MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
La precariedad en el empleo, las malas condiciones de la vivienda, la desigualdad de renta, los problemas de transporte, la mala alimentación o la contaminación son algunos de los condicionantes sociales que frenan la mejora de los indicadores de salud en todo el mundo, según concluye el informe 'Action required. The urgency of addressing social and determinants of health', realizado por el Instituto de Investigación de la Salud de la consultora PwC.
"Actuar sobre estos factores no es, obviamente, nada fácil, entre otras cosas porque muchas veces los resultados son difíciles de cuantificar o no se perciben a corto plazo. Pero cualquier avance en ese terreno, por pequeño que sea, permite una mejora de la salud de los ciudadanos y, al mismo tiempo, un ahorro importante en el gasto sanitario", concluye el documento, que analiza los factores sociales, culturales y económicos que pueden mejorar la salud y, al mismo tiempo, reducir el gasto sanitario.
El estudio, realizado a partir de 8.000 encuestas a personas de todo el mundo y organizaciones líderes del cuidado de la salud, reúne una serie de casos de éxito para ejemplificar que con intervenciones básicas se puede mejorar la salud de los ciudadanos. Por ejemplo, en Singapur se consiguió reducir un 30 por ciento el consumo de tabaco entre los jóvenes; o el de Sidney, donde se logró una reducción de dos kilos en el peso promedio de los adultos y una caída de la prevalencia de la diabetes.
Además, en un distrito de Wakefield (Inglaterra), conocido por la incidencia del sobrepeso entre sus habitantes, así como por sus altas tasas de fumadores y de ingresos hospitalarios provocados por el alcohol, se implantó un programa de asistencia en un conjunto de viviendas sociales con el fin de mejorar sus condiciones de habitabilidad, como la calefacción, y de estilo de vida. El programa facilitó la reducción de las peticiones de ambulancia y de traslados de personas mayores a residencias, según las conclusiones del texto de PwC.
Por otra parte, ponen como ejemplo un programa para servir comidas a domicilio a mayores en el norte de Texas (Estados Unidos). "El objetivo era no solo mejorar su alimentación y sus hábitos nutritivos, sino también facilitar su interacción social", explican los responsables del informe. Un análisis del programa reveló un efecto positivo en la incidencia de enfermedades como la diabetes, las patologías coronarias o la hipertensión, lo que se traduce en "un importante ahorro de costes para el sistema de salud", concluyen.
"Son enfoques nuevos, ideas alternativas que atacan la raíz de los problemas y mitigan el impacto negativo de los condicionantes sociales en la salud de la gente, ahorrando al mismo tiempo recursos a los sistemas sanitarios. La tecnología y la inversión son importantes para mejorar la salud de los ciudadanos. Pero no, no lo son todo", destacan desde PwC.
Por otra parte, el estudio destaca que para intervenir en los condicionantes sociales resulta "necesaria" la colaboración entre administraciones públicas, aseguradoras, organizaciones locales, grupos de investigación y empresas farmacéuticas. "Ese esfuerzo de cooperación debe orientarse a la creación de un marco de trabajo a la vez robusto y flexible, en el que se pueda utilizar el análisis de datos para identificar los grupos de población donde es más eficaz la intervención, y en el que existan mecanismos de contacto con la realidad que aseguren una respuesta positiva por parte de la comunidad", zanja el informe.