Rosa Molina, psiquiatra: "Todos tenemos microtraumas que nos afectan al relacionarnos y ver el mundo"

Archivo - Mujer sentada en el suelo del pasillo abrazando a su hija. Depresión, dolor, trauma.
Archivo - Mujer sentada en el suelo del pasillo abrazando a su hija. Depresión, dolor, trauma. - CHAMELEONSEYE/ ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 21 noviembre 2023 8:35

   MADRID, 21 Nov. (EDIZIONE) -

   Todos hemos tenido esos pequeños traumas que afectan a nuestra forma de relacionarnos, de ver el mundo y de percibirnos a nosotros mismos que, además, de alguna manera, inundan nuestras conductas. Pero hay clases de traumas, y no todas las experiencias marcan por igual a todas las personas; depende de numerosos factores.

   Entrevistamos en Infosalus a la doctora especialista en Psiquiatría Rosa Molina, con motivo de la publicación de su último libro 'Tus microtraumas. Cómo identificar tus heridas emocionales para que tu pasado no condicione tu futuro' (Paidós), donde reconoce que, efectivamente, todos coincidimos con que una catástrofe natural puede representar un trauma para una persona, si bien no somos conscientes de que este tipo de eventos no impactan por igual en todo el mundo, y habrá quienes sí desarrollen un trauma tras esa experiencia vital, mientras que otros no.

   "El trauma es una experiencia que produce una fragmentación de nuestra salud psíquica, que irrumpe con nuestra capacidad física y psicológica para enfrentarnos al mundo, y no somos capaces de integrarla en nuestra historia de vida. Por eso decimos que tiene un carácter inenarrable, incompresible. Se trata de esa fractura que me impide que haya un hilo conductor en mi narrativa de vida, y que además nos hace más vulnerables e inseguros frente a la vida", describe la experta.

NO POR SUFRIR UN ACCIDENTE VOY A TENER UN TRAUMA

   Eso sí, insiste en que no es una relación directa, y que por ejemplo, por haber sufrido un accidente o una catástrofe no tenemos por qué sí o sí tener una experiencia traumática, o un trastorno de estrés postraumático. "Evidentemente se dan unos síntomas de estrés transitorios en casi todo el mundo, pero estas personas, por vivir este episodio, no tienen por qué desarrollar un trastorno; de hecho, la gran mayoría no lo hace", remarca.

   ¿Esto de qué depende? Le preguntamos a la doctora Molina, a lo que responde: "Depende de diversos factores, como por ejemplo la vulnerabilidad de cada uno. Habrá personas que tienen vulnerabilidad previa porque cuentan con antecedentes traumáticos o de trastornos mentales de otro tipo".

   Por otro lado, habla del significado personal que le atribuimos cada uno a los eventos que nos van sucediendo; también apunta al momento vital en el que se producen, haciendo hincapié en que no tiene el mismo impacto a los 15 que a los 80 años por ejemplo una experiencia vital; aparte de mencionar los antecedentes que hayamos tenido, "cuanto más traumas o experiencia acumulo más vulnerabilidad, así como mayor capacidad de afrontamiento".

ES CLAVE EL APOYO SOCIAL DE LA PERSONA

   Pero es que además, en este contexto, ve súper importante y determinante el apoyo social con el que la persona cuente en ese momento, de su familia, amigos, o pareja, así como de los recursos sociales; tanto durante el evento, como en el proceso de recuperación. "Si le cuentas lo que te ha pasado a tus padres y estos lo niegan y no te acompañan, añade impacto a lo que sucede. 'No es para tanto' pueden decirte, cuando para ti significa muchísimo, y terminas por no contar con su apoyo. Es también igualmente importante individualizar cada caso", subraya.

UNA SITUACIÓN DE HIPERALERTA Y DESCONFIANZA

   Un trauma, según prosigue esta psiquiatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, puede desembocar en síntomas impulsivos, hacer que tengamos pensamientos recurrentes en torno a lo sucedido, así como ideas o imágenes recurrentes que nos vienen a la cabeza.

   "También puede hacer que estemos constantemente en una situación de hiperalerta, de forma que nuestro cuerpo está percibiendo riesgo continuamente, y esté activado en situaciones donde antes no percibía esa amenaza; todo impactando e inundando nuestra manera de ver el mundo y a los demás. De repente me veo inseguro, y a lo mejor dejo de ser esa persona confiada y echada para adelante y empiezan conductas evitativas, sobre todo tiendo a relacionarme menos y a ser más recluido", sostiene.

   Aquí distingue esta experta el 'gran trauma' (genocidios, desastres naturales, guerras, abusos sexuales, agresiones por ejemplo), de los 'microtraumas', o experiencias más sutiles que podrían no necesariamente generar un trauma, tipo el acoso escolar o bullying, el acoso laboral o el mobbing, el micro rechazo en la familia, cambios en el domicilio, procesos de adopción, situaciones de estrés postraumatico.

   Los microtraumas tienen el potencial de desarrollar el mismo impacto que los que consideramos un trauma mayor, según mantiene. Esto lo argumenta, por un lado, en el efecto de la acumulación, ya que un pequeño trauma o humillación en nuestra vida de manera repetida sí podría tener ese impacto, que igual de forma puntual no lo haría, tal y como defiende.

   Después, indica que se encuentra el contexto y la vulnerabilidad de cada uno, de manera que un comentario negativo repetido en el lugar de trabajo, y además, si esa persona está vulnerable y no bien respaldada en el ambiente laboral, todo ello hará que ese microtrauma se perciba como algo mayor; "aparte de la sensibilidad personal y de la falta de apoyo y de recursos que hemos mencionado antes", aclara.

¿ES POSIBLE PREVENIR Y CURARSE DE ESOS MICROTRAUMAS?

   A su juicio, el contexto personal y el apoyo familiar son claves a la hora de desarrollar un trauma. Habla de la importancia del apego seguro desde la infancia, y del papel de la sociedad en el apoyo a una persona: "Al final como sociedad somos una red. Está el concepto de 'red-siliencia'. Es más fácil salir adelante con un ambiente seguro. Es más fácil ser resiliente en un contexto donde no tienes condiciones precarias socioeconómicas y sociolaborales, y sí cuentas con el apoyo de tu familia y amigos".

   Sobre si siempre es posible la recuperación, la doctora Molina dice que "siempre hay espacio para la recuperación", y aunque en algunos casos nos podemos recuperar a través de las conexiones familiares y los amigos, en otras se necesitará el apoyo de un profesional. "De todo nos podemos recuperar. Todo es trabajable, y a través de herramientas como la palabra sí que todo tiene cura. De poder recuperar una vida satisfactoria y en la que puedo volver a confiar en el mundo y en los demás y disfrutar sin estar restringido", subraya.

   Por eso, insiste en que no hay que banalizar el tema de la resiliencia, "todo es muy complejo", y considera que hay muchas variables dentro de cada situación personal: "Cada uno necesita un proceso y un trabajo diferente. Es preciso pedir ayuda a los profesionales. El trauma hay que contarlo a la persona adecuada y en el momento adecuado, de una manera cuidada. En las terapias de grupo hay profesionales detrás, todo está cuidado, y se les dan los tiempos a la persona porque si no podemos retraumatizarla; son procesos complicados y es muy importante asesorarse con un profesional".