¿Qué produce un cambio de comportamiento social a gran escala?

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ILDAR SAGDEJEV/WIKIMEDIA COMMONS - Archivo
Actualizado: lunes, 11 junio 2018 7:01

   MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Cuando las organizaciones hacen la vista gorda ante el acoso sexual en el lugar de trabajo, ¿cuántas personas necesitan tomar una posición antes de que el comportamiento ya no se vea como algo normal? Según un nuevo artículo publicado en 'Science', hay una respuesta cuantificable: aproximadamente el 25 por ciento de las personas necesita tomar una posición antes de que ocurra un cambio social a gran escala. Esta idea de un punto de inflexión social se aplica a los estándares en el lugar de trabajo y a cualquier tipo de movimiento o iniciativa.

   En el mundo digital, las personas desarrollan normas, sobre todo, desde qué tipo de contenido es aceptable publicar en las redes sociales, hasta qué tan civil o incivil es estar en ese lenguaje. Recientemente, hemos visto cómo las actitudes públicas pueden cambiar y lo hacen cuestiones como el matrimonio entre homosexuales, las leyes sobre armas de fuego o la igualdad racial y de género, así como sobre qué creencias son o no públicamente aceptables expresar.

   Durante los últimos 50 años, muchos estudios de organizaciones y cambios en la comunidad han intentado identificar el tamaño crítico necesario para un punto de inflexión, basándose puramente en la observación. Estos estudios han especulado que los puntos de inflexión pueden oscilar entre el 10 y el 40 por ciento.

   El problema para los científicos ha sido que las dinámicas sociales del mundo real son complicadas y no es posible reproducir la historia exactamente de la misma manera para medir con precisión cómo hubieran sido diferentes los resultados si un grupo activista hubiera sido más grande o más pequeño.

   "Lo que pudimos hacer en este estudio fue desarrollar un modelo teórico que predeciría el tamaño de la masa crítica necesaria para cambiar las normas del grupo, y luego probarlo experimentalmente", dice el autor principal Damon Centola, profesor asociado de la Escuela de Comunicación Annenberg de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos, y de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas. Basándose en más de una década de trabajo experimental, Centola ha desarrollado un método 'online' para probar cómo se puede cambiar la dinámica social a gran escala.

   En este estudio, "Evidencia experimental para puntos de inflexión en la Convención Social", en coautoría con Joshua Becker, Devon Brackbill y Andrea Baronchelli, diez grupos de 20 participantes cada uno recibieron un incentivo financiero para acordar una norma lingüística. Una vez que se estableció una norma, un grupo de confederados --una coalición de activistas que varió en tamaño-- presionó para que se modificara la norma.

UN UMBRAL QUE PUEDE CAMBIAR SEGÚN LAS CIRCUNSTANCIAS

   Cuando un grupo minoritario que impulsaba el cambio estaba por debajo del 25 por ciento del grupo total, sus esfuerzos fracasaron; pero cuando la minoría comprometida alcanzó el 25 por ciento, hubo un cambio abrupto en la dinámica del grupo, y muy rápidamente la mayoría de la población adoptó la nueva norma. En un ensayo, una sola persona marcó la diferencia entre el éxito y el fracaso.

   Los investigadores también probaron la solidez de sus resultados al aumentar los pagos que recibían las personas por adherirse a la norma vigente. A pesar de duplicar y triplicar la cantidad de dinero para cumplir con el comportamiento establecido, Centola y sus colegas detectaron que un grupo minoritario podría revertir la norma del grupo.

   Aunque los autores reconocen que las situaciones de la vida real pueden ser mucho más complicadas, dicen que su modelo permite cambiar el número exacto del punto de inflexión del 25 por ciento según las circunstancias. La longitud de la memoria es una variable clave, y se relaciona con cuán arraigada es una creencia o un comportamiento. Por ejemplo, alguien cuyas creencias se basan en cientos de interacciones pasadas puede estar menos influenciado por un agente de cambio, mientras que alguien que considera solo sus interacciones más recientes sería más fácilmente influido.

   "Nuestros hallazgos presentan un marcado contraste con los siglos de pensamiento sobre el cambio social en la economía clásica, en el que los economistas suelen pensar que se necesita una mayoría de activistas para cambiar las normas de una población --dice Centola--. El modelo clásico, llamado análisis de estabilidad en equilibrio, dictaría que se necesita el 51 por ciento o más para iniciar un cambio social real. Encontramos, tanto teórica como experimentalmente, que una fracción mucho más pequeña de la población puede efectivamente conseguirlo".

   Centola cree que pueden diseñarse entornos para impulsar a las personas en direcciones pro-sociales, particularmente en contextos como las organizaciones, donde las recompensas personales de las personas están ligadas directamente a su capacidad para coordinar conductas que sus compañeros encontrarán aceptables.

   Centola también sugiere que este trabajo tiene implicaciones directas para el activismo político en Internet, ofreciendo una nueva percepción de cómo el uso del gobierno chino de la propaganda progubernamental en las redes sociales como Weibo, por ejemplo, puede desviar las normas conversacionales de las historias negativas que podrían fomentar el descontento social.

   Aunque cambiar las creencias subyacentes de las personas puede ser un desafío, los resultados de Centola ofrecen nueva evidencia de que una minoría comprometida puede alterar comportamientos que se consideran socialmente aceptables, lo que puede llevar a resultados pro-sociales como reducción del consumo de energía, menos acoso sexual en el lugar de trabajo y mejorar los hábitos de ejercicio.

   Por el contrario, también puede provocar un comportamiento antisocial a gran escala, como el acoso por Internet o estallidos públicos de racismo. Las implicaciones del cambio de comportamiento a gran escala son también el tema del nuevo libro de Centola, 'How Behavior Spreads', publicado este mes por Princeton University Press.