MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Cleveland Clinic, en Estados Unidos, ha descubierto una anomalía genética asociada con una respuesta deficiente a un tratamiento de asma común, según publican en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
Según esta investigación, los pacientes asmáticos con esa variante genética tienen menos probabilidades de responder a los glucocorticoides y, a menudo, desarrollan asma grave.
El equipo de investigación, dirigido por el doctor Nima Sharifi, del Instituto de Investigación Lerner de Cleveland Clinic, identificó que la variante del gen HSD3B1 (1245A) está asociada con la respuesta a los glucocorticoides y puede ser clínicamente útil para identificar a los pacientes con mayores probabilidades de beneficiarse de otros tratamientos.
"Los glucocorticoides, que modulan la respuesta inflamatoria sistémica, se recetan comúnmente para tratar el asma grave. Sin embargo, hasta ahora no hemos entendido por qué muchos pacientes no se benefician de ellos --admite el doctor Sharifi, autor principal del artículo--. Estos hallazgos justifican las pruebas genéticas y el tratamiento personalizado y proporcionan información importante para identificar qué pacientes deben ser tratados con diferentes terapias".
En el estudio, el doctor Sharifi y sus colaboradores analizaron retrospectivamente la asociación entre los genomas de los pacientes y la función pulmonar en más de 500 pacientes asmáticos que recibieron tratamiento con glucocorticoides orales diarios o ningún tratamiento con glucocorticoides.
Descubrieron que un cambio en el gen HSD3B1, específicamente la variante HSD3B1 (1245A), se asocia con una función pulmonar deficiente y resistencia al tratamiento con glucocorticoides. El análisis reveló que entre los pacientes que recibieron glucocorticoides, aquellos con la variante tenían una función pulmonar más deficiente que aquellos que no tenían la anomalía genética, lo que sugiere que contribuye a la resistencia y ayuda a impulsar la progresión al asma grave.
Estudios anteriores han demostrado que HSD3B1 codifica una enzima que convierte las hormonas menos activas llamadas andrógenos en andrógenos más potentes. Si bien se necesita investigación adicional, el equipo sospecha que el efecto de HSD3B1 (1245A) sobre la función pulmonar puede atribuirse a la inhibición de este proceso.
"Este estudio es el primero en proporcionar evidencia genética que sugiere que las variantes relacionadas con la síntesis de andrógenos afectan la resistencia al tratamiento con glucocorticoides en el asma o cualquier otra enfermedad relacionada con la inflamación", apunta Joe Zein, primer autor del estudio y un pulmonólogo en ejercicio en el Instituto Respiratorio de Cleveland Clinic.
"Estos hallazgos nos proporcionan nueva e importante información que puede conducir a tratamientos más adaptados para los pacientes de asma y a la capacidad de prevenir el desarrollo de enfermedades graves", añade.
El asma es una enfermedad crónica que hace que las vías respiratorias de los pulmones se estrechen, su revestimiento se inflame y las células que recubren las vías respiratorias produzcan más moco, lo que dificulta la entrada de aire suficiente.
Anteriormente, el laboratorio del doctor Sharifi ha estudiado ampliamente durante más de siete años el papel de HSD3B1 en el cáncer de próstata. En 2013, hizo el descubrimiento fundamental de que las células de cáncer de próstata con la variante HSD3B1 (1245C) sobreviven a la terapia de privación de andrógenos, la primera línea de defensa contra el cáncer de próstata, al producir sus propios andrógenos que alimentan la enfermedad.