MADRID, 10 Ene. (EDIZIONES) -
La cara cuenta con 43 músculos, que participan de la mímica facial (gestos tan importantes como el cierre de los ojos, fruncir los labios, o sonreír, por ejemplo), pero que también son protagonistas de la fase oral de la deglución y del habla, de la pronunciación de la persona, vamos.
"Se caracterizan por ser músculos pequeños, planos, con pocas fibras musculares, y que conservan trofismo muscular durante un largo periodo tras denervación (daño en los nervios)", manifiesta en una entrevista con Infosalus la doctora Belén Alonso, directora del nuevo Grupo de Trabajo de Rehabilitación en la Parálisis Facial de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
Preguntamos a esta especialista sobre las causas más frecuentes de una parálisis facial, señalando que existen múltiples razones que pueden provocar una parálisis del nervio facial a lo largo de su recorrido, desde su salida del tronco cerebral hasta la cara.
"La forma más frecuente, en el 80% de los casos, es la parálisis facial de Bell. Aunque su causa exacta es desconocida, hay mucha literatura científica que se encamina a que puede deberse a una inflamación del nervio producida por un virus de la familia herpes simple, siendo un factor de riesgo el embarazo, especialmente durante el tercer trimestre, o en la primera semana después del parto; así como infecciones de las vías respiratorias superiores, diabetes, presión arterial, y obesidad", detalla la responsable de SERMEF.
Por otro lado, señala que hay un 20% de las parálisis faciales periféricas que pueden ser consecuencia de traumatismos, tumores, de enfermedades autoinmunes, o de patologías neurológicas.
Cuestionamos además a esta especialista sobre cómo suele detectarse la parálisis facial. Indica que, lo habitual, es que presente un comienzo "súbito", y en pocas horas la parálisis facial se manifiesta como una asimetría evidente de la cara, tanto en reposo como en movimiento. "Esto es debido a la parálisis de los músculos de la mitad de la cara afectada, con dificultad por ejemplo para cerrar el ojo, sonreír, o besar. Pueden aparecer además alteraciones en el lagrimeo, en la salivación, o en el sentido del gusto", subraya.
TRATAMIENTOS PARA LA PARÁLISIS FACIAL
El manejo del paciente con parálisis facial en la fase aguda incluye fármacos y cuidados oculares, para evitar lesiones corneales dada la incapacidad para cerrar el ojo de forma voluntaria, destaca la doctora Alonso.
A su vez, menciona que la atención rehabilitadora del paciente con parálisis facial es "fundamental", siendo necesaria la coordinación con otros especialistas médicos, así como como con los terapeutas, permitiendo un flujo y circuito de pacientes adecuado y una atención de calidad. "La coordinación con Atención Primaria es fundamental para permitir la vía de entrada y el seguimiento de estos pacientes", resalta.
A su vez, la miembro de SERMEF sostiene que la reeducación neuromuscular es la base de la rehabilitación, si bien se trata de "un proceso complejo", que exige la participación activa del paciente. En su opinión, no se trata de inflar globos, ni de masticar chicle, sino de establecer un plan de trabajo específico guiado inicialmente por el terapeuta, en el que se reentrena la actividad muscular de la cara, con un adecuado control motor.
"En las fases subaguda y crónica, ya pasados los primeros meses, son frecuentes las alteraciones de tono muscular en el lado de la cara afecto, que se tratarán con técnicas de movilización, de relajación, y con estiramientos de los tejidos blandos, y/o con medicamentos neuromodulares", agrega.
¿DE QUÉ DEPENDE RECUPERAR AL 100% EL MÚSCULO?
Ahora bien, en este tipo de situaciones la máxima preocupación de los pacientes radica en recuperar al 100% la movilidad del músculo. En este sentido, la directora del nuevo Grupo de Trabajo de Rehabilitación en la Parálisis Facial de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física celebra que la mayor parte de los pacientes que sufren una parálisis facial de Bell se recuperan completamente, y en un plazo de 4 a 8 semanas.
Eso sí, aclara que en un 20 o 30% de los pacientes, sobre todo los que presentan parálisis más graves de inicio y que al mes no han recuperado la función del nervio, puede no haber una recuperación completa, quedando secuelas como la debilidad de los músculos faciales del lado afectado por la parálisis, las sincinesias (movimientos involuntarios que aparecen asociado a otros movimientos voluntarios, como por ejemplo, que al masticar se cierre el ojo de forma involuntaria) o la contracción muscular mantenida, que consiste en la aparición de una contracción en algunos músculos de la cara cuando esta se encuentra en reposo.
"La aparición de estas secuelas puede afectar al habla y a la pronunciación, dificultando la comunicación, al mismo tiempo que puede alterar funciones tan básicas como beber o masticar, lo que a su vez puede provocar importantes consecuencias a nivel psicológico y social", lamenta la especialista de la SERMEF.
Sin embargo, la doctora Alonso pone en valor la existencia de diferentes opciones quirúrgicas para los casos de parálisis más graves, en las que no se produce la reinervación.
"El Grupo de Trabajo sobre Rehabilitación de la Parálisis Facial de la Sociedad Española de Rehabilitación que reúne a 40 médicos especialistas en Rehabilitación, promueve, coordina y comparte a nivel nacional la experiencia y el conocimiento actual sobre el abordaje diagnóstico y terapéutico de la parálisis facial, promoviendo asimismo la investigación, la docencia y la innovación en este campo", concluye esta doctora.