Pediatras y odontopediatras recomienda comenzar la higiene de los dientes en el niño desde los seis meses de edad

Archivo - Bebe leche acostado en cama. Pañal, bebé
Archivo - Bebe leche acostado en cama. Pañal, bebé - LSOPHOTO/ ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 19 marzo 2024 14:27

MADRID, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Comité de Nutrición y Lactancia Materna (CNYLM) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) recomiendan comenzar la higiene de los dientes con la erupción del primer diente temporal o 'de leche', que suele darse a los seis meses de edad, dos veces al día; en la mañana y, sobre todo, por la noche.

Esta es una de las recomendaciones del documento de posicionamiento sobre la influencia de la lactancia materna en la salud dental, que acaban de publicar, y en el que recuerdan porque los dientes de leche son clave para una adecuada función de nutrición y alimentación, participan en el desarrollo del lenguaje en los primeros años de vida y en el mantenimiento del espacio anatómico para la correcta erupción de los dientes permanentes.

"La caries dental es la enfermedad infecciosa crónica no transmisible más prevalente en la infancia con graves repercusiones en la salud general del lactante y del niño. Constituye un problema de salud pública con graves repercusiones en la infancia y edad adulta y se puede evitar con una adecuada prevención y cuidado de la salud bucodental", advierten

Así, recuerdan que "un niño con lesiones de caries en sus "dientes de leche" será probablemente un niño con lesiones de caries en los dientes permanentes y, por tanto, un adulto con múltiples tratamientos dentales con las consecuencias físicas, psicológicas, emocionales y económicas que ello implica. Las lesiones de caries se pueden detener si se detectan en sus fases más precoces". .

El documento subraya el impacto beneficioso de la lactancia materna (LM) sobre la salud en general y de la salud dental, en particular, del lactante y ofrece recomendaciones específicas sobre cuidados bucales en los primeros meses y años de vida. Igualmente, despeja dudas sobre la influencia de la leche humana en el desarrollo de la caries dental y brinda consejos dietéticos para prevenir esta enfermedad infecciosa crónica.

Cuando los cuidadores del lactante o los pediatras y su personal de enfermería detectan signos precoces de caries dental como las manchas blancas en la parte externa de los dientes junto al reborde gingival de un lactante, se debe consultar con el odontopediatra tanto para intentar detener el proceso destructivo del diente como para revertir los factores de riesgo que favorecieron la aparición de la enfermedad.

Además de sus beneficios sobre la salud general del lactante y de la madre, el documento subraya que la lactancia materna exclusiva promueve el desarrollo óptimo de la mandíbula y los dientes del bebé y le confiere menor probabilidad de desarrollar patrones musculares disfuncionales. Un niño amamantado tiene menos probabilidades de sufrir maloclusión y malposición dental y junto con la dieta, la higiene dental y bucal, la lactancia materna es crucial para prevenir las cavidades de la caries dental. Si bien contiene lactosa compuesta por dos azúcares simples, galactosa y glucosa, como fuente de hidratos de carbono principal, en sí misma, la leche materna no es cariogénica.

Por otro lado, el documento ofrece pautas para la higiene bucodental desde la primera infancia. El cuidado de la boca del niño es responsabilidad de los padres o cuidadores hasta que adquiera la habilidad motora suficiente para hacerlo sólo que, por norma, se consigue sobre los 7 o 10 años. A partir de este momento y hasta la adolescencia, se recomienda la supervisión por un adulto en el cepillado nocturno.

En cuanto al uso de biberones, los profesionales recuerdan que el uso de biberones puede interferir con el adecuado desarrollo del maxilar y la musculatura facial. Para prevenirlo, se recomienda usar tetinas anatómicas con un orificio pequeño y abandonar progresivamente su uso hacia los 12 meses para fomentar el cambio de un patrón alimenticio de succión a masticación; razón por la cual los padres deben intentar que sus hijos beban de una taza hacia el primer año de vida.

Con la erupción de los primeros molares temporales, alrededor de los 18 meses, la masticación se vuelve más eficiente y es a partir de ese momento cuando se debe abandonar definitivamente el biberón. También se desaconseja añadir azúcar o miel al biberón para reducir el riesgo de caries. A partir de la erupción del primer diente, no se recomienda que el lactante se quede dormido durante la toma.