MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Alzheimer's Center at Temple de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple (Estados Unidos) están tras la pista de una nueva diana terapéutica: ABCA7, una proteína conocida por proteger de la enfermedad de Alzheimer.
El estudio, publicado en la revista 'Cells', descubre nuevos datos sobre la relación entre ABCA7, el colesterol y la inflamación en las células del cerebro humano.
La importancia de ABCA7 en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer surgió por primera vez en los estudios de asociación del genoma completo, que son grandes investigaciones del genoma humano en las que participan miles de personas.
"Pero los estudios genómicos sólo señalan una proteína y no nos dicen nada sobre cómo funciona o cómo afecta a una enfermedad", ha afirmado el investigador del Centro de Alzheimer de Temple y primer autor del nuevo informe, Joel Wiener, quien ha añadido que el "objetivo es desvelar las funciones de ABCA7 y utilizar lo que aprendamos sobre su papel en la patología para convertirlo en una terapia eficaz contra la enfermedad de Alzheimer".
Trabajos anteriores dirigidos por el investigador del Centro de Alzheimer de Temple y autor correspondiente del nuevo estudio, Nicholas Lyssenko, sugerían que los individuos de entre 63 y 78 años que presentan niveles bajos de proteína ABCA7 en el cerebro tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Este hallazgo corroboró las conclusiones de estudios genómicos anteriores e indicó además que la proteína protege el cerebro humano.
En el nuevo estudio, el equipo de Lyssenko abordó cómo el metabolismo del colesterol y la inflamación pueden manipular los niveles de ABCA7 en las células cerebrales humanas y afectar así a la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer.
En una serie de experimentos, los investigadores redujeron el colesterol en distintas líneas celulares neuronales, como microglías, astrocitos y neuronas, y luego trataron las células con rosuvastatina, un medicamento que suprime la síntesis de colesterol.
Para determinar el efecto de la inflamación sobre ABCA7, el equipo llevó a cabo otra serie de experimentos en los que las mismas líneas celulares fueron tratadas con una de las tres principales citocinas proinflamatorias: IL-1, IL-6 o TNFa. Las citocinas son pequeñas moléculas que pueden desencadenar la inflamación tras su secreción por ciertos tipos de células inmunitarias.
Los investigadores descubrieron que los niveles de ABCA7 disminuían en un 40 por ciento en las líneas celulares de microglía y en un 20 por ciento en una línea celular de astrocitos después de que las células perdieran más de la mitad de su cantidad habitual de colesterol.
Mientras tanto, no se observaron cambios en los niveles de ABCA7 en una línea celular neuronal tras la pérdida de colesterol. Además, la IL-1 y el TNFa suprimieron la expresión de ABCA7 sólo en las células microgliales. La tercera citoquina, IL-6, no tuvo ningún impacto sobre ABCA7 en la microglía, y ninguna de las tres citoquinas indujo cambios en los niveles de ABCA7 ni en astrocitos ni en neuronas.
Estas observaciones permiten comprender mejor cómo se regula ABCA7 en el cerebro. "Nuestros hallazgos sugieren que la pérdida de colesterol regula ABCA7 a la baja en muchas células del cerebro humano. Trabajos anteriores en ratones demostraron que la pérdida de colesterol aumenta la regulación de ABCA7", ha afirmado Wiener.
"Además, otros investigadores descubrieron que la inflamación suprime ABCA7 en los astrocitos, y ahora demostramos que esto también puede ocurrir en la microglía. En general, el agotamiento del colesterol y la inflamación pueden reducir los niveles de ABCA7 en el cerebro y causar la aparición de la enfermedad de Alzheimer."
El equipo de Temple está adoptando múltiples enfoques para estudiar ABCA7, utilizando no sólo células humanas sino también llevando a cabo experimentos en modelos animales y en tejido cerebral humano postmortem.
"El mayor reto ahora es averiguar cómo medir los niveles de ABCA7 en el cerebro de seres humanos vivos", ha añadido Lyssenko. "Si lo logramos, podríamos comprobar si la inflamación suprime ABCA7 en el cuerpo humano", ha explicado, al tiempo que ha señalado que "un análisis eficaz de los niveles de ABCA7 en el cerebro también identificará a los individuos con mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y estimulará el desarrollo de nuevas terapias basadas en ABCA7"