El papel de la autoestima en nuestra salud y cómo reforzarla en nuestros hijos

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Publicado: jueves, 25 noviembre 2021 8:19

   MADRID, 25 Nov. (EDIZIONES) -

   Podríamos definir la autoestima como "la valoración que una persona hace de sí misma, de su propia valía". En general la autoestima de las españolas está bien. Nace de la sensación de ser capaz. No obstante, aún queda cierto camino por recorrer porque esa autoestima se fundamenta en 'el ser capaz', y las mujeres no lo tienen siempre fácil a la hora de combinar el trabajo con la vida familiar. Además, deben llegar a todo, y adecuadamente; por lo que no es fácil en muchas ocasiones.

   Así lo explica en una entrevista con Infosalus el doctor en Medicina en la rama de Psiquiatría y máster en Psicología Médica José Miguel Gaona, quien acaba de publicar 'Poderosa autoestima. Los secretos de las mujeres que se aman a sí mismas' (La Esfera de los Libros), "una dieta de autoestima poderosa para identificar las situaciones en las que puedes mejorarla y, a través de ejercicios prácticos, lograr la sensación de ser capaz y, así volar en tu vida diaria sin ataduras".

   Según advierte, muchas mujeres sienten que siempre fracasan, que nadie las quiere de verdad, que las menosprecian aunque ellas no merecen ese trato, que en numerosos aspectos dependen del hombre que tienen al lado: "La autoestima es la mejor arma para empoderarnos y el cimiento de una vida plena. Hay que esforzarse cada día para mantener la confianza en una misma y así poder lidiar con la sumisión en la pareja, la dependencia de los hijos, el malestar en el trabajo, la relación con el propio cuerpo, o el inevitable envejecimiento, por ejemplo",

   De hecho, el también especialista en Psiquiatría forense destaca que por un lado la baja autoestima en la mujer es consecuencia de una "larga historia de dominación masculina en nuestra sociedad".

   Eso sí, el doctor Gaona alerta de que no hay que confundir la autoestima con el egocentrismo: "La persona con autoestima es abierta, generosa y amplia de miras; mientras que el egocéntrico es todo lo contrario. Una persona con buena autoestima es entregada, se da a causas sociales y a su vez todo redunda en una buena salud mental. También se puede proyectar hacia el futuro porque una persona con buena autoestima es capaz de lanzar a medio-largo plazo, y con una amplia seguridad, todos sus planes y objetivos".

PROBLEMAS PSICOLÓGICOS Y PSIQUIÁTRICOS

   Al mismo tiempo, remarca que la baja autoestima en la mujer se encuentra en el origen de diversos y múltiples problemas psicológicos. Esto es así, según explica, por la multiplicidad de labores. "Esa fuente de autoestima, la sensación de ser capaz, si una tiene escasas labores será más fácil cumplir objetivos, pero si atiende a muchas lograr las metas será más difícil. No es lo mismo que una persona se centre en objetivos determinados que en otros múltiples, sea del sexo que sea".

   Según prosigue el psiquiatra, una persona con buena autoestima se cuida, en todos los sentidos, no toma drogas, si es posible bebe menos alcohol, no está obsesionada con su cuerpo pero sí preocupada, tiene buena higiene, porque sabe que el cuerpo es su "tarjeta de presentación". Se trata, a su vez, de una persona que cuida su 'psique' o que duerme. "Si hacemos introspección veremos que muchas veces no nos cuidamos lo suficiente", avisa.

   Otra cuestión interesante, en su opinión, es que para las personas que no se quieren a sí mismas resulta muy difícil que quieran a los demás, "el amor empieza por casa". Es habitual que no estén contentas consigo mismas, que se sientan inseguras, que les tiemble la mano a la hora de hacer proyectos y esto redunda en otras cuestiones como a la hora de tener éxito en la vida, en aquellos objetivos que nos planteemos.

   "Al no poderlos alcanzarlos puede actuar esa baja autoestima como detonante de depresión por frustraciones. Al no alcanzarse los objetivos la autoestima se retrotrae. 'No lo alcanzo, ya sabía que era imposible hacerlo'", remarca Gaona.

TRABAJAR LA AUTOESTIMA DESDE LA INFANCIA

   Asimismo, resalta que desarrollar y potenciar la autoestima individual es necesario para el progreso de la mujer como colectivo y también para el resto de la sociedad y, sobre todo, se debe trabajar desde la infancia.

   Aquí el experto recuerda que la primera fuente de autoestima es la de nuestros padres: "Hay una verdadera ecuación mental, si ni siquiera nuestros padres nos quieren, ¿quién nos va a querer? Esto genera personas insatisfechas desde el punto de vista emocional y le afectará, por ejemplo, cuando tengan relaciones interpersonales, o bien a la hora de establecer pareja. Si ni siquiera mis padres me han llegado a querer, esta persona que dice que me quiere tampoco me sabe apreciar y no puede querer a una persona como yo, con tan pocos valores, 'ergo' esa otra persona tampoco vale", explica el doctor.

   En consecuencia, Gaona mantiene que estas personas viven relaciones asimétricas que envenenan el día a día, donde se crean dependencias, ya que su felicidad dependerá de terceros, de esa pareja que les afirme en su día a día. "Esa mujer si observa que su pareja no se encuentra contenta con ella se sentirá culpable, creerá que se siente mal, constituirá una lucha diaria para que esa pareja responda a actitudes positivas y acabará normalmente agotada", añade.

   Con todo ello, dedica un capítulo del libro a las estrategias que pueden ser útiles para fortalecer la autoestima de los hijos. Según defiende, las principales surgen desde el primer momento en el que tenemos contacto, antes de nacer incluso, cuando la madre está ya embarazada. "En ese momento debe sentirse lo mejor posible con ese bebé para que esa relación sea lo más deseada posible. Una vez que nace entramos en esa espiral del querer, del amor, de que ese niño se sienta totalmente aceptado", agrega.

   Un punto importante sobre el que hace hincapié es a la hora de regañar a los niños, donde por supuesto condena el castigo físico, y rechaza la implantación de etiquetas a los menores: "Una vez que empieza por ejemplo la época escolar hay formas de regañar, no es ser blando con ellos, sino establecer una serie de guías. Si suspenden un examen habrá que reconducir la situación, pero en ningún caso etiquetar, una de la peores cosas que podemos hacer con los niños, ni tampoco el castigo físico".

   A su juicio, "las etiquetas en el corazón de un niño hacen un daño terrible" y luego por mucho que queramos enderezarlo resulta extremadamente difícil. "A los niños podemos guiarlos con cariño, con amor, que se sienta acompañados, queridos, valorados. La clave es que el niño o niña se sienta totalmente valorado o valorada, no colgarle etiquetas. Si se equivoca no pasa nada, ya habrá tiempo de encauzarlo. Todo son experiencias valorables para volver a hacerlo, y es en la infancia donde se construye el jardín en el que jugaremos cuando seamos adultos", sentencia el doctor Gaona.