MADRID, 21 Mar. (EDIZIONES) -
Naciones Unidas decidió en 2011 dedicar todos los 21 de marzo a celebrar el Día Mundial del Síndrome de Down, con el objetivo de "generar una mayor conciencia pública sobre la enfermedad, y recordar la dignidad inherente, la valía, y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades".
Según destaca la institución internacional, el acceso adecuado a la atención de la salud, a los programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva, así como la investigación adecuada, son vitales para el crecimiento y el desarrollo de la persona.
Desde el Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM) recuerdan que un 95 por ciento de la población con síndrome de Down tiene alteraciones en el lenguaje tanto de inteligibilidad, como de articulación, de fluencia (45-53 por ciento presentan tartamudez), o bien de voz, y además pueden sufrir disfagia.
Dado que la intervención temprana es fundamental para mejorar su desarrollo y calidad de vida, esta entidad detalla que entre sus funciones el logopeda evalúa e interviene en los diferentes componentes del lenguaje (semántica, fonética-fonología, pragmática y morfosintaxis); se encarga del desarrollo de las habilidades auditivas y comunicativas; aborda los posibles trastornos de la deglución o masticación; se ocupa de mejorar la coordinación y movilidad de los órganos fonoarticulatorios; trabaja la musculatura orofacial para conseguir mayor independencia de movimientos, mayor control y tono y mejor movilidad.
"Los beneficios de la intervención de los logopedas en los síndrome de Down redundan en una mejora del dominio del lenguaje y la intención comunicativa; estos consiguen una mayor comprensión y comunicación funcional; además de que se potencia su integridad social y escolar; se favorecen las relaciones interpersonales; o se facilita el aprendizaje", celebra el Colegio de Logopedas de Madrid.
En una entrevista con Infosalus, la logopeda colegiada del CPLCM Olga Pérez de la Torre destaca en este sentido que los logopedas ayudan a las personas con Síndrome de Down a la hora de conseguir los distintos hitos del desarrollo de la comunicación y del lenguaje, en función del momento evolutivo de cada persona, y atendiendo no sólo a sus necesidades, sino tambiÉn a las de sus familias.
"Uno de los objetivos más importantes, sino es el más, es proporcionar estrategias de comunicación con su entorno para ayudar en la consecución de mayor grado de autonomía, garantizándoles la expresión de sus necesidades, sentimientos y opiniones", agrega.
En este punto, la experta recuerda que el ritmo de adquisición de la comunicacián y el lenguaje de las personas con trisomía 21 es más lento, por lo que señala que uno de los objetivos en Atención Temprana de la intervención logopédica es crear y favorecer la intención comunicativa de estas personas.
"Para facilitar la comunicación mientras aparece el lenguaje oral se les enseñan estrategias o métodos como la comunicación bimodal, que les permite expresar sus necesidades, emociones, sentimientos, u opiniones a través de gestos, que siempre deben ir acompañados de lenguaje oral por parte del otro miembro de la conversación. De este modo, se logra que sigan interesándose por su entorno próximo y manteniendo o creando vínculos con las personas de su círculo", explica la especialista que trabaja para la Fundación Down Madrid.
DIFICULTADES EN AUDICIÓN, VISIÓN O PERCEPCIÓN
Además, Pérez De la Torre ve importante señalar que, además de las dificultades en el habla, lenguaje y comunicación, las personas con síndrome de Down pueden presentar dificultades en audición, en visión, en la percepción, o en el procesamiento sensorial. "Con respecto a las dificultades en la comunicación, lenguaje y habla, debemos indicar que, por regla general, existe una brecha entre la comprensión y la expresión, siendo la primera mejor que la segunda", agrega.
A su vez, matiza que entre otras dificultades que pueden presentar las personas con síndrome de Down se encuentran: La articulación e inteligibilidad del habla; problemas con la voz y la resonancia; dificultades en discriminación y localización auditiva; en la generalización de sus aprendizajes a nuevas situaciones; en memoria verbal y auditiva; en el pensamiento abstracto para comprender relaciones, conceptos o ideas que son intangibles como los conceptos temporales o gramaticales; o les cuesta empatizar, ponerse en lugar del otro.
Partiendo de un programa de actuación individual, consensuado y con el apoyo de la familia y de la persona con síndrome de Down, la trabajadora del C.E.E. Carmen Fernández Miranda, perteneciente a Down Madrid, indica que la intervención logopédica se hará teniendo en cuenta las necesidades de la persona con esta patología, y de las familias, que pueden ser partícipes en muchas ocasiones de las sesiones.
En la intervención resalta que los materiales serán motivadores, teniendo en cuenta los intereses de la persona; las repeticiones ayudan a la generalización de aprendizajes, por lo que hay que ofrecerles diferentes situaciones para llevarlos a la práctica; se debe reforzar siempre de manera positiva; hay que ofrecer aprendizajes funcionales y ajustados al momento evolutivo de la persona.