Nueva vía para detectar intrusos en los gánglios linfáticos

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Foto: WIKIMEDIA COMMONS
Actualizado: martes, 12 mayo 2015 10:15

MADRID, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Científicos australianos han descubierto una nueva población de células inmunes de memoria, arrojando luz sobre lo que hace el cuerpo cuando ve un microbio por segunda vez. Esta visión y otras similares permitirán desarrollar vacunas más específicas y eficaces.

   Dos de los jugadores clave en nuestro sistema inmunológico son los glóbulos blancos conocidos como células T y células B. Las células B producen anticuerpos y las células T ayudan a las B a producir anticuerpos o matar los microbios invasores. Las células B y células T asesinas son conocidas por dejar atrás células de "memoria" para patrullar el cuerpo después de haber sido sometidas una infección.

   Las recién identificadas "células de memoria folicular T" están relacionadas con las células T ayudantes, pero a diferencia de la circulación de las células B y T, se posicionan cerca de la entrada de los ganglios linfáticos, en particular los que son sitios potenciales de reingreso de microbios.

   Los seres humanos han evolucionado de manera sorprendente para hacer frente a la infección. Cuando un microbio que contiene antígenos (partes del microbio que desencadenan la respuesta inmune) penetra en la piel, rápidamente se transfiere a nuestros ganglios linfáticos, que se intercalan en todo nuestro cuerpo.

   Los ganglios linfáticos son estructuras especialmente diseñadas para atrapar los microbios y fabricar los anticuerpos necesarios para neutralizarlos. Contienen zonas claramente delimitadas, pobladas por diferentes tipos de células del sistema inmune, realizando tareas especializadas.

   Cuando un microbio llega al ganglio linfático, es atrapado por las células inmunes centinela, llamadas macrófagos del seno subcapsular. Esto pone en marcha una reacción en cadena que resulta en la formación de un centro germinal, del que se producen las células fabricantes de anticuerpos.

   Antes de que esto suceda, las células B tienen que ser capaces de percibir el microbio y luego pasar una serie de filtros de control de calidad para asegurar que sólo se seleccionen aquellas células que mejor pueden hacer anticuerpos neutralizantes.

   Un subconjunto de células T ayudantes, conocidas como células foliculares T ayudantes (TFH, por sus siglas en inglés), es crítico para la respuesta de anticuerpos, ya que ayudan a las células B a navegar a través de estos filtros de control de calidad. Este proceso, desde la llegada de un microbio hasta la creación de anticuerpos potentes, se conoce como la respuesta de anticuerpos primaria y ya está bien estudiada y descrita.

   El nuevo estudio, del que se informa en un artículo que se publica en 'Immunity', examina la respuesta de anticuerpos secundaria, cuando el cuerpo se encuentra al lado del mismo invasor. Los doctores Tri Phan, Tatyana Chtanova, Dan Suan, Akira Nguyen e Imogen Moran, del Instituto Garvan de Investigación Médica de Sydney, Australia, demostraron que las células TFH se comportan de manera muy diferente en las respuestas primarias y secundarias.

   Durante la respuesta primaria, están confinadas en el centro germinal, mientras durante la respuesta secundaria son libres para salir del centro germinal y "navegar por el sistema linfático" en busca de células B de memoria que activar. Los investigadores registraron las respuestas inmunitarias primarias y secundarias en ratones mediante el uso de un láser para etiquetar las células profundas dentro del nodo linfático y luego seguirlas con un microscopio especial que se puede utilizar en animales vivos.

   "Lo que vimos en la respuesta secundaria realmente nos sorprendió --relata Tri Phan--. Las células de memoria no provenían de la sangre, como se esperaba. Ya estaban en el ganglio linfático y sólo en el ganglio linfático más cercano al sitio original de la infección. Esto es importante porque, hasta ahora, se ha pensado que la memoria la proporcionan las células circulantes".

   "Además de las células de memoria que están patrullando en la circulación, se muestra que el sistema inmune también deja una comandancia de células de memoria --las células T de memoria foliculares-- estratégicamente situada a la entrada de los ganglios linfáticos para detectar el regreso del microbio que le interesa en particular".