Observar o huir: las dos estrategias del cerebro ante emociones desagradables

Archivo - Mujer con mascarilla mira con miedo por la ventana.
Archivo - Mujer con mascarilla mira con miedo por la ventana. - MARIOGUTI - Archivo
Publicado: jueves, 17 junio 2021 15:38

MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las personas aplican dos estrategias diferentes ante estímulos desagradables como imágenes de mutilaciones o ataques de humanos y de animales: prestan más atención quedándose a observar (orientación) el suceso o, por el contrario, optan por huir (defensa), según los resultados de una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) junto a la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) que se ha publicado en la revista 'Psychophysiology'.

Estas dos estrategias se habían observado anteriormente en modelos animales de ansiedad pero, por primera vez, "este estudio demuestra cómo actúan las regiones sensoriales y motoras del cerebro de individuos humanos sanos ante imágenes desagradables", destaca Javier de Echegaray, doctorando del Departamento de Psicología Experimental de la UCM.

El doctor Stephan Moratti, que lidera este proyecto, pone un ejemplo: "Imaginemos un accidente. Cuando optamos por quedarnos a observar mejor lo que está sucediendo, aumenta la actividad cerebral en las áreas visuales del cerebro y se inhiben las que preparan las respuestas motoras, por eso no nos movemos del sitio.

En el caso contrario, cuando queremos salir huyendo de la escena, nuestro cerebro "se defiende": se suprime el procesamiento visual y se activa la corteza motora para "salir pitando" de allí.

Además del cerebro, en el estudio se han registrado otros cambios corporales como la frecuencia cardíaca durante la visualización de imágenes emocionales. La desaceleración de la frecuencia ha coincidido con la inhibición motora (quedarse a observar) y la aceleración con la activación motora (huir).

Para llevar a cabo el estudio, se ha medido la actividad cerebral de participantes sanos con magnetoencefalografía en el Laboratorio de Neurociencia Cognitiva del Centro de Tecnologías Biomédicas, un laboratorio conjunto entre la UCM y la UPM. Para el registro de los cambios de frecuencia cardíaca se utilizó un electrocardiograma.

A los individuos les presentaron imágenes emocionales de carácter neutral o desagradables tomadas de una base de datos de imágenes emocionales estandarizadas (International Affective Picture System).

Mediante la aplicación de algoritmos matemáticos avanzados localizaron la actividad cerebral evocada por estas imágenes desagradables y neutrales en la corteza visual y parietal. Además, los cambios de las oscilaciones nerviosas rítmicas en la corteza motora se cuantificaron en el dominio de la frecuencia.

Por último, se analizó estadísticamente cómo los cambios de la frecuencia cardíaca de orientación (desaceleración) y defensa (aceleración) predijeron cambios de actividad en la corteza visual-parietal y motora.

En anteriores ocasiones, este grupo de investigación ha estudiado los cambios patológicos del procesamiento emocional en áreas sensoriales del cerebro en pacientes deprimidos. En estos estudios anteriores siempre se han cuantificado las respuestas al nivel del grupo. Sin embargo, en esta investigación los autores se enfocaron en las respuestas individuales para poder identificar los cambios en la actividad cerebral y cardiaca que reflejan las dos estrategias principales de orientar o huir.

"Estas observaciones establecerán una guía útil sobre cómo cuantificar estos procesos en la ansiedad y la depresión. En el futuro, esto ayudará a desarrollar mejores herramientas de diagnóstico y estrategias de tratamiento orientadas a las personas individualmente", indica Moratti.