MADRID 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores en Portugal ha evaluado cuántos pacientes de diabetes tipo 2 (tanto tratados con insulina como no tratados con insulina) tienen un conocimiento crucial sobre su enfermedad. Todo ello bajo la premisa de que el manejo correcto de la enfermedad es crucial para evitar resultados negativos a largo plazo, como la amputación de extremidades o enfermedades cardíacas. Para contrarrestar las consecuencias adversas, es fundamental que los pacientes tengan buenos conocimientos sobre el manejo diario de la enfermedad, tal y como detallan los investigadores en esta publicación disponible en la revista 'Frontiers'.
"Nuestra principal motivación fue contribuir a la reducción de la disparidad existente en el conocimiento que los pacientes diabéticos tienen sobre su enfermedad", comenta el primer autor, el profesor Pedro Lopes Ferreira, director del Centro de Estudios e Investigaciones en Salud de la Universidad de Coimbra. "Con este estudio evidenciamos la necesidad de mejorar el conocimiento de la enfermedad por parte de los pacientes diabéticos tipo 2".
Para evaluar el conocimiento sobre la diabetes, los investigadores utilizaron una prueba de conocimiento desarrollada para personas con diabetes tipo 1 o tipo 2. Entre otras preguntas, la prueba incluye apartados sobre nutrición, signos y síntomas y control de medicación. En el estudio participaron 1.200 personas con diabetes, de las cuales casi el 40% estaban tratadas con insulina. El resto de la muestra siguió dietas específicas y algunos de ellos tomaron además antidiabéticos orales sin insulina, mientras que otros se basaron únicamente en la dieta.
Los resultados mostraron que muchos participantes (71,3%) podían responder correctamente a las preguntas relacionadas con la comida y que más de cuatro de cada cinco encuestados demostraron un buen conocimiento del impacto positivo de la actividad física. Más del 75% de los encuestados también conocía cuál era el mejor método para medir los niveles de azúcar en sangre.
En otras áreas, sin embargo, los investigadores encontraron que faltaba mucho conocimiento. Por ejemplo, cuando se les preguntó qué alimento no debería usarse para tratar los niveles bajos de azúcar en sangre, solo el 12,8% de los participantes respondió correctamente. El porcentaje más bajo (4,4%) de respuestas correctas fue en una pregunta relacionada con los síntomas de la cetoacidosis, una complicación de la diabetes tipo 2 en etapa tardía potencialmente mortal.
"Una de las principales razones de esta disparidad de conocimientos es probablemente el comportamiento de los profesionales de la salud y las áreas prioritarias a la hora de informar a los pacientes", argumenta Lopes Ferreira.
Los investigadores encontraron que el uso de medicamentos era un factor que afectaba el conocimiento sobre la diabetes tipo 2. El porcentaje de respuestas correctas fue del 51,8% para los pacientes no tratados con insulina y del 58,7% para los pacientes que usaban insulina. Si se analizan los factores socioeconómicos y demográficos, tener menos de 65 años, tener una educación superior, no vivir solo y seguir una dieta específica tuvo un impacto positivo en el conocimiento de las enfermedades.
Los investigadores dijeron que sus resultados resaltan la necesidad de mejorar el conocimiento sobre la diabetes tipo 2 sobre ciertos aspectos de la enfermedad, por ejemplo, el control del azúcar en sangre, que puede ayudar a evitar picos en los niveles de azúcar en sangre que se asocian con complicaciones agudas y crónicas. El equipo señaló que las lagunas de conocimiento dentro de las secciones individuales de la prueba también son algo que debe abordarse con urgencia.
También afirmaron que estudios con aún más participantes podrían ayudar a comprender mejor el papel de los determinantes socioeconómicos y clínicos de la enfermedad. "Nos centramos en el conocimiento de los propios pacientes sobre su enfermedad, en lugar de que el tratamiento de la enfermedad se base únicamente en indicadores biológicos. Esperamos que los resultados obtenidos permitan a los profesionales cambiar la forma de informar a los pacientes", concluye Lopes Ferreira.