Hay varias plantas que se ha demostrado que matan al parásito, otras son tóxicas para el mosquito que la transmite y podrían ser usadas como insecticidas
MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida (UMB, por sus siglas en inglés), en Oslo, están estudiando y probando extractos de plantas usadas en la medicina tradicional africana para luchar contra la malaria para encontrar suplementos y sustitutos de los fármacos convencionales. Estas plantas podrían tener efecto sobre el parásito de la malaria y el mosquito que la expande.
El parásito de la malaria ha desarrollado, de forma gradual, resistencias a los fármacos más utilizados. Además, varias especies de mosquito que albergan y trasmiten el parásito se han convertido en resistentes a los insecticidas, circunstancia que dificulta su eliminación en las áreas más pobladas.
Según la investigadora de la UMB Torunn Stangeland, líder de este proyecto de investigación junto a Hans Overgaard, "hay varias plantas que se ha demostrado que matan al parásito de la malaria". "Otras plantas son tóxicas para el mosquito que transmite esta enfermedad y podrían, quizá, ser usadas como insecticidas", apunta.
Este proyecto piloto, titulado 'El control de la malaria con el uso de extractos de planta', estudia plantas cuya eficacia nunca ha sido probada y tampoco se sabe si podrían tener efectos secundarios en humanos.
Los investigadores noruegos han comenzado probando la efectividad de extractos de planta seleccionados contra el parásito de la malaria y el mosquito. El próximo paso será comprobar sus potenciales toxinas para asegurarse de que las plantas son seguras para su uso. A pesar de que estos ensayos parecen prometedores, todavía habrá que esperar para conocer los primeros resultados.
Estos científicos estudiarán también si existen efectos sinérgicos entre los diferentes compuestos de los extractos de planta. Podría ser más difícil para el parásito y el mosquito desarrollar resistencias un fármaco o a insecticidas en los que se emplee la planta entera, debido a los diferentes compuestos químicos, que están presentes en diferentes niveles de concentración.
EL AJENJO DULCE Y EL ARBOL DE LA QUINA
Stangeland dice que "el hecho de que tanto la planta del ajenjo dulce ('Artemisia annua') como la corteza del árbol de la quina hayan sido utilizadas durante siglos contra la malaria --y el parásito ya había generado resistencias-- indica que existe un respaldo para esta teoría".
"Si encontramos plantas que prueban la efectividad contra la malaria, esperamos que las autoridades africanas y los países puedan registrar las medicinas probadas y producirlas ellos mismos", comenta, añadiendo que una medicina africana de hierbas podría ser un suplemento vital para las costosas medicinas importadas, incluso podría reemplazarlas, lo que sería beneficioso para impulsar su industria.
Cada año, 300 millones de personas contraen malaria y cada año, esta enfermedad mata a un millón de personas, en su mayoría niños menores de cinco. Las embarazadas son también un colectivo altamente vulnerable a esta enfermedad causada por el parásito 'Plasmodium falciparum', transmitida a los humanos el mosquito Anopheles.