MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Save the Children ha alertado de que los niños y familias vulnerables que viven en asentamientos informales, como los campos de refugiados y desplazados, están más expuestos al coronavirus. En este momento, 70 millones de personas en todo el mundo son desplazadas, refugiadas o solicitantes de asilo. Más de 12 millones de niños son refugiados. Parte importante vive en asentamientos o campamentos en condiciones de hacinamiento y con nula o poca atención médica.
"La falta de acceso a sistemas de salud, a una red de saneamiento y agua segura y tener un sistema inmunitario bastante debilitado les convierte en más vulnerables a enfermedades infecciosas", advierte la ONG a través de un comunicado.
Igualmente, apuntan que algunas de las medidas que los Gobiernos están adoptando para frenar el contagio, como el aislamiento social, suponen un "desafío imposible" de cumplir en los campos de personas desplazadas y refugiadas. "La crisis del coronavirus es global y, por tanto, requiere una respuesta coordinada globalmente. Hagamos todo lo posible por evitar una mayor propagación del virus a lugares como los campos de refugiados y desplazados, donde simplemente realizar las pruebas de detección de la enfermedad ya sería una medida prácticamente imposible de llevar a cabo", alerta el director médico global de Save the Children, Zaeem Haq.
En Idlib, en el norte de Siria, donde el conflicto ha obligado al millón de personas que han huido a asentarse en campamentos masificados, el aislamiento "no es una medida viable por lo que un brote de coronavirus tendría consecuencias devastadoras para las familias, quienes ya llevan a sus espaldas nueve años de conflicto armado", detalla la ONG.
En Cox's Bazar (Bangladesh), el asentamiento de refugiados más grande del mundo, "actualmente no existe un sistema para detectar o evaluar el coronavirus ni unidades de cuidados intensivos para casi un millón de personas refugiadas, la mitad niños". "El hacinamiento es elevado y hay escasa libertad de movimientos por lo que un brote del virus resultaría catastrófico", añaden.
En este asentamiento, Save the Children tiene un centro de atención primaria donde trata habitualmente a niños con neumonía y a mujeres embarazadas. Si bien no se ha registrado aún ningún contagio, la organización mantiene una unidad de aislamiento con 15 camas. "El problema vendría si se extendiese la enfermedad porque nos veríamos sobrepasados", señala el director adjunto de Save the Children en Bangladesh, Shamim Jahan.
En África subsahariana, que alberga a más de una cuarta parte de la población refugiada del mundo, se están confirmando casos en la mayoría de los países y el coronavirus es un grave riesgo tanto para las personas refugiadas como para las comunidades de acogida.
Es la región del planeta con menor número de profesionales de la salud: cuenta solo con dos médicos por cada 10.000 habitantes, frente a los 16 por cada 10.000 de Asia oriental y el Pacífico, donde se han producido la gran mayoría de los casos confirmados de Covid-19. Sus sistemas de salud no tienen capacidad para desplazar la atención que prestan en este momento contra otras enfermedades mortales y problemas graves como la desnutrición.
Por ello, Save the Children se está preparando para intervenir en países con sistemas de salud muy frágiles. Además, ha hecho un llamamiento a los donantes internacionales y a los gobiernos locales para que aumenten la inversión en fortalecer los sistemas de salud, de modo que puedan responder a un posible brote de coronavirus sin comprometer otros servicios sanitarios. También insisten en la necesidad de lanzar campañas informativas dentro de las poblaciones refugiadas y desplazadas para evitar que ocurran nuevas infecciones.