¿Qué es la 'resiliencia inmunitaria'? ¿Y por qué quien la tiene vive más?

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Publicado: lunes, 26 junio 2023 8:07

MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (Estados Unidos), que trabajan con colaboradores de cinco países, han descubierto que la capacidad de resistir o recuperarse de infecciones y otras fuentes de estrés inflamatorio, denominada "resiliencia inmunitaria", difiere ampliamente entre individuos y quienes las conservan viven más y resisten las infecciones, según publican en la revista 'Nature Communications'.

El equipo ha desarrollado un conjunto único de parámetros para cuantificar el nivel de resistencia inmunitaria, lo que contribuirá a la toma de decisiones en materia de atención sanitaria y ayudará a los investigadores a comprender las diferencias en la duración de la vida y los resultados sanitarios en personas de edades similares.

Aunque la edad desempeña un papel importante en la respuesta del organismo a los factores de estrés infecciosos e inflamatorios, algunas personas conservan o recuperan una resistencia inmunitaria óptima con independencia de la edad, señala el doctor Sunil K. Ahuja, autor principal y catedrático del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, especializado en enfermedades infecciosas.

"La resiliencia inmunitaria es la capacidad de mantener una buena función inmunitaria, denominada inmunocompetencia, y minimizar la inflamación mientras se experimentan factores inflamatorios estresantes --explica el doctor Weijing He, coautor y científico investigador principal del Centro de Medicina Personalizada y la Fundación para el Avance de la Investigación en Salud de los Veteranos de la Administración de Veteranos--. Descubrimos que durante el envejecimiento y al experimentar estrés inflamatorio, algunas personas resisten la degradación de la resiliencia inmunitaria".

Las pruebas de laboratorio desarrolladas para evaluar los niveles de resistencia inmunitaria se evaluaron en casi 50.000 personas de diferentes edades y tipos de desafíos para sus sistemas inmunitarios.

Esta evaluación demostró que los individuos con niveles óptimos de resiliencia inmunitaria tenían más probabilidades de vivir más tiempo y resistir las infecciones por VIH y gripe, el SIDA y la reaparición del cáncer de piel tras un trasplante de riñón y sobrevivir a la infección por COVID-19 y la sepsis.

"Mucha gente piensa sólo en la inflamación cuando considera los resultados de la enfermedad --explica la coautora Grace C. Lee, investigadora del Centro de Medicina Personalizada de VA y profesora adjunta de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Texas--. Sin embargo, el concepto de resiliencia inmunológica captura los niveles de inmunocompetencia e inflamación juntos".

El estudio introduce el novedoso concepto de resiliencia inmunitaria, que contempla el equilibrio entre la inmunocompetencia y la inflamación como un factor que contribuye decisivamente a los resultados de salud, independientemente de la edad.

"Esto supone una ventaja y un paso adelante porque, al mirar más allá de la inflamación, podemos descubrir nuevas estrategias de prevención y tratamiento de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, el COVID-19, el VIH/SIDA y los cánceres", afirma Lee.

El equipo dividió a los participantes del Estudio del Corazón de Framingham en cuatro grupos en función de los marcadores de expresión génica de la resiliencia inmunitaria. "Los participantes con una resistencia inmunitaria óptima, definida por marcadores de expresión génica que indican una inmunocompetencia elevada y una inflamación baja, vivieron más tiempo tras controlar los efectos de la edad y el sexo", señala Muthu Saravanan Manoharan, coautor e investigador principal del Centro de Medicina Personalizada de la VA y del Centro de Ciencias de la Salud de la UT de San Antonio.

"Los participantes con métricas que significan baja inmunocompetencia-alta inflamación murieron antes, mientras que aquellos con una combinación de alta inmunocompetencia-alta inflamación, o baja inmunocompetencia-baja inflamación, tuvieron una esperanza de vida intermedia", añade.

El equipo del estudio también examinó los marcadores de expresión génica de la resistencia inmunitaria en una población de estudiantes universitarios sanos e individuos de la comunidad, todos menores de 50 años, a los que se extrajo sangre antes de que comenzara la temporada de gripe.

"Seis meses después de la gripe, algunas personas seguían presentando signos de expresión génica de mala salud inmunitaria --recuerda Nathan Harper, coautor y bioestadístico sénior del Centro de Medicina Personalizada del VA y de la Fundación para el Avance de la Investigación en Salud de los Veteranos--. Esto es bastante sorprendente porque significa que los factores estresantes inflamatorios como la gripe pueden degradar la salud inmunitaria de una persona vulnerable a largo plazo".

También examinó a trabajadoras del sexo de Kenia. Durante un estudio a largo plazo, los grados de salud inmunitaria de las que mantenían relaciones sexuales sin protección disminuyeron.

El doctor Lyle R. McKinnon, coautor y profesor asociado del Departamento de Microbiología Médica y Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina Max Rady de la Universidad de Manitoba (Canadá) explica que, "con orientación y herramientas para prácticas sexuales seguras, las mujeres con una menor frecuencia de relaciones sexuales sin protección durante un período de 10 años habían restaurado una resistencia inmunológica óptima", destaca.

En una de las cohortes, los autores observaron una capacidad poco común de mantener un alto nivel de inmunocompetencia con un bajo nivel de inflamación a pesar del estrés inflamatorio crónico, lo que se denomina estado de salud inmunitaria de élite.

El doctor Jason F. Okulicz, médico especialista en enfermedades infecciosas de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidosy miembro principal del equipo del estudio, reconoce que les sorprendió descubrir que, "tras iniciar la terapia antivírica de forma precoz, algunas personas seropositivas manifestaban marcadores de resistencia inmunitaria óptima típicamente observados en adultos más jóvenes sin infección por el VIH".

La asociación entre la resiliencia inmunitaria y la respuesta a la infección se observó durante otras infecciones. Alrededor del 80% de las personas tenían un grado de salud inmunitaria deficiente en el momento de la presentación de la COVID-19 aguda, y su grado inmunitario predecía la mortalidad, independientemente de la edad.

La resistencia inmunitaria también se midió en los receptores de trasplantes de riñón, que tienen un riesgo 100 veces mayor de desarrollar cáncer de piel y descubrieron que, si alguien tenía una resistencia inmunitaria óptima en el momento del primer cáncer, se resistía a padecer el segundo.

En colaboración con investigadores de Cerdeña, los autores examinaron los perfiles de células inmunitarias en sangre de casi 4.000 individuos por lo demás sanos y comprobaron que, independientemente de la edad, las personas con poca resistencia inmunitaria tenían perfiles de células inmunitarias que reflejaban una mayor activación inmunitaria.

Un hallazgo consistente en todas las poblaciones estudiadas fue que la edad no era el único factor determinante en la respuesta de una persona al estrés inflamatorio. Algunas personas más jóvenes con escasa resiliencia inmunitaria presentaban los mismos signos y grados de salud inmunitaria que se observan habitualmente en las personas mayores.

Este hallazgo sugiere que la capacidad de restaurar y mantener la inmunocompetencia a edades más tempranas puede estar vinculada a la duración de la vida.

Otro factor observado en todas las poblaciones y especies fue que los niveles más altos de resistencia inmunitaria óptima se observaban con más frecuencia en las mujeres que en los hombres.