No hagas caso: los mocos de los niños (ni de nadie) no bajan al pecho

Madre limpiando la nariz a su bebé.
Madre limpiando la nariz a su bebé. - ISTOCK
Publicado: viernes, 5 enero 2024 8:29

   MADRID, 5 Ene. (EDIZIONES) -

   Otro mito muy importante que hay que desterrar en torno a la crianza de los menores es que cuando están acatarrados hay que permanecer vigilantes porque estos les pueden bajar al pecho y complicarse la infección.

   Según nos explica en una entrevista con Infosalus la pediatra Marta Garín, quien ha publicado recientemente con La Esfera de los Libros 'Cierra la boquita que te vas a resfriar y otros mitos absurdos de la crianza', producción mucosa hay a muchos niveles, hay en la boca, en el oído a nivel de la garganta, o bronquial, y esto es distinto de que haya bronquitis.

   "Los mocos no migran y bajan al pecho. Sino que siempre han estado ahí. En un catarro pueden volverse más abundantes, igual que ha sucedido al inicio del proceso en la nariz. Son momentos distintos de catarro en el que, normalmente, empiezas con un dolor de garganta, luego vienen los mocos en la nariz, y después a nivel bronquial que hacen que al toser se expectore la tos productiva. Esto es diferente de una bronquitis. Tener moco en el pecho es una fase más del proceso catarral, y una bronquitis, una inflamación del bronquio", agrega.

   De hecho, sostiene que los mocos acabarán también estando en el pecho, no porque el catarro evolucione mal, sino simplemente porque siempre estuvieron ahí cumpliendo su función defensiva, y ahora se han vuelto más abundantes como respuesta defensiva a la infección. "Los mocos no se bajan al pecho sino que ya vivían ahí y es normal que aumenten en los catarros", subraya esta experta.

CREAR INMUNIDAD

   Así, recuerda que lo normal en un niño que se expone a la flora de una escuela infantil es que tenga mocos desde septiembre hasta primavera-verano, un periodo que, según destaca, crea su propia inmunidad.

   "Todos tenemos una inmunidad innata para poder defendernos. Pero ésta es un ejército muy poco profesionalizado. Luego, a medida que te vas enfrentando, por ejemplo, en la escuela infantil, este 'ejército' se profesionaliza, es capaz de reconocer bichos, y los cuadros no duran tanto. Las primeras luchas son más largas", remarca la pediatra.

   Con ello, rechaza la idea de que los niños tengan problemas de defensas porque en invierno siempre estén enfermos: "Si tuviera un problema de defensas estaría ingresado cada vez que enferma".

¿QUÉ HACER SI TIENE MOCOS?

   Esta pediatra sostiene que, si el niño tiene mocos, probablemente apenas haya que hacer nada, más allá de intentar mantener una buena hidratación, lavados nasales para ayudarle a eliminar el moco de la nariz, o no aspirar porque se puede hacer daño en el oído medio.

   Y luego también recurrir a fisioterapia respiratoria es otro de sus consejos porque estos especialistas, según defiende la doctora Garín, ayudan mucho en estos procesos catarrales con moco, y pueden hacer nebulizaciones con suero fisiológico, o por ejemplo ayudar a los menores a expectorar.

   "Jarabes ninguno. Para los mocos hay mil, pero ninguno con eficacia importante, y de hecho los ensayos clínicos dicen que jamás deberían emplearse en menores de dos años por efectos adversos, y tampoco en menores de 7 por la falta de evidencia. No sirven para nada. No hay que medicalizar un proceso que es normal. Sí se le puede ayudar al niño a estar más confortable. Pero no hay que olvidar que el niño se curará solo", insiste esta pediatra.

CUÁNDO ACUDIR AL PEDIATRA POR MOCOS

Por mocos en general no se debe acudir al pediatra, tal y como afirma, sino por los problemas que puedan ir asociados, como la fiebre superior a 40 grados, o si el niño respira con sensación de agitación, de jadeo; o bien si tiene mal estado general entre picos de fiebre, con quejidos. "Pero si tengo un niño feliz con mocos colgando está mejor en su casa, no hay que intervenir", agrega.

   Rechaza, en última instancia, la creencia de que los mocos verdes implican la toma de antibiótico, recordando que los mocos verdes son los más viejos, los primeros son más claros, y después el moco se va espesando. "Todo está relacionado con la degradación enzimática, y al final son verdosos y espesos, pero no necesitan nada diferente al inicio del catarro", concluye la doctora.