MADRID 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una investigación internacional ha logrado identificar el origen evolutivo de la resistencia de la bacteria causante de la tuberculosis a muchos de los fármacos diseñados para combatirla, que al parecer se inició en Extremo Oriente hace más de 200 años impulsada por un grupo de cepas de 'Mycobacterium tuberculosis' del llamado linaje Beijing.
Así se desprende de los resultados del trabajo que publica la revista 'Nature Genetics', que muestran además como esta resistencia se ha propagado en los dos últimos siglos con picos durante la Revolución Industrial y la Primera Guerra Mundial y también alguna caída, como la registrada en la década de 1960 ante el auge de algunos antibióticos.
La tuberculosis es una de las enfermedades infecciosas que causa un mayor número de muertes en todo el mundo, con 1,5 millones de fallecidos al año, y actualmente representa una grave amenaza para la salud en algunos países dado que hay cepas específicas de la bacteria que adquieren resistencia a múltiples antibióticos.
En este trabajo, con participación española, se indagó en la base genética de esta resistencia y han observado que su propagación está impulsada en buena parte por un grupo de cepas de 'M. tuberculosis' del denominado linaje Beijing.
Para comprender mejor cómo este linaje y la evolución de dichas resistencias, reconstruyeron su estructura biogeográfica y su historia evolutiva a partir del análisis genético de casi 5.000 aislamientos procedentes de 99 países y de la secuenciación del genoma completo de 110 aislamientos representativos.
De este modo, vieron que el linaje Beijing se originó inicialmente en Extremo Oriente, desde donde se ha difundido a todo el mundo en varias oleadas. Así, en los últimos 200 años se han detectado picos de aumentos sucesivos en el tamaño de la población de este patógeno coincidiendo con la Revolución Industrial y la Primera Guerra Mundial, así como una caída con el auge del uso de antibióticos en la década de 1960.
TAMBIÉN HUBO UN AUMENTO TRAS LA CAÍDA DE LA URSS
Los autores rastrearon la propagación de las dos cepas más asociadas con la resistencia a múltiples fármacos a través de Eurasia y han determinado que se produjo a principios de la década de 1990, cuando el sistema de salud pública de la antigua Unión Soviética se derrumbó. Por último, han identificado 15 genes que pueden haber contribuido a la resistencia a los medicamentos en el linaje de Beijing.
La investigadora Sofía Samper, del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón e integrante del equipo científico que ha desarrollado el trabajo, explica en Sinc que este estudio aporta "gran cantidad de información que servirá a los investigadores involucrados en la epidemiología molecular y en el resto de los campos de la tuberculosis para comprender mejor al bacilo".
"Estamos comenzando una nueva era en la que técnicas de secuenciación masiva se utilizan en microbiología. Este análisis de los 110 genomas nos muestra la estructura global e hipótesis sobre la diseminación del linaje Beijing, estructurando dicha familia en siete grandes complejos evolutivos, detectando mutaciones características en cada uno de ellos y asociaciones con multirresistencia en alguno de los complejos clonales", ha precisado.
SIN PRESENCIA EN ESPAÑA, SALVO EN CASOS IMPORTADOS
El centro de la doctora Samper trabaja desde la década de 1990 en estudios moleculares de micobacterias en colaboración con grupos de investigación europeos, participando en la vigilancia molecular de multirresistencia en el continente gracias a la genotipificacion de todos los aislados de 'M. tuberculosis' en Aragón.
De este modo, han observado que la familia Beijing no se encuentra entre la población de bacterias propia de la región, únicamente en escasos casos "importados".
Además, los investigadores aragoneses detectaron la entrada de una cepa de este linaje en la ciudad de Gran Canaria en los años 90, y han vigilado a lo largo del tiempo su diseminación, en colaboración con Isolina Campos, del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín.
"Esto nos condujo a participar en proyectos europeos, diseñar y proponer marcadores para su identificación y los mejores métodos para su genotipado", apunta Samper.