MADRID 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una nueva terapia contra el cáncer desarrollada por investigadores de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) ataca los tumores engañando a las células cancerosas para que absorban un fragmento de ARN que bloquea de forma natural la división celular.
Según publican sus autores en la revista 'Oncogene', los tumores tratados con la nueva terapia no aumentaron de tamaño en el transcurso de un estudio de 21 días, mientras que los tumores no tratados triplicaron su tamaño en el mismo periodo de tiempo.
El cáncer puede empezar casi en cualquier parte del cuerpo humano. Se caracteriza por células que se dividen sin control y que pueden ser capaces de ignorar las señales para morir o dejar de dividirse, e incluso evadir el sistema inmunitario.
La terapia, probada en modelos de ratón, combina un sistema de administración dirigido a las células cancerosas con una versión especialmente modificada del microARN-34a, una molécula que actúa "como los frenos de un coche", ralentizando o deteniendo la división celular, explica Andrea Kasinski, autora principal y profesora asociada de ciencias biológicas William y Patty Miller de la Universidad de Purdue.
Además de ralentizar o invertir el crecimiento tumoral, el microARN-34a suprimió fuertemente la actividad de al menos tres genes --MET, CD44 y AXL-- conocidos por provocar cáncer y resistencia a otras terapias oncológicas, durante al menos 120 horas.
Los resultados indican que la terapia pendiente de patente, la más reciente iteración en más de 15 años de trabajo dirigido al microARN para destruir el cáncer, podría ser eficaz por sí sola y en combinación con fármacos existentes cuando se utiliza contra cánceres que han creado resistencia a los medicamentos.
"Cuando obtuvimos los datos, me quedé extasiado. Estoy seguro de que este enfoque es mejor que el tratamiento estándar actual y de que hay pacientes que se beneficiarán de él", reconoce Kasinski, miembro del Instituto Purdue de Investigación Oncológica.
El microARN-34a es una doble cadena corta de ácido ribonucleico, es decir, una cadena de ácidos ribonucleicos unidos como los dientes de una cremallera a lo largo de una cadena de azúcar y fosfato. Las dos cadenas del microARN están unidas por una cremallera desigual, en la que una cadena actúa como guía de un complejo proteínico hacia el lugar de trabajo en la célula, mientras que la otra cadena se destruye.
En las células sanas, el microARN-34a es abundante, pero su presencia se reduce drásticamente en muchas células cancerosas.
Aunque la idea de reintroducir el microARN-34a en las células cancerosas parece sencilla, el equipo de investigación tuvo que superar muchos retos para elaborar una terapia eficaz.
El ARN natural se descompone rápidamente, por lo que para mejorar la durabilidad de la terapia, el equipo estabilizó el microARN-34a añadiendo varios pequeños grupos de átomos a lo largo de la cadena.
El equipo modeló sus modificaciones a partir de una estructura química aprobada por la FDA que los investigadores de la empresa biotecnológica Alnylam utilizaron en ARN de interferencia corta similares. Los experimentos en modelos de ratón demuestran que el microARN-34a modificado perdura al menos 120 horas tras su introducción.
Además, el microARN-34a modificado es invisible para el sistema inmunitario, que normalmente atacaría el ARN de doble cadena introducido en el organismo.
Para garantizar que el microARN-34a modificado llegara a las células cancerosas, el equipo unió la doble cadena a una molécula de vitamina folato. Las superficies de todas las células de nuestro cuerpo tienen receptores que se unen al folato y atraen la vitamina al interior de la célula, pero las células de muchos tipos de cáncer -- mama, pulmón, ovario y cuello de útero-- tienen muchos más receptores de folato en su superficie celular que las células sanas.
El diminuto compuesto de microARN-34a y folato penetra en el tejido denso de los tumores y se une al receptor de folato de la superficie celular. A continuación, se introduce en una pequeña bolsa de la membrana celular denominada vesícula. Una vez dentro de la célula, parte del microARN-34a es capaz de escapar de la vesícula y ralentiza la división celular.
La especificidad específica de la terapia reduce la cantidad de compuesto que debe administrarse para ser eficaz, lo que a su vez reduce la toxicidad potencial, los efectos secundarios y el coste. El equipo también puede preparar una versión separada, dirigida a un receptor de superficie celular distinto, para las células de cáncer de próstata, que no producen un exceso de receptores de folato. Kasinski y su equipo confían en el valor de la iteración más reciente y se prepararán para los ensayos clínicos.