MADRID 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Investigación Auditiva de Pittsburgh de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) han descubierto un mecanismo molecular que se relaciona con la pérdida auditiva inducida por ruido, y además han demostrado como esta pérdida auditiva podría mitigarse con medicación.
El estudio, publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', demostrado que la pérdida de audición inducida por el ruido se debe al daño celular en el oído interno asociado con el exceso de zinc que flota libremente, un mineral esencial para la función celular y la audición adecuadas.
Los experimentos en ratones demostraron que los medicamentos que funcionan como esponjas moleculares que atrapan el exceso de zinc pueden ayudar a restaurar la pérdida de audición o, si se administran antes de una exposición a un sonido fuerte, pueden proteger contra la pérdida de audición.
Mientras que algunos experimentan una pérdida de audición inducida por el ruido como resultado de una lesión traumática aguda en el oído, otros notan una pérdida auditiva repentina después de estar continuamente expuestos a ruidos fuertes, por ejemplo en un campo de batalla o en una obra. Otros notan que su audición se deteriora después de asistir a un espectáculo de música a alto volumen.
Los investigadores dicen que esa pérdida de audición inducida por el ruido puede ser debilitante. Algunas personas comienzan a escuchar sonidos que no existen y desarrollan una afección llamada tinnitus, que afecta gravemente la calidad de vida de una persona.
La investigación, liderada por el director del centro, el doctor Thanos Tzounopoulos, se centra en la biología de la audición, el tinnitus y la pérdida auditiva, se esforzó por determinar los fundamentos mecanísticos de la afección en un esfuerzo por sentar las bases para el desarrollo de tratamientos eficaces y mínimamente invasivos en el futuro.
Al realizar experimentos en ratones y en células aisladas del oído interno, los investigadores descubrieron que horas después de que los ratones son expuestos a ruidos fuertes, el nivel de zinc en su oído interno aumenta. La exposición a sonidos fuertes provoca una fuerte liberación de zinc en el espacio extra e intracelular que, en última instancia, provoca daño celular e interrumpe la comunicación normal entre células.
Afortunadamente, este descubrimiento abre las puertas a una posible solución. Los experimentos demostraron que los ratones que fueron tratados con un compuesto de liberación lenta que atrapaba el exceso de zinc libre eran menos propensos a la pérdida de audición y estaban protegidos del daño inducido por el ruido.
Actualmente, los investigadores están desarrollando un tratamiento que se probará en estudios de seguridad preclínicos con el objetivo de que esté disponible como una opción simple y de venta libre para protegerse de la pérdida auditiva.