MADRID, 24 Jul. (EDIZIONES) -
¿Qué piensas sobre el insomnio?¿Es una enfermedad o un síntoma? Según las estadísticas, la mayor parte de las personas han padecido en alguna ocasión de su vida una noche en blanco, es decir, una noche de insomnio, casi siempre unida a problemas personales o a épocas de estrés.
Se trata de un síntoma frecuente que afecta a un 25% de la población de los países industrializados y cuya repercusión social, económica y sanitaria es importante. La cantidad de sueño varía de una persona a otra. La mayor parte de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño cada noche, pero podemos encontrarnos con personas que duermen de 5 a 6 horas, y otras que necesitan entre 9 y 10 horas. En ambos casos el sueño puede proporcionar la misma sensación reparadora, según asegura Victoria de la Fuente, psicóloga clínica y especialista en patología del sueño.
Con motivo de la reedición de Insomnio. Cómo combatir las noches en blanco (Amat Editorial), esta experta subraya en una entrevista con Infosalus que la primera medida que se debe tener en cuenta es el buscar la causa directa que provoca esas malas noches para, de este modo, poder tratar el síntoma, es decir, esas noches en blanco.
Según afirma De la Fuente, muchas veces las personas interpretan que al irse a la cama deben dormirse a los 5 minutos, cuando esto no es así. Durante el día tu cerebro se prepara para que cuando llegue la noche estés en condiciones idóneas para que te duermas. Esto puede llevar de 10 minutos hasta 45 minutos. Esto es lo normal, no es que al meterme justo en la cama me debo dormir, sostiene.
Éste se trataría del primer tipo de insomnio que existe, el insomnio de inicio, según detalla, donde hay una incapacidad de quedarse dormido antes de 30 minutos y una vez acostados. Después se encontraría el insomnio de mantenimiento, cuando no se puede permanecer dormido toda la noche y sí se presentan numerosos despertares nocturnos; así como el insomnio por despertar precoz, un despertar que se produce a las 4 o 5 horas de iniciado el sueño, seguido de la incapacidad para volver a conciliarlo, según enumera.
Además, la licenciada en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona y experta en patología de sueño destaca que depende de cómo vivamos durante el día, así dormiremos por la noche, es decir, señala que todas las influencias que tenemos a nivel social o familiar, por ejemplo, influirán en nuestro sueño.
Entonces, ¿está en nuestra mano más de lo que pensamos el dormir bien? De la Fuente sostiene que sí, porque nuestro sueño se regula por los ritmos biológicos, y es en nuestra mano donde se encuentra el tener una rutina al acostarnos, al levantarnos, y depende de nosotros el no hacer actividades a última hora de la noche, porque el cerebro necesita ir preparando el momento del sueño.
Sí podemos hacer actividades relajadas para indicarle que nos vamos a la cama. Tampoco son convenientes las cenas abundantes, ni tampoco todo lo que sean estimulantes, como el café, el té, o el chocolate a partir de las 6 de la tarde. A partir de esa hora el cerebro se relaja para iniciar el sueño y con los estimulantes se dificultará la hora de dormirnos. Por eso, la experta insiste en que las rutinas y los hábitos de sueño es lo que más estaría en nuestras manos a la hora de evitar el insomnio.
EL PAPEL TAN BENEFICIOSO DEL DEPORTE PARA DORMIR
Aquí la psicóloga clínica resalta también el papel tan beneficioso que puede tener el deporte: Hay que hacer actividad. Al haber estado confinados nos hemos movido menos, hemos ganado peso, y al tener más tiempo para pensar hemos podido engrandecer problemas. El deporte es bueno siempre, pero durante el día, no a última hora de la tarde-noche, por lo que hemos explicado antes.
Por eso, indica que el no dormir bien durante una noche le puede pasar a cualquiera, porque a lo mejor al día siguiente tienes un viaje, es decir, una preocupación, te puede costar más dormir. Hay que tener en cuenta todos los factores de nuestro día a día.
Con todo ello, Victoria De La Fuente alerta de que el no dormir bien puede perjudicar a nuestra salud. Al no dormir bien y no cargar pilas durante la noche hace que al día siguiente presentemos más dificultades en la concentración, en la memoria, en el estado anímico, se esté más decaído. Un día no pasa nada, pero cuando es a diario entramos en un circulo vicioso y aumentas tu estado de angustia y de ansiedad por el sueño, detalla la especialista en patología del sueño.
En esta línea, la psicóloga clínica llama la atención sobre el hecho de que si se llevan varios días seguidos con dificultades a la hora de conciliar el sueño, con el inicio del sueño, y también con el mantenimiento del mismo, es el momento de acudir a un especialista. Si es diario y llevamos semanas sí sería bueno hacer una consulta. No hace falta con un especialista, a veces con el propio médico cabecera te puede guiar, afirma la experta.
Un último consejo para dormir bien es, irse a la cama, el no pensar que vamos a dormir mal. Hay que buscar pensamientos donde relajes la mente para que los ritmos biológicos hagan sus funciones, añade.