MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) han identificado un mecanismo en los nematodos que permite que las células del sistema nervioso, las neuronas, se comuniquen con las células germinales, las células que contienen la información (genética y epigenética) que se transmite a las generaciones futuras. Esta es la primera vez que se identifica un mecanismo que puede transmitir respuestas neuronales a la descendencia.
Los nematodos, gusanos que se encuentran en prácticamente todos los hábitats ambientales, se encuentran entre los organismos modelo más estudiados. Se reproducen rápidamente y su genoma contiene casi el mismo número de genes que el genoma humano.
"Estos hallazgos van en contra de uno de los dogmas más básicos de la biología moderna. Durante mucho tiempo se pensó que la actividad cerebral no podía tener ningún impacto en el destino de la progenie. La 'Barrera Weismann', también conocida como la 'Segunda Ley de Biología', establece que la información heredada en la línea germinal se supone que está aislada de las influencias ambientales", explica Oded Rechavi, el autor principal del trabajo, que se ha publicado en la revista 'Cell'.
Según detalla, el mecanismo está controlado por pequeñas moléculas de ARN, que regulan la expresión génica. "Los ARNs pequeños transmiten información derivada de las neuronas a la descendencia que influyen en una variedad de procesos fisiológicos, incluyendo el comportamiento de búsqueda de alimento", apunta.
Otras investigaciones han evidenciado que los pequeños ARN en los gusanos pueden producir cambios transgeneracionales, pero el descubrimiento de una transferencia transgeneracional de información desde el sistema nervioso es "un 'Santo Grial'", aseguran los investigadores. "El sistema nervioso es único en su capacidad de integrar las respuestas sobre el medio ambiente, así como las respuestas del cuerpo. La idea de que también puede controlar el destino de la descendencia de un organismo es asombrosa", apostillan.
Los investigadores han encontrado que la síntesis de pequeños ARN en las neuronas es necesaria para que el gusano sea atraído eficientemente a los olores asociados con los nutrientes esenciales para buscar comida. Los pequeños ARN producidos en el sistema nervioso de los padres influyeron en este comportamiento, así como la expresión de muchos genes de la línea germinal que persistieron durante al menos tres generaciones.
En otras palabras, los nematodos que no crearon los ARN exhibían habilidades defectuosas de identificación de alimentos. Cuando los investigadores restauraron la capacidad de producir pequeños ARN en las neuronas, los nematodos volvieron a moverse hacia los alimentos de manera eficiente una vez más. Este efecto se mantuvo durante varias generaciones a pesar de que la descendencia no tenía la capacidad de producir ARN pequeños por sí misma.
"Es importante destacar que aún no sabemos si algo de esto se traduce en humanos. Si lo hace, entonces estudiar el mecanismo podría tener un uso práctico en medicina. Muchas enfermedades pueden tener algún componente hereditario epigenético. Una comprensión más profunda de las formas no convencionales de herencia sería crucial para entender mejor estas condiciones y diseñar mejores diagnósticos y terapias", concluyen.