MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio realizado en ratones y publicado en 'Science' proporciona evidencia causal directa de que los movimientos oculares rápidos o el llamado sueño REM ayuda a consolidar la memoria en el cerebro. Hace tiempo que se sabe de la relación entre el sueño REM y la memoria, pero la naturaleza transitoria del sueño REM, junto con las preocupaciones éticas de privar de forma experimental a los seres humanos del sueño REM hace que sea difícil de estudiar.
Para obtener una mirada más cercana a qué ocurre en el cerebro durante el sueño REM, Richard Boyce, de la Universidad de Pittsburg, Estados Unidos, y sus colegas emplearon una técnica optogenética que les permitía utilizar la luz para silenciar selectivamente las neuronas en el hipocampo del ratón durante el sueño REM, inhibiendo los patrones de señalización llamados ondas theta que se cree que participan en el aprendizaje y la memoria.
Sin perturbar el sueño de los animales, los investigadores demostraron que la inhibición de las oscilaciones theta durante el sueño REM evitó la formación de las dos memorias contextuales (tales como la ubicación de un objeto nuevo e interesante) y las memorias emocionales (como el miedo asociado a recibir una pequeña descarga en los pies). Sin embargo, la interrupción de estas mismas oscilaciones fuera de sueño REM no tuvo efecto en estas memorias.
¿QUE ES EL SUEÑO REM?
Según informa el Instituto del Sueño, el sueño REM (Movimientos Oculares Rápidos) aparece por primera vez aproximadamente a los 90 minutos de quedarnos dormidos. La actividad cerebral es rápida y de baja amplitud, pareciéndose más a la que presentamos en vigilia.
Sin embargo, hay una importante diferencia respecto a la vigilia, y es que en este caso, la actividad no es provocada por estímulos externos percibidos a través de los sentidos, sino por los ensueños o sueños que tienen lugar en esta fase. Esta fase del sueño también se caracteriza por la aparición de movimientos oculares rápidos, que le da el nombre.
A lo largo de la noche, este tipo de sueño se va alternando con las distintas fases del sueño no REM. La cantidad de sueño REM cambia a lo largo del ciclo vital, de modo que los bebes y niños tienen más sueño de este tipo que los adultos, y éstos que los ancianos, parece confirmar esta hipótesis, ya que participaría en funciones de reorganización neuronal y aprendizaje.