MADRID 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
La población inmigrante copa una tercera parte de los casos de tuberculosis en España, una enfermedad que afecta a entre 20 y 25 personas por cada 100.000 habitantes y que, en lo últimos años, se ha estancado según ha explicado el doctor Emilio Bouza, jefe del Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, durante la 'Jornada sobre Tuberculosis: epidemiología, diagnóstico, tratamiento y prevención'.
Este experto ha recordado que, aunque esta enfermedad es poco considerada y se cree "más propia de otros tiempos y países", la realidad es que no se ha conseguido borrar por completo del mapa de las enfermedades infecciosas y que el número de afectados sigue siendo excesivamente alto en los países ricos. "Aunque la cifra en cuestión está muy lejos de la de décadas pasadas, todavía supera la de otros países desarrollados del mismo entorno", apunta el doctor Bouza.
La tuberculosis suele afectar a personas con bajas condiciones socioeconómicas, aunque no siempre es así. "El alcoholismo es otro factor de riesgo destacable, al igual que la toma de inmunosupresores por parte de pacientes trasplantados o portadores del VIH", afirma.
La situación epidemiológica es muy distinta en los países pobres, donde se dan millones de casos cada año y la inmensa mayoría de ellos terminan falleciendo. Y, en este sentido, han recordado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se propuso la erradicación de la tuberculosis para antes de 2015, algo que según los expertos reunidos este jueves no será posible por culpa del sida, entre otras causas.
"Mientras esto no ocurra, los países han de seguir alerta y establecer una política de seguimiento de casos más coordinada si cabe", señala el experto. En este contexto, "el control de los grupos de alto riesgo es particularmente importante: tanto la población inmigrante como los pacientes VIH o hepatópatas", explica.
MADRID VS ALMERÍA
Durante la jornada, el doctor Darío García de Viedma, especialista del Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, ha presentado datos de dos estudios multicéntricos liderados por el Servicio de Microbiología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón: uno de Madrid y el otro de Almería.
Entre otras conclusiones, los estudios demuestran que hay mucha permeabilidad en la transmisión de la tuberculosis, es decir que "es más que probable que la transmisión de esta enfermedad se produzca entre pacientes de diferentes nacionalidades de la misma manera que entre la población autóctona y la inmigrante, y viceversa".
Otra observación inédita de ambas investigaciones apunta que, al contrario de lo que se venía creyendo, la tuberculosis del inmigrante no siempre es importada, sino que hay veces que la infección se produce con cepas españolas.
Esto es relevante desde el punto de vista terapéutico, pues "puede significar que en un inmigrante con tuberculosis no deba presuponerse necesariamente resistencia a antituberculosos como consecuencia de la importación de cepas de sus países de origen, más frecuentemente resistentes".
A su juicio, la experiencia de Almería está siendo" mucho más satisfactoria" que la de Madrid, "pues allí hay una excelente comunicación entre microbiólogos, infectólogos y epidemiólogos, que ya están utilizando información molecular para controlar las rutas de transmisión de la tuberculosis", afirma.
BIOLOGÍA MOLECULAR CONTRA LA ENFERMEDAD
Durante el encuentro, organizado por la Fundación de Ciencias de la Salud y la Fundación Rafael del Pino, en colaboración con CIBERES (Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Respiratorias) y GlaxoSmithKline, han destacado el papel que va a jugar la biología molecular en el abordaje de esta enfermedad.
Las herramientas moleculares "nos están permitiendo a los microbiólogos identificar al máximo cada bacteria o cepa que aparece, así como las líneas familiares que hay entre ellas", ha explicado García de Viedma.
Asimismo, esta disciplina "nos ha permitido encontrar rutas de transmisión de la enfermedad en entornos no convencionales que ni se hubieran sospechado con los sistemas convencionales". De esta manera, se ha logrado profundizar al máximo en el estudio de la transmisión de esta patología.