MADRID, 29 Sep. (EDIZIONES) -
Las personas con enfermedades reumáticas suelen referir con el inicio del otoño un empeoramiento especialmente del dolor en sus articulaciones, y lo suelen achacar a que se recrudecen las condiciones climáticas, hay más humedad, abundantes lluvias, bajan las temperaturas de forma notable, o hay más viento.
No obstante, el doctor Marcos Paulino, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología y reumatólogo del Hospital General de Ciudad Real advierte de que hasta la fecha no hay evidencia científica suficiente que pruebe que exista esa relación, si bien cree que la cultura general y la práctica diaria nos demuestran que es posible que pueda darse esa conjunción. Incluso hay personas que saben y notan cuándo va a cambiar el tiempo.
"Por un lado, hay que valorar la cultura general, y la creencia de que existe una influencia de los cambios climáticos en las enfermedades reumáticas, y luego la realidad de los estudios científicos, para los que todavía no hay una evidencia científica de peso que pueda convalidar esa afirmación", asegura el especialista.
Según admite el reumatólogo, incluso en las consultas cuando llega el otoño, y también la primavera, épocas caracterizadas por el cambio de estación, con frío y humedad, los pacientes refieren más dolores.
"Pero sobre lo publicado hay resultados contradictorios. Por lo que no podría afirmarse esa relación de conceptos. Sí que es cierto que algo tiene que haber porque médicos griegos y romanos hacían referencia a eso, al mismo tiempo que en la medicina tradicional china el reumatismo es sinónimo de enfermedad del viento y de la humedad. Viene de atrás esa percepción", señala el doctor Paulino.
Con ello, el miembro de la Sociedad Española de Reumatología incide en que sí que parece, por tanto, que podría haber una mayor incidencia o empeoramiento de los síntomas de los pacientes reumáticos con la llegada del otoño y los cambios del tiempo. "Cambia la estación, aumenta el frío, la humedad, y el viento, y esto hace que los pacientes digan que se encuentran peor, pero se desconocen las causas del por qué los cambios meteorológicos pueden favorecer esos síntomas", insiste el especialista.
Entre las posibles teorías, el reumatólogo del Hospital General de Ciudad Real indica que hay quien valora que cuando hace más frío, el liquido sinovial que lubrica las articulaciones se hace más denso, de forma que las estructuras articulares friccionan más y se produce mayor dolor.
También se encontraría la posibilidad de que existan 'barorreceptores' de presión (o receptores de presión) que estarían interconectados con los receptores del dolor o 'nociceptores' y cuando se estimula uno se estimula el otro, es decir, "que si cambia la presión por un cambio del tiempo, los barorreceptores se activan, poniendo en marcha a su vez a los nociceptores. "Son teorías, y por eso también se percibe el cambio del tiempo antes de que se produzca. Estos pacientes notan que le duela rodilla cuando va a cambiar el tiempo", menciona el doctor Paulino.
En este sentido, hace mención de un estudio científico publicado recientemente por unos coreanos que, a partir de la investigación de 200 pacientes con ataque de gota, se vio que ésta les atacaba más en primavera, una época parecida al otoño, y con cambios bruscos en las condiciones climáticas. "Y vieron que los ataques de gota eran más frecuentes cuando, el día del ataque y el anterior, se habían registrado cambios más bruscos en cuanto a la temperatura diurna, y de la humedad", agrega.
¿EN QUÉ ENFERMEDADES REUMÁTICAS ESTO SE ACUSA MÁS?
El reumatólogo reconoce aquí que normalmente se han hecho estudios en artrosis, dado que es la enfermedad degenerativa por excelencia, pero también en artritis reumatoide, en espondilitis y en lupus.
"Normalmente, la gente con artrosis son los que más refieren dolores con la llegada del otoño, los de más de 60 años sobre todo. Cuando hicieron un estudio en Alemania al respecto, un 70% de ellos tenía un empeoramiento de su artrosis sobre todo con las bajas presiones, la humedad, el frío, las tormentas y lo notaban más, probablemente también porque a más edad, más artrosis y también la enfermedad se encuentra más avanzada y hay una mayor severidad en las lesiones", explica el reumatólogo.
Por tanto, el doctor Paulino subraya que sí que podría darse una afectación del clima en las enfermedades reumáticas, si bien insiste en que faltan datos. De hecho, resalta que el tema suscita tanto interés, que hay revistas especializadas en biometeorología que estudian estos factores.
Eso sí, destaca que aunque los pacientes perciban un empeoramiento de la clínica de la sintomatología, es decir, tengan más dolor en otoño, esto no significa que su enfermedad haya empeorado, no hay datos para decir que las estructuras articulares (hueso, tendón, cartílago, por ejemplo) hayan empeorado, o haya más secuelas de la enfermedad.
4 MILLONES DE REUMÁTICOS EN ESPAÑA
Según el estudio Episer de 2019, una de cada 4 personas en España presenta una enfermedad reumática, es decir, 11 millones de personas en España. El reumatólogo del Hospital General de Ciudad Real recuerda aquí que la enfermedad reumática es la primera causa de incapacidad permanente en España, y la cuarta causa de baja temporal.
A día de hoy, el portavoz de la Sociedad Española de Reumatología afirma que se pueden prevenir con hábitos saludables (dieta equilibrada, ejercicio, sueño, no tóxicos etc); si bien recuerda que en algunos casos existe el condicionante genético, esos antecedentes personales que no pueden cambiarse, así como la contaminación ambiental, que no podemos evitar según dónde vivamos.
"Pero sí que es cierto que cuando aparecen, o antes de que aparezcan, si tenemos una vida sana, seguimos una dieta mediterránea, hacemos ejercicio adecuado, probablemente se minimizarán las consecuencias si aparece la enfermedad", sentencia el doctor Paulino.