Nunca es tarde para aprender a conducir, un idioma nuevo, o incluso a esquiar, ¡pero lo harás mejor así!

Archivo - Un hombre ante una pizarra llena de fórmulas matemáticas.
Archivo - Un hombre ante una pizarra llena de fórmulas matemáticas. - FRANCESCOCH/ISTOCK - Archivo
Publicado: domingo, 11 febrero 2024 7:59

   MADRID, 11 Feb. (EDIZIONES) -

   Para adquirir experiencias nuevas y aprendizajes nuevos nuestro cerebro hace conexiones neuronales nuevas, es lo que se llama 'plasticidad neuronal o sináptica'. Básicamente consiste en la capacidad de las neuronas de establecer conexiones nuevas para ir almacenando en ellas las memorias, experiencias, recuerdos, incluso esas experiencias emocionales que tenemos todos.

   Esta plasticidad la mantenemos toda la vida, tal y como afirma en una entrevista con Infosalus el doctor en Biología y especialista en Neuroeducación David Bueno quien, de hecho, resalta que esta neuroplasticidad neuronal empieza en las últimas semanas de desarrollo fetal, donde adquiere el bebé adquiere los conocimientos del exterior por las vivencias de la madre, especialmente de las de tipo socioemocional, y esto se mantiene toda la vida.

   "Las épocas en las que esa plasticidad es máxima es en la infancia y en la adolescencia, y después ésta va disminuyendo poco a poco, pero lo compensamos muy bien porque tenemos mucha experiencia", precisa este experto, también profesor e investigador de la sección de Genética Biomédica, Evolutiva, y del Desarrollo de la Universitat de Barcelona.

   Así, indica que el cerebro, cuando vivimos una experiencia nueva o tenemos un aprendizaje nuevo, busca en esas conexiones que ya tiene aquellas que se relacionan con lo nuevo, y ahí añade lo nuevo que aprendemos: "Por tanto, cuantas más experiencias y conocimientos tengamos, más fácil le será incorporar cosas nuevas por ese bagaje previo".

LOS ÚNICOS QUE NO PUEDEN APRENDER MÁS

   Es más, defiende este neurocientífico que "podemos aprender absolutamente durante toda nuestra vida", excepto aquellas personas que cuando son mayores tienen alguna enfermedad neurodegenerativa, donde se pierde esa plasticidad y dejan de poder almacenar recuerdos.

   Sobre las neuronas dice David Bueno que nacemos con aproximadamente el 40-50% de las neuronas que tendremos en edad adulta: "A los 6 años ya las tendremos todas. Y a partir de ahí, prácticamente no hacemos ninguna neurona nueva. Alguna se ha visto, pero no explica la capacidad de aprendizaje, sino que ésta tiene lugar por las conexiones nuevas que se van haciendo constantemente".

   Con ello, insiste este doctor en Biología en que "nunca es tarde para aprender algo nuevo", y remarca que se puede aprender a hacer integrales matemáticas con 70 años, así como a esquiar, o a conducir, o bien un idioma nuevo; si bien será más fácil si previamente te has dedicado a ello: "Si jamás has hecho matemáticas te costará más aprender las integrales. Pero si ya tienes un bagaje en matemáticas porque tienes esas experiencias previas, o a la hora de aprender idiomas nuevos, cuanto más mayor te costará más esfuerzo, pero puedes aprender siempre".

OPTIMIZA EL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO

   David Bueno, en este contexto, aporta una serie de 'fórmulas' o aspectos a tener en cuenta para optimizar ese funcionamiento del cerebro:

1. No dejar de estar mentalmente activos: Por un lado, manteniéndolo ágil, no dejar nunca de experimentar aprendizajes nuevos, de favorecer esas experiencias enriquecedoras como leer libros, visitar museos, viajar a otras culturas y ver cómo viven; todo ello mantiene el cerebro plástico y, por tanto, cualquier actividad mental o intelectual, como hacer sudokus, crucigramas, discutir sobre política o deportes; todo esto mantiene activo el cerebro y plástico.

   2. Tener objetivos y propósitos vitales a medio y largo término facilita unas reacciones metabólicas en el cerebro que promueven esta plasticidad y estos aprendizajes; esto no significa que tengamos que alcanzarlos todos porque no siempre esto es posible; de hecho, hay una frase de la psicología positiva que no le gusta y dice que 'si quieres puedes', cuando afirma que esto no siempre es así y 'a veces quieres y no puedes algo'; por ello, ve importante tener estos propósitos vitales y disfrutar de cada pequeño paso para acercarnos al objetivo, de manera que si no llegamos al final no pasa nada, y nos lo hemos pasado bien por el camino.

DE QUÉ MANERA LAS EMOCIONES Y LA GENÉTIAC INFLUYEN

   Por otro lado, Bueno señala que las emociones hacen que nuestro cerebro gane en eficiencia de aprendizaje, de forma que cualquier experiencia que tenga emociones asociadas, esto el cerebro lo interpreta como 'si hay emociones es que es importante y mejor que lo guarde bien por si acaso'.

   Ahora bien, sí subraya que "se puede aprender sin emociones, pero es menos eficiente", al mismo tiempo que precisa que "no todas las emociones son equivalentes". Según argumenta, algunas generan sensaciones de incomodidad, de ira, de asco, o de miedo; y otras son agradables y generan curiosidad y confianza. "Aprender con un estado emocional que genere incomodidad dificulta el que después queramos continuar aprendiendo; mientras que aprender experiencias con emociones que nos hagan sentir bien, lo que hace es que no sólo aprendas con más eficiencia ahora, sino que mantengas ganas de hacerlo porque te lo pasas bien con los aprendizajes que haces", aclara.

   Sobre la genética este doctor en Biología dice que también tiene su peso a la hora de aprender cosas nuevas: "Tenemos unos 8.000 genes que funcionan en el cerebro y con distintas variantes. Según la variante que tengamos tendremos más predisposición, que no determinismo, a tener más empatía, o más capacidad de memoria, por ejemplo. Una mayor capacidad de raciocinio, o cualquier aspecto mental o cognitivo tiene un trasfondo genético detrás porque hay personas con más facilidad que otras, no esto es un determinismo".

Si alguien genéticamente esté muy predispuesto a la creatividad, pero su ambiente se la mutila, por muy buena predisposición que tenga esta persona jamás será creativa, tal y como asevera Bueno. En cambio, si alguien tiene poca predisposición genética, pero el entorno le estimula, esta persona dice que terminará teniendo más creatividad. "Es resultado de una combinación, por tanto, entre el ambiente y la genética", afianza este experto.

   En el libro habla también de la 'mentalidad de crecimiento' y de 'la mentalidad fija': "La de crecimiento son aquellas personas que pensamos que siempre se puede aprender alguna cosa nueva, y esto se relaciona con personas más optimistas, con más capacidad de buscar sus capacidades intrínsecas, y una mayor facilidad para buscar nuevos retos y conseguirlos".

   Mientras, sostiene que las de mentalidad fija son aquellas que creen que ya han llegado a su límite y no pueden incrementar sus habilidades y talentos. "Se ha visto que son más pesimistas, que les cuesta más encontrar sus motivaciones y esto genera personalidades diferentes", aclara.

   Por eso, este doctor en Biología subraya que, si una persona de mentalidad fija toma como modelo a las personas de mentalidad de crecimiento puede transformarse y pasar un poco a tener mentalidad de crecimiento, con todo lo bueno que conlleva a nivel psicológico, porque tiene curiosidad y le gusta afrontar cosas nuevas.