VALNCIA 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Pediatras de Vithas destacan que el lavado de manos con agua y jabón es una práctica muy efectiva para la prevención de los episodios de diarrea en niños, ya que reduce su incidencia en más del 40%. Las diarreas infantiles son una de las consultas más frecuentes en pediatría, aunque en la mayoría de los casos suelen ser un trastorno que no implica gravedad.
La diarrea no es en sí una enfermedad, sino un síntoma de una infección causada por algún virus, bacteria, parásito o ciertos medicamentos, incluso por la intolerancia a algunos alimentos que modifican el tránsito intestinal. "Normalmente, la diarrea en un niño se puede controlar y mejora en unos días. Pero, si no se trata adecuadamente, puede provocar graves consecuencias como la deshidratación", expone Javier Miranda, responsable de la unidad de Pediatría de los hospitales del grupo en Castellón y Valncia.
Suele ser muy frecuente en la época estival, aunque "no hay que olvidar que el invierno no está exento de mayor circulación de virus", como el astrovirus o el rotavirus. De hecho, este último es la causa más frecuente de estos episodios en menores de 5 años, mientras un porcentaje tienen un origen bacteriano (Salmonella o la Shigella) que afecta su estado general con dolor abdominal, fiebre e incluso sangre en las heces. En algunos de estos casos es necesario el tratamiento antibiótico.
En general, lo principal ante cualquier episodio de diarrea es reponer los líquidos que el niño ha perdido con el objetivo de que el organismo vuelva estar hidratado. Para saber si un niño empieza a presentar deshidratación hay una serie de síntomas, como llorar sin lágrimas, tener los ojos hundidos, la boca seca, la piel fría o sudorosa o estar irascible y triste. Si es así, "es necesaria la inmediata consulta al médico, porque es posible que esté deshidratado", indica el doctor.
Seguidamente, los minerales que se deben restablecer son el sodio y el potasio: "El niño debe comenzar a comer y beber desde el primer momento pero despacio y en pequeñas cantidades, sobre todo beber despacio y a sorbos pequeños agua o suero oral, evitando todas las bebidas como zumos envasados, batidos, azucares y refrescos o bebidas isotónicas ya que puede tener el efecto contrario por la gran cantidad de azúcar que tienen".
Junto a la deshidratación, otra de las causas de la diarrea es el desequilibrio en la flora intestinal. En este caso se debe recuperar la mucosa intestinal para que no se produzca una alteración del sistema inmunológico, una baja absorción de nutrientes o la reducción de la protección contra patógenos. "Lo ideal es administrarle probióticos hechos a partir de alguna cepa de microorganismos, como lactobacilos, Bacillus clausii o Saccharomyces", explica el pediatra.
Al mismo tiempo, "la prevención en casa es clave", ofreciendo a los niños una dieta equilibrada y agua embotellada, además de cocinar bien la carne, el pollo y el pescado y lavar bien las verduras y frutas y los utensilios y superficies usadas para preparar carne, pollo o pescado crudos.