Una nueva hormona podría ser útil para fortalecer los huesos

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Publicado: viernes, 12 julio 2024 7:47

MADRID 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

Una hormona recién descubierta que mantiene fuertes los huesos de las mujeres que amamantan también podría ayudar a curar fracturas óseas y tratar la osteoporosis en la población en general. Investigadores de la Universidad de California en San Francisco y la Universidad de California en Davis (Estados Unidos) demostraron que en ratones, que esta hormona conocida como hormona cerebral materna (CCN3) aumenta la densidad y la fuerza de los huesos.

Sus resultados, publicados en 'Nature', resuelven un viejo enigma sobre cómo los huesos de las mujeres se mantienen relativamente robustos durante la lactancia, incluso cuando se elimina el calcio de los huesos para apoyar la producción de leche.

"Uno de los aspectos más destacables de estos hallazgos es que si no hubiéramos estudiado ratones hembra, lo que desafortunadamente es la norma en la investigación biomédica, podríamos haber pasado por alto este hallazgo", destaca Holly Ingraham, autora principal del nuevo artículo y profesora de farmacología molecular celular en la UCSF. "Esto pone de relieve lo importante que es observar tanto a animales machos como hembras a lo largo de su vida para comprender completamente su biología".

El laboratorio de Ingraham había descubierto anteriormente que en ratones hembra, pero no en ratones macho, el bloqueo de un receptor de estrógeno particular que se encuentra en neuronas seleccionadas en una pequeña zona del cerebro conducía a enormes aumentos de la masa ósea. Sospechaban que una hormona en la sangre era responsable de los huesos superfuertes, pero, en ese momento, no pudieron encontrarla, una búsqueda que se prolongó aún más durante la pandemia mundial.

En el nuevo trabajo, Ingraham y sus colaboradores llevaron a cabo una búsqueda exhaustiva de esta hormona que contribuye a la formación de los huesos y finalmente identificaron a CCN3 como el factor responsable en las hembras mutantes. Inicialmente, el equipo se sorprendió por este resultado, ya que CCN3 no se ajustaba al perfil típico de una hormona secretada por las neuronas.

Sus dudas se desvanecieron después de que encontraron CCN3 en la misma región cerebral en ratones hembra lactantes. Sin la producción de CCN3 en estas neuronas seleccionadas, los ratones hembra lactantes perdieron rápidamente masa ósea y sus crías comenzaron a perder peso, lo que confirma la importancia de la hormona para mantener la salud ósea durante la lactancia. Basándose en este descubrimiento, ahora se refieren a CCN3 como Hormona Cerebral Materna (HCM).

Cuando se implementaron estrategias para aumentar la CCN3 circulante en ratones adultos jóvenes y mayores, tanto hembras como machos, su masa ósea y su fuerza aumentaron drásticamente en el transcurso de semanas. En algunos ratones hembra que carecían de estrógeno o eran muy viejos, la CCN3 pudo duplicar la masa ósea.

Cuando el colaborador científico de Ingraham, Thomas Ambrosi de UC Davis, probó estos huesos, se sorprendió por su resistencia. "Hay algunas situaciones en las que los huesos altamente mineralizados no son mejores; pueden ser más débiles y, de hecho, romperse con más facilidad", clarifica. "Pero cuando probamos estos huesos, resultaron ser mucho más fuertes de lo habitual". De esta forma, Ambrosi examinó de cerca las células madre dentro de los huesos que son responsables de generar hueso nuevo y descubrió que cuando estas células estaban expuestas a CCN3, eran mucho más propensas a generar nuevas células óseas.

Para probar la capacidad de la hormona para ayudar a la curación de los huesos, los investigadores crearon un parche de hidrogel que se podía aplicar directamente en el lugar de una fractura ósea, donde liberaba lentamente CCN3 durante dos semanas. En los ratones de edad avanzada, las fracturas óseas no suelen curarse bien. Sin embargo, el parche de CCN3 estimuló la formación de hueso nuevo en el lugar de la fractura, lo que contribuyó a la curación juvenil de la fractura.

"Nunca hemos podido lograr este tipo de mineralización y curación con ninguna otra estrategia", afirma Ambrosi. "Estamos muy entusiasmados por seguir con este método y potencialmente aplicar CCN3 en el contexto de otros problemas, como la regeneración del cartílago".

Los investigadores planean realizar estudios futuros sobre los mecanismos moleculares de CCN3, sus niveles en mujeres lactantes, así como el potencial de la hormona para tratar una variedad de afecciones óseas.

La doctora Muriel Babey, coautora principal y médica científica asesora de la División de Endocrinología de la UCSF, está ansiosa por comenzar a investigar cómo afecta el CCN3 al metabolismo óseo en situaciones de enfermedades clínicamente relevantes. En colaboración con el programa Catalyst de la UCSF, William Krause, científico sénior y codirector de este proyecto, comenzará a traducir estos nuevos resultados.

"La pérdida ósea no sólo se produce en mujeres posmenopáusicas, sino que también suele darse en supervivientes de cáncer de mama que toman determinados bloqueadores hormonales, en deportistas de élite jóvenes y muy entrenadas, y en hombres mayores cuya tasa de supervivencia relativa es inferior a la de las mujeres tras una fractura de cadera", afirmó Ingraham. "Sería increíblemente emocionante si el CCN3 pudiera aumentar la masa ósea en todos estos escenarios".