MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores del Baylor College of Medicine y del Texas Children' Hospital (Estados Unidos) ha utilizado modelos de ratón para investigar cómo las células cerebrales establecen conexiones con las nuevas neuronas que nacen en los cerebros adultos.
Sus hallazgos, publicados en la revista científica 'Genes & Development', no sólo amplían la comprensión de la plasticidad cerebral, sino que también abren nuevas posibilidades para tratar ciertos trastornos del neurodesarrollo y reparar circuitos lesionados en el futuro.
Aprender una nueva tarea, dominar un instrumento musical o ser capaz de adaptarse a un entorno en constante cambio son posibles gracias a la plasticidad del cerebro, o su capacidad de modificarse a sí mismo reordenando las redes neuronales existentes y formando otras nuevas para adquirir nuevas propiedades funcionales. Esto también contribuye a que los circuitos neuronales se mantengan sanos, robustos y estables.
"En este estudio, queríamos identificar nuevas moléculas que ayuden a las nuevas neuronas a crear conexiones en el cerebro. Trabajamos con el olfato, el cerebro, el cerebro y la médula ósea para descubrir nuevas moléculas. Trabajamos con el bulbo olfatorio, la parte del cerebro que participa en el sentido del olfato. En ratones, el bulbo olfatorio es un área sensorial altamente plástica y tiene una notable capacidad para mantener la plasticidad en la edad adulta a través de la integración continua de neuronas nacidas en la edad adulta. Descubrimos que la oxitocina, un péptido o proteína corta producida en el cerebro, impulsa acontecimientos que contribuyen a la plasticidad de los circuitos neuronales", ha explicado uno de los responsables de la investigación, Benjamin R. Arenkiel.
Los investigadores descubrieron que los niveles de oxitocina aumentan en el bulbo olfatorio, alcanzando su máximo en el momento en que las nuevas neuronas se incorporan a las redes neuronales.
Mediante etiquetado viral, microscopía confocal y secuenciación del ARN específico de cada tipo celular, el equipo descubrió que la oxitocina desencadena una vía de señalización (una serie de acontecimientos moleculares en el interior de las células) que favorece la maduración de las sinapsis, es decir, las conexiones de las neuronas recién integradas nacidas de adultas. Cuando los investigadores eliminaron el receptor de oxitocina, las células presentaban sinapsis subdesarrolladas y alteraciones funcionales.
"Es importante destacar que descubrimos que la maduración de las sinapsis se produce regulando el desarrollo morfológico de las células y la expresión de una serie de proteínas estructurales. El aspecto más emocionante de este estudio es que nuestros hallazgos sugieren que la oxitocina impulsa el desarrollo y la integración sináptica de nuevas neuronas en el cerebro adulto, contribuyendo directamente a la adaptabilidad y la plasticidad del circuito", ha afirmado otro de los autores, Brandon T. Pekarek
Los hallazgos, relevantes para todos los mamíferos, incluidos los humanos, abren nuevas posibilidades para mejorar las afecciones neurológicas.
"La oxitocina está normalmente presente en nuestro cerebro, de modo que si entendemos cómo activarla o desactivarla o movilizarla, podemos ayudar a mantener sanas las conexiones de nuestros circuitos promoviendo el crecimiento de conexiones poco desarrolladas o reforzando las nuevas. Nuestros hallazgos también sugieren que la oxitocina podría promover el crecimiento de nuevas neuronas para reparar el tejido dañado. Se necesitan más estudios para explorar estas posibilidades", ha remachado Arenkiel.