MADRID, 2 Feb. (EDIZIONES) -
La felicidad está asociada a un sistema inmunitario más fuerte, así como a tener una vida más larga. Esto no significa que debamos presionarnos para ser felices todo el tiempo y transformar radicalmente nuestra vida, aunque ser feliz está en nuestra mano, generalmente. En lugar de eso, lo que debemos preguntarnos es cómo podemos aumentar los niveles de bienestar, aunque siempre poco a poco, de forma que a la larga mejoraremos nuestro estado general de salud.
"Pequeños cambios pueden hacer mayor la diferencia", defiende en una entrevista con Infosalus Tal-Ben Shahar, profesor de Psicología Positiva en la Universidad de Harvard, y coautor de 'Ser Feliz es decisión tuya' (Alienta Editorial), junto a Angus Ridgway, cofundador y consejero delegado en la organización de desarrollo de liderazgo americana Potentialife, de la que ambos forman parte.
Según defiende Shahar, hay muchas razones que nos llevan en nuestro día a día a no ser felices plenamente, como por ejemplo la falta de ejercicio o de conexión social con el entorno, o simplemente la falta de relaciones sociales. "Otra razón es la incomprensión sobre la conexión que puede existir entre el éxito y la felicidad", avisa el experto.
El profesor de Harvard sostiene que muchas personas creen que el éxito deriva siempre en bienestar, cuando esto no siempre es así. "El éxito no siempre da la felicidad. Puede aportar felicidad pero ésta ser temporal. Muchas veces la felicidad desemboca en éxito. Es un hallazgo muy importante que no hay que dejar de lado y sí partir siempre de esta premisa. Cuando somos felices tenemos menos preocupaciones, somos más creativos, estamos más motivados, mantenemos una mejor relación con nuestro entorno, y estamos más sanos psicológicamente. Aquellos que no entienden la relación entre el éxito y la felicidad, aunque la busquen, inevitablemente están frustrados y decepcionados con sus vidas", subraya.
Con todo ello, recuerda que la Psicología Positiva, principal campo que trabaja en su libro y del que es experto y profesor en Harvard, es una ciencia alejada de los manuales de autoayuda, "llenos de mensajes divertidos y carismáticos, pero con poca sustancia, plagados de promesas vacías, y lo que ha provocado que las personas ya no crean en ellos".
"La Psicologia Positiva está basada en la investigación. Su papel es construir puentes entre la torre de marfil y la calle principal, entre el rigor académico y lo divertido de los mensajes de autoayuda. La Psicología Positiva es la ciencia de la felicidad, y sus hallazgos están basados en investigaciones científicas rigurosas", remarca el especialista.
Con ello, Tal-Ben Shahar, profesor de Psicología Positiva en la Universidad de Harvard, aporta 7 herramientas de la Psicología Positiva que a su juicio pueden ayudar a las personas a la hora de ser más felices porque, tal y como defiende en su libro, "ser feliz es decisión de cada persona, está en nuestra mano":
1.- Date el permiso de ser humano. Cuando aceptamos las emociones como algo natural (el miedo, la tristeza o la ansiedad) es más fácil que las superemos. Rechazar nuestras emociones, sean positivas o negativas, nos lleva generalmente a la frustración y a la infelicidad.Vivimos en una cultura obsesionada con el placer y creemos que lo que realmente merece la pena de la vida es la ausencia de disconfort. Cuando tenemos experiencias de dolor tendemos a pensar que nos pasa algo malo. De hecho, creemos que hay algo malo nos pasa algo si sentimos tristeza y ansiedad, cuando en realidad son emociones humanas súper normales. "La paradoja tiene lugar cuando aceptamos nuestros sentimientos, cuando nos damos permiso de ser humanos y de experimentar emociones dolorosas. Es cuando estamos más abiertos a las emociones positivas", indica.
2.- La felicidad se encuentra en la intersección entre el placer y el sentido. "Tanto en casa como en el trabajo, el objetivo debe ser enrolarnos en actividades que sean divertidas pero también importantes a nivel personal, que nos aporten algo. Cuando esto no es factible hay que asegurarse de que gozamos de esos estímulos que nos producen o nos llevan a la felicidad, le dan sentido a nuestra vida, y nos provocan placer a su vez. Las investigaciones demuestran que una hora o dos de experiencias gratificantes al día pueden afectar a todo nuestro día, o incluso a toda una semana.
3.- Recuerda que la felicidad depende en muchas ocasiones de nuestra actitud, no de nuestra situación personal, o de la situación de nuestra cuenta bancaria. Exceptuando las circunstancias extremas, nuestro nivel de bienestar se determina por aquello en lo que queremos centrarnos, o en cómo interpretamos lo que nos sucede a nuestro alrededor. Por ejemplo, ¿nos centramos en la botella medio llena o medio vacía? ¿Vemos los fallos como una catástrofe o como una oportunidad para aprender?
4.- ¡Simplifica! Generalmente vivimos muy atareados, estresados, sin tiempo para nada, e intentando exprimir al máximo cualquier actividad, de forma que nos lleve el menor tiempo posible realizarla. La cantidad influye en la calidad y comprometemos nuestra felicidad al tratar de hacer demasiado. Saber cuándo decir 'no' a los demás a menudo significa decir 'sí' a nosotros mismos.
5.- Recuerda la conexión cuerpo-mente. Lo que hacemos, o no hacemos, con nuestros cuerpos influye en nuestra mente. El ejercicio regular, dormir adecuadamente, y seguir una alimentación saludable, es decir, mantener unos hábitos de vida saludables, nos ayudan a mantener la salud tanto a nivel físico como mental.
6.- Expresa gratitud siempre que sea posible ante todo aquello que te acontezca. Con demasiada frecuencia damos nuestras vidas por sentado. Aprende a apreciar y saborear las cosas maravillosas de la vida, desde las personas hasta la comida, desde la naturaleza hasta una sonrisa.
7.- Priorizar las relaciones. El indicador número uno de la felicidad es el tiempo que pasamos con las personas que nos importan y que se preocupan por nosotros. La fuente más importante de felicidad puede ser la persona sentada a tu lado. Aprécialas, saborea el tiempo que pasáis juntos.