MADRID, 26 Dic. (INFOSALUS) -
Es un trastorno doloroso que origina un crecimiento benigno del tejido nervioso, generalmente, entre el tercer y cuarto dedo del pie. Produce dolor, sensación de quemazón, hormigueo o entumecimiento entre los dedos y en la parte delantera de la planta del pie. Lo padecen en su mayoría mujeres.
Según explica a Infosalus Fernando Ares, podólogo y presidente de Asociación Europea de Podología Integrativa (AEPI), el neuroma se produce por una irritación del nervio plantar a su paso por las cabezas metatarsales. La compresión del nervio plantar medial produce su irritación y el proceso inflamatorio unido al factor mecánico puede da lugar a una tumoración benigna que, de forma más frecuente, se produce entre el tercer y cuatro dedo.
Esta lesión pasa a denominarse neuroma de Morton cuando tras la inflamación se produce la tumoración del nervio, una lesión que es visible a través de pruebas de imagen como la resonancia y la ecografía. Los síntomas que produce son dolor intenso y electrizante cuando la persona está en movimiento o practica algún deporte y cuanto más se carga la zona más molestias y dolor se producen hasta llegar a una impotencia funcional y a perjudicar la buena marcha o la carrera.
El trastorno es más frecuente en mujeres, entre otros aspectos por el calzado más estrecho y de tacón alto en el que la flexión dorsal de los dedos del pie puede agravar o producir la lesión. Otros aspectos como una pronación muy marcada, la rotación del pie hacia el interior al caminar o correr, pueden también aumentar las posibilidades de sufrir el trastorno. Además, todo aquello que aumente la presión en la cabeza metatarsiana y lleve a una compensación de la musculatura de la pantorrilla agrava el dolor.
Aunque no existe una epidemiología clara, Ares señala que se da de forma más frecuente en mujeres de entre 15 y 50 años de edad y que en la clínica es más común observar el neuroma en mujeres de 45 a 55 años de edad.
"A partir de 5 ml de diámetro la lesión se observa con claridad en las pruebas de imagen. Sin embargo, el 30% de los neuromas son subclínicos, no presentan un dolor constante, sólo en la sobrecarga. Además, la mayoría de metatarsalgias (dolor en los metatarsos) aparecen en muchos cuadros en los que no se establece un diagnóstico claro", apunta Ares.
Ante estos dolores muchas personas cambian de zapatos, practican algún tipo de ejercicio como el Pilates o en el caso de deportistas, si les dificulta practicar su deporte acuden pronto a consulta. En los casos en los que el diagnóstico es precoz la lesión no degenera hasta neuroma de Morton.
UN DIAGNÓSTICO NO TAN CLARO
La exploración clínica en consulta, que puede detectar lesiones de menos de 5ml, es aplicar presión con las manos desde los laterales del pie y comprobar así el dolor en los metatarsos.
Sin embargo, existen casos que esconden una bursitis que tiene una clínica muy parecida. También pueden existir procesos degenerativos en los que se producen metatarsalgias o artrosis.
En la clínica el neuroma es frecuente pero hasta el traumatólogo sólo llegan cuadros complejos que en ocasiones desvelan en la mesa de operaciones la no existencia de neuroma. "Las cirugías son complejas ya que se tiene que quitar el nervio, un proceso muy agresivo que requiere una recuperación compleja y existe riesgo de que se produzca un muñón que retraiga el nervio", señala Ares.
En el tratamiento no invasivo se emplea un soporte plantar que consiste en una pieza diseñada para el paciente que se adapta a la patología y al terreno. Para ello se realizan análisis de biomecánica para estudiar la retracción postural, la pronación excesiva y el estado de la estructura osteoarticular. La patología en los pies puede deberse a una adaptación obligada que proceda de la pelvis.
En cuanto a los fármacos, no se recomiendan los antiinflamatorios dado que en este tejido no hay sustancias inflamatorias y la intervención quirúrgica sólo se emplea si el tamaño es considerable y si otras medidas fracasan.
BIORREGULACIÓN: ATENDER LA PARTE DESDE EL TODO
Sobre el uso de la medicina biorreguladora en el tratamiento del neuroma, Ares señala que estos métodos tratan de generar estímulos para activar la respuesta fisiológica en ventanas terapéuticas como los puntos de acupuntura o los puntos gatillo.
"Los biorreguladores generan una reacción para la normalización sin efectos secundarios, algo esencial en personas con más de 50 años con diabetes o coagulopatía", apunta el especialista. Con la biorregulación se busca una respuesta global del sistema para normalizar la situación y elementos de la génesis o que perpetúan el proceso.
Los puntos de acupuntura son materia de estudio de nuevas investigaciones que examinan sus características fisiológicas y los estímulos que generan. Los puntos gatillo son toda una serie de nódulos que se forman en el músculo o tendones por un mal funcionamiento que da lugar a una contractura, una respuesta del organismo para protegerse y que el organismo mantiene pues liberar la contractura requiere más energía que mantenerla.
En el caso del neuroma, originado por la dorsiflexión de los dedos por una pronación excesiva o una mala postura, al pinchar en estos puntos gatillo se puede relajar toda la musculatura y relajar con ello también la musculatura del pie.
¿SE PUEDE PREVENIR?
Ares señala que aunque existan factores de riesgo como tener el pie pronado o emplear zapatos de tacón esto no implica que se vaya a desarrollar un neuroma de morton ya que para ello intervienen múltiples factores. En la prevención podría intervenir el calzado, el uso de soportes planteares y acudir a los especialistas cuando existiera dolor y molestias.
"Un buen calzado y realizar estiramientos y calentamientos adecuados al realizar ejercicio o practicar deporte así como cuidar también del calzado deportivo podrían ayudar, al igual que los tratamientos de biorregulación pero aplicar frío o calor, por ejemplo, no es de utilidad, dado que la afección no responde a estos parámetros", aclara Ares.
Aunque Ares apunta que no existe bibliografía de que la lesión se revierta sin embargo si se trabaja con parámetros de normalidad en la regulación postural puede mejorar en gran medida e incluso revertirse si está en fases iniciales.
Según concluye Ares, la génesis del problema puede ser global y con un buen análisis de la postura y medidas no agresivas se puede mejorar el problema.