por otro lado, habla de factores de riesgo ambientales, como estudiar con una mala iluminación o un factor de ruido muy alto que hace que forcemos nuestra postura corporal porque no vemos bien y hace que forcemos el cuello; aunque también apunta a factores de riesgo individuales y el que una persona ya tenga su propia genética que facilita o dificulta la interpretación musical.

   A su vez, menciona que si ya hay una enfermedad de base, como la diabetes, que puede condicionar periodos de inflamación en algunas articulaciones como en el hombro, donde es muy típica la capsulitis retráctil, una inflamación del hombro. "En un instrumentista que debe trabajar con el hombro elevado, como en el caso de los flautistas, se suman factores de riesgo y al final confluyen en una lesión", remarca.

CÓMO EVITAR LA CRONIFICACIÓN DE ESTAS LESIONES

   En última instancia esta fisioterapeuta confiesa que la mejor manera de prevenir lesiones en los músicos es a partir de hábitos generales de salud física, haciendo especial hincapié en el caso de los músicos por ejemplo en su salud cardiovascular: "Esta repercute en la circulación sanguínea, en la sangre que llega a los músculos que, bien nutridos de sangre, son músculos más eficientes y con menos riesgos de lesiones".

   A su vez, menciona Virginia Azagra la importancia de trabajar la fuerza física, ya que según arguye, este asocia beneficios para la salud globales, incluida la resistencia física, importante cuando afrontas jornadas de trabajo largas; al tiempo que medidas dietéticas, estar bien alimentado, seguir una dieta equilibrada, y donde es fundamental la vitamina C para cuidar las articulaciones; o la vitamina B, para el cuidado del sistema nervioso; así como mantener las adecuadas horas de sueño y de descanso.

   Otro de sus consejos es trabajar con rutinas bien programadas para evitar cambios bruscos en cuanto a la programación del estudio: "No se puede entrenar un día ocho horas y al siguiente solo dos. Esos vaivenes hay que entender que es un entrenamiento como el de un deportista y se necesita regularidad y planificación, y si no se realiza con cierta moderación, no se introducen descansos, esto puede conducir a una lesión".

   Apunta a su vez que habría que analizar los factores de riesgo intrínseco, de forma que si nuestro instrumento lleva a una postura muy asimétrica, muy diferente, esto conducirá a un desequilibrio determinado: "Si siempre se trabaja con rotación interna del hombro, se recomendarán ejercicios específicos para fortalecer los músculos menos trabajados, y otros para aprender a relajar los que más fuertes suelen tener o más desarrollados".

   Igualmente, trabajar el control postural, la conciencia corporal, e identificar si estoy tensando o relajando, en opinión de esta experta es fundamental; y dice que todo esto se puede conseguir con técnicas de control postural, de estiramientos globales, como por ejemplo la reeducación postural global; así como el aprender a hacer descansos, evitar jornadas o tramos de estudio de más de 35-40 minutos con descanso activo y movilizando articulaciones que no estamos empleando.

   "Es como afinar tu cuerpo y no se puede tocar con un cuerpo desafinado. (...) Lo más importante para prevenir tener presente que nuestro principal instrumento es el cuerpo y el aguantar el dolor nos llevará a una lesión muy difícil de reconducir. El dolor es una bandera amarilla que hay que atender. Detectar a tiempo esos factores de riesgo pueden evitar una lesión principal musculoesquelética", concluye.