MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -
Se ha disuadido a las personas que padecen Long-COVID de hacer ejercicio porque las primeras observaciones sugirieron que podría ser perjudicial. Ahora, en un estudio publicado en 'JAMA Network Open', investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) demuestran que padecer Covid persistente no significa que se deba evitar estrictamente el ejercicio.
Cabe tener en cuenta que las personas afectadas por el post-COVID a menudo experimentan síntomas como fatiga extrema, dificultad para respirar, frecuencia cardíaca elevada en reposo y debilidad muscular. Los síntomas suelen verse exacerbados por el esfuerzo. Es por ello que "la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos importantes han dicho que las personas con poscovid deben evitar el ejercicio intenso", afirma Andrea Tryfonos, investigadora del Departamento de Medicina de Laboratorio del Instituto Karolinska y primera autora del estudio actual.
Así, la investigadora y su equipo han querido demostrar que esta recomendación probablemente sea demasiado estricta. Para ello, reclutaron a 31 pacientes con diagnóstico de Long-covid, sin más comorbilidades. A modo de comparación, se seleccionaron 31 personas del mismo sexo y edad sin Long-COVID. Posteriormente, todos los participantes completaron tres sesiones de entrenamiento diferentes que consistían en entrenamiento en intervalos de alta intensidad, entrenamiento continuo de intensidad moderada y entrenamiento de fuerza en un orden aleatorio con algunas semanas de diferencia.
Los participantes fueron examinados antes, inmediatamente después y dos días después de las sesiones de entrenamiento para determinar los niveles de síntomas. Además, se sometieron a varios exámenes médicos, entre ellos análisis de sangre, ecografía cardíaca, espirometría para la función pulmonar, pruebas de fuerza muscular, pruebas neurofisiológicas y biopsias musculares. "Lo que pudimos ver en general es que a los pacientes Long-COVID les va tan bien como a los controles, aunque para empezar tenían más síntomas. Por igual de bien quiero decir que no empeoraron sus síntomas, ni afectaron negativamente a su cuerpo durante las 48 horas que los observamos", relata Andrea Tryfonos.
El estudio también mostró que existen algunas diferencias entre las personas con Lon- covid y los controles. "Las personas con Long-COVID generalmente tenían niveles más bajos de condición física y fuerza muscular, lo que podría deberse tanto a la infección como a la menor actividad. Después de dos años de síntomas prolongados y de que le disuadieran de hacer ejercicio, no es sorprendente que haya perdido parte de su capacidad de trabajo", dice Andrea Tryfonos.
Los investigadores también encontraron que hasta el 62 por ciento de las personas con Long-COVID padecían miopatía, un cambio en el tejido muscular que afecta la capacidad muscular. "Este porcentaje es demasiado alto para explicarlo únicamente por la reducción de la actividad. Por lo tanto, actualmente estamos analizando las biopsias para ver si podemos explicar el motivo de estos cambios musculares", apunta la investigadora
Sin embargo, cree que las recomendaciones de ejercicio Long-COVID deberían revisarse ahora. "No se debe disuadir a las personas con Long-COVID de hacer ejercicio en general. En lugar de ello, se les debe animar, bajo supervisión, a empezar con cualquier tipo de ejercicio que les guste, por supuesto a un nivel adecuado, y luego aumentar lentamente la intensidad", afirma Andrea Tryfonos, aunque subraya que los resultados del estudio no significan que todos los pacientes puedan tolerar el ejercicio igualmente bien.