MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un trabajo dirigido por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, ha revelado que la mera presencia de incluso una pequeña cantidad de placa coronaria calcificada, más comúnmente denominada como calcio en la arteria coronaria (CAC, por sus siglas en inglés), en personas menores de 50 años, estaba fuertemente asociada con aumento del riesgo de desarrollar enfermedad coronaria durante el decenio siguiente.
El estudio, publicado este miércoles en 'JAMA Cardiology', también reveló que aquellas personas con las puntuaciones más altas de calcio en la arteria coronaria, medidas mediante tomografía computarizada (TC), presentaban más de un 20 por ciento de probabilidades de morir de un episodio cardiaco en ese mismo periodo de tiempo.
El CAC se ha asociado durante mucho tiempo con enfermedades coronarias y patologías cardiovasculares. Sin embargo, los datos pronósticos sobre el CAC en adultos más jóvenes --personas en los 30 y los 40 años-- han sido muy limitados, especialmente en afroamericanos y mujeres.
"Siempre pensamos que había que tener una cierta cantidad de esta placa para estar en riesgo de sufrir este tipo eventos. Lo que mostramos fue que, para los más jóvenes, cualquier cantidad de calcio de la arteria coronaria o dramáticamente y estadísticamente significativa eleva el riesgo de enfermedad cardiaca clínica", apunta el autor principal del estudio, Jeffrey Carr, catedrático de Radiología y Ciencias Radiológicas en Vanderbilt.
"Cualquier CAC medible en la primera mitad de la edad --puntuaciones de menos de cien e, incluso, menos de 20-- genera un riesgo del 10 por ciento de ataque al corazón o infarto agudo de miocardio, tanto fatal como no mortal, durante la siguiente década además del riesgo de los factores estándar", añade Carr.
El estudio apunta a CAC como un biomarcador de imagen muy específico para identificar a aquellas personas que están en riesgo temprano en la vida de sufrir enfermedades del corazón y que se pueden beneficiar de intervenciones probadas como el control del colesterol y la presión arterial, trabajando para tener un índice de masa corporal (IMC) más sano, dejar de fumar y otras medidas.
"La persona puede no estar en riesgo de un ataque al corazón mañana o el próximo mes, pero tiene un riesgo muy alto durante los próximos diez años de su vida. Para las personas en este riesgo elevado, hemos demostrado que las intervenciones que podrían reducir su riesgo", dice Carr.
Los datos para este trabajo provienen del Estudio de Desarrollo de Riesgo para las Arterias Coronariasen Jóvenes adultos (CARDIA, por sus siglas en inglés), del Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, un estudio longitudinal basado en la comunidad que reclutó a 5.115 adultos blancos y negros de 18 a 30 años en cuatro ciudades --Oakland, Minneapolis, Chicago y Birmingham-- comenzando en 1985 y siguiéndoles durante 30 años.
Además de la Universidad de Vanderbilt, participaron las universidades de Minnesota, Northwestern, Alabama y Colorado, así como la Asociación Americana del Corazón, el Instituto Nacional de Corazón, Pulmón y Sangre y Kaiser Permanente. Se realizaron tomografías computarizadas en 3.330 sujetos para analizar su CAC y el periodo medio de seguimiento fue de 12,5 años. Se vio presencia de CAC en cualquier cantidad en el 30 por ciento del grupo.
AUMENTO DE 2,6 A 10 VECES DE EVENTOS CLÍNICOS POR CALCIO ARTERIAL
Los investigadores buscaron responder a dos preguntas principales: ¿puede la simple presencia de CAC en una TC de tórax informar a la práctica clínica? ¿Y una puntuación de CAC mayor de 100 está asociada con muerte prematura? La respuesta hallada a ambas cuestiones fue sí.
"La presencia de cualquier calcificación de la arteria coronaria, incluso la puntuación más baja, se asoció con un aumento de 2,6 y 10 veces en los eventos clínicos durante los próximos 12,5 años --apunta Carr--. Y cuando se trata de personas con puntuaciones altas de CAC (100 o más), la incidencia de muerte es del 22 por ciento, o aproximadamente uno de cada cinco. Muy pocas veces se obtiene un biomarcador, ya sea genético o de imágenes, que prediga la muerte a un nivel de un 22 por ciento más en 12,5 años".
Carr señala que si la cantidad de CAC es alta o baja, su presencia es una señal de que está presente la enfermedad coronaria avanzada y puede justificar una mayor prevención. Un cambio en la práctica clínica que puede afectar al cuidado hoy en día es que el CAC puede ser fácilmente identificado en una TC de tórax rutinaria realizada para otras indicaciones, según Carr.
"Por ejemplo, una mujer de 45 años con tos podría someterse a una tomografía computarizada de rutina que muestre la presencia de una placa calcificada en sus arterias coronarias. Con esta nueva información, los médicos no necesitan saber la puntuación CAC o hacer pruebas adicionales. Con la información de que cualquier CAC está presente, ella y su equipo de atención sanitaria podría evaluar su riesgo y determinar la estrategia de prevención óptima", pone como ejemplo.
"Nuestro estudio proporciona una fuerte evidencia de que un individuo menor de 50 años con cualquier cantidad de CAC está en riesgo fuertemente elevado de enfermedad cardiaca y los proveedores de cuidados de salud y los pacientes deben verlo como una llamada a actuar para mejorar la prevención de enfermedades cardiovasculares", plantea.