¿Perjudica el cannabis a la conducción?

Este ha concluido que consumir cannabis reduce en gran medida las habilidades de conducción, sobre todo en personas no consumidores de esta sustancia.
Este ha concluido que consumir cannabis reduce en gran medida las habilidades de conducción, sobre todo en personas no consumidores de esta sustancia. - UC SAN DIEGO HEALTH SCIENCES
Publicado: jueves, 27 enero 2022 18:46

MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de dos años de duración llevado a cabo en el Centro de Investigación del Cannabis Medicinal de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) ha concluido que consumir cannabis reduce en gran medida las habilidades de conducción, sobre todo en personas no consumidores de esta sustancia.

En su trabajo, publicado en la revista científica 'JAMA Psychiatry', los investigadores reclutaron a 191 consumidores habituales de cannabis para que tomaran cannabis con diferentes niveles de delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo del cannabis, o un placebo inmediatamente antes de una serie de pruebas de simulación de conducción durante varias horas.

En comparación con los participantes que tomaron el placebo, el grupo del THC (que había fumado un cigarrillo de cannabis con un 5,9 por ciento o un 13,4 por ciento de THC, como lo harían "en casa para drogarse") mostró una capacidad significativamente disminuida en variables clave de la conducción, como desviarse del carril, responder a tareas con varios puntos de atención y seguir a otro coche.

Sin embargo, no todas las personas mostraron una disminución significativa de sus habilidades de conducción en comparación con el grupo de placebo; los investigadores dijeron que aproximadamente el 50 por ciento podría describirse como "deteriorado".

La disminución comparativa fue más acusada en las marcas de 30 minutos y 1 hora y 30 minutos después de inhalar cannabis, y luego se niveló hasta alcanzar diferencias mínimas con el placebo en la marca de 3 horas y 30 minutos, sin diferencias a las 4 horas y 30 minutos.

Es importante destacar, según los autores del estudio, que las puntuaciones de conducción no difirieron en función del contenido de THC del cigarrillo, ya que tanto el grupo del 5,9 por ciento como el del 13,4 por ciento obtuvieron resultados similares, lo que sugiere que los usuarios se "auto-regularon" fumando de tal forma que consiguieron niveles de subidón similares.

Además, el grupo con mayor intensidad de consumo de cannabis en los últimos seis meses alcanzó concentraciones de THC en sangre significativamente más altas después de fumar, pero su rendimiento no fue peor que el de aquellos con concentraciones de THC más bajas, lo que indica una tolerancia conductual. Sin embargo, parecían compensar ingiriendo más THC y, por lo tanto, su rendimiento no era mejor que el de los consumidores menos frecuentes.

"Aunque los consumidores del grupo de THC se sentían perjudicados y dudaban en conducir a los 30 minutos, al cabo de 1 hora y 30 minutos creían que el perjuicio estaba desapareciendo y estaban más dispuestos a conducir. Esto ocurrió a pesar de que su rendimiento no mejoró significativamente desde el punto de los 30 minutos. Esto puede indicar una falsa sensación de seguridad, y estas primeras horas pueden constituir un periodo de mayor riesgo, ya que los usuarios están autoevaluando si es seguro conducir", explica el primer y principal autor de la investigación, el doctor Thomas Marcotte.

El estudio no encontró ninguna relación entre las concentraciones de THC en sangre después de fumar y el rendimiento en el simulador. "La completa falta de correlación entre las concentraciones en sangre y el rendimiento al volante fue algo sorprendente", apunta otro de los responsables del estudio, Robert Fitzgerald.

Según los autores, los resultados indican que el consumo de cannabis provocó una disminución de la capacidad de conducción (en los simuladores), pero cuando los consumidores de marihuana experimentados controlaron su ingesta, no se pudo inferir un deterioro basado en el contenido de THC del cigarrillo, la tolerancia conductual o las concentraciones de THC en sangre.