MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores han descubierto un objetivo inesperado y novedoso para el cáncer de próstata en el propio reloj biológico del organismo al comprobar que CRY-1, un regulador de los ritmos circadianos, promueve la progresión del tumor al alterar la reparación del AND, según publican en la revista 'Nature Communications'.
Nuestro reloj biológico o sincroniza todos los procesos corporales con los ritmos naturales de luz y oscuridad, por lo que no es de extrañar entonces que interrumpir el reloj pueda causar estragos en nuestro cuerpo. De hecho, los estudios han demostrado que cuando los ritmos circadianos se alteran debido a la falta de sueño, el desfase horario o el trabajo por turnos, hay una mayor incidencia de algunos tipos de cáncer, incluido el de próstata.
Ante la necesidad urgente de desarrollar nuevos objetivos terapéuticos para el cáncer de próstata, los investigadores de Sidney Kimmel Cancer - Jefferson Health (SKCC) exploraron el reloj circadiano y encontraron un papel inesperado para el gen CRY-1 del reloj en la progresión del cáncer.
"Cuando analizamos los datos del cáncer humano, se descubrió que el factor circadiano CRY-1 aumentaba en los cánceres de próstata en etapa tardía y está fuertemente asociado con malos resultados --explica Karen Knudsen, vicepresidenta ejecutiva de servicios de oncología de Jefferson Health y director empresarial de SKCC y autor principal del estudio--. Sin embargo, no se ha explorado el papel de CRY-1 en los cánceres humanos".
Una terapia común para el cáncer de próstata implica suprimir el andrógeno de la hormona masculina y/o el receptor de andrógenos, ya que los tumores de próstata requieren andrógenos para desarrollarse y progresar a una enfermedad avanzada. Con sus colaboradores en Estados Unidos y Europa, los investigadores encontraron que CRY-1 es inducido por el receptor de andrógenos en tejido tumoral de próstata obtenido de pacientes, lo que explica en parte los altos niveles de CRY-1 observados en enfermedades humanas.
"Esta fue una clara indicación del vínculo de CRY-1 con el cáncer de próstata --dice Ayesha Shafi, investigadora postdoctoral en el laboratorio del Dr. Knudsen y primera autora del estudio--. A medida que profundizamos en el papel de CRY1, encontramos inesperadamente que el factor circadiano estaba alterando la forma en que las células cancerosas reparan el ADN".
Los tratamientos contra el cáncer tienen como objetivo dañar el ADN de las células cancerosas y provocar defectos en los mecanismos de reparación; eventualmente, las células se autodestruyen cuando el daño es severo. Los investigadores probaron el posible papel de CRY-1 en la reparación del ADN en células cultivadas, modelos animales y tejido recolectado de pacientes con cáncer de próstata.
Primero indujeron daño al ADN al exponer las células cancerosas a la radiación y encontraron que los niveles de CRY-1 se elevaron, lo que indica que estaba respondiendo a este tipo de daño. También encontraron que CRY-1 regula directamente la disponibilidad de factores esenciales para el proceso de reparación del ADN y altera los medios por los cuales las células cancerosas responden al daño del ADN. Los hallazgos sugieren que CRY-1 puede ofrecer un efecto protector contra terapias dañinas.
"El hecho de que CRY-1 esté elevado en el cáncer de próstata en etapa tardía puede explicar por qué los tratamientos dirigidos a los andrógenos se vuelven ineficaces en esas etapas posteriores --apunta Shafi--. También nos dice que si un tumor tiene altos niveles de CRY-1, los tratamientos dirigidos a la reparación del ADN pueden ser menos efectivos para ellos".
"No solo hemos delineado un papel para CRY-1 fuera de su función canónica en los ritmos circadianos, los hallazgos de la doctora Shafi son los primeros en revelar los medios por los cuales CRY1 contribuye a la enfermedad agresiva --agrega la doctora Knudsen--. Es notable que las funciones pro-tumorales de CRY1 pueden ser objetivos viables para tratar el cáncer de próstata, y esta es una dirección que explorará el trabajo futuro de la doctora Shafi".
De cara al futuro, el equipo planea explorar la mejor manera de atacar y bloquear CRY-1 y qué otras terapias existentes pueden funcionar sinérgicamente para dificultar la reparación del ADN en las células del cáncer de próstata. También planean estudiar más genes del ritmo circadiano y determinar cómo la alteración circadiana puede afectar el tratamiento del cáncer.
"Se ha demostrado que las alteraciones circadianas pueden afectar la eficacia del tratamiento, pero también que alinear el tratamiento con los ritmos naturales del cuerpo o administrar la terapia en determinados momentos del día puede ser beneficioso --explica la doctora Knudsen--. Nuestros hallazgos abren una multitud de preguntas de investigación importantes que exploran el vínculo entre el reloj circadiano y el cáncer".