MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación dirigida por científicos del Instituto de Inmunología de La Jolla (LJI), en Estados Unidos, y la Universidad de Liverpool, en Reino Unido, podría explicar por qué muchos pacientes con cáncer no responden a las inmunoterapias contra el cáncer PD-1, también llamadas inhibidores de puntos de control.
El equipo informa, en un estudio publicado en la revista 'Nature Immunology', de que estos pacientes pueden tener tumores con un elevado número de células T foliculares reguladoras (Tfr).
En una persona sana, las células Tfr realizan la importante labor de impedir que los linfocitos T descontrolados y los autoanticuerpos ataquen los propios tejidos del organismo. Pero en un paciente con cáncer, las células Tfr reducen drásticamente la capacidad del organismo para eliminar las células cancerosas.
Las inmunoterapias contra el cáncer con PD-1 aumentan las células T del cuerpo que combaten el cáncer, pero en muchos pacientes, las células Tfr supresivas detienen el progreso.
Con este nuevo conocimiento de lo que ocurre en el interior de los tumores, los investigadores creen que tratar primero a estos pacientes con fármacos para eliminar las células Tfr puede preparar al organismo para responder a posteriores terapias anti-PD-1 y aumentar la supervivencia global.
"Nuestros datos empiezan a señalar el camino hacia la forma en que podríamos mejorar los tratamientos contra el cáncer", afirma el codirector del estudio, el doctor Christian H. Ottensmeier, profesor de la Universidad de Liverpool y profesor adjunto del LJI.
Las inmunoterapias contra el cáncer PD-1 funcionan impulsando la capacidad del cuerpo para producir más células T dirigidas al cáncer. El profesor del LJI Pandurangan Vijayanand, que fue coautor del nuevo estudio, compara las terapias anti-PD-1 con poner el pie en el acelerador de la respuesta inmunitaria del organismo.
Desgraciadamente, no todos los pacientes responden a estas inmunoterapias, y los científicos han descubierto que el tratamiento anti-PD-1 puede en realidad conducir a peores resultados en un pequeño grupo de personas. El nuevo estudio sugiere que las células Tfr pueden ser las culpables del fracaso de las terapias anti-PD-1 en algunos pacientes.
Las células Tfr fueron descritas por los científicos hace sólo unos 10 años. En ese tiempo, los investigadores descubrieron que estas células ayudan a controlar la fuerza de las respuestas de las células B del cuerpo. No se sabía nada sobre su papel en los cánceres.
Para el nuevo estudio, los investigadores analizaron muestras de tumores humanos de seis tipos de cáncer diferentes: cáncer de hígado, melanoma, cáncer colorrectal, cáncer de pulmón de células no pequeñas, cáncer de cabeza y cuello y cáncer de mama. El equipo utilizó la tecnología de secuenciación de ARN unicelular para detectar la presencia de células Tfr en estos tumores.
Los investigadores descubrieron que los tumores resistentes a las terapias anti-PD-1 también tienen un elevado número de células Tfr. "Las células Tfr son mucho más supresivas que las células reguladoras T normales, y permanecen más tiempo en los tejidos tumorales", dice el doctor Simon Eschweiler, instructor del LJI, que fue el primer autor del estudio.
Por si fuera poco, las células Tfr se activan con las terapias anti-PD-1. "Cuando se tiene una gran cantidad de estas células supresoras, la terapia anti-PD-1 puede ser perjudicial", señala Vijayanand. El sistema inmunológico no está recibiendo el impulso que se supone que debe obtener del tratamiento.
Pero los científicos disponen de herramientas para contrarrestar las células Tfr. Las inmunoterapias contra el cáncer, llamadas tratamientos anti-CTLA-4, pueden agotar la reserva de Tfr del cuerpo. La nueva investigación sugiere que los pacientes con altos números de Tfr pueden beneficiarse de los tratamientos secuenciales, donde los médicos comienzan con la terapia anti-CTLA-4 y luego pasan a la terapia anti-PD-1. Sin embargo, este enfoque debe ser validado en ensayos clínicos.
Un examen más detallado de los casos de melanoma añadió más pruebas de que los tratamientos de inmunoterapia selectivos y secuenciales pueden ser la mejor manera de ayudar a los pacientes con un mayor número de células Tfr en sus tumores.
En un estudio retrospectivo de 271 pacientes con melanoma, los investigadores descubrieron que tratar a los pacientes con una terapia antiCTLA-4, seguida de una anti-PD-1, se asocia con un aumento significativo de la supervivencia global de estos pacientes, en comparación con el tratamiento de los pacientes con anti-PD-1 o antiCTLA-4, o con el uso de los dos tratamientos simultáneamente.
Ottensmeier explica que este tipo de estudio retrospectivo puede estar sesgado debido a los historiales de los pacientes y a los fármacos disponibles en ese momento, pero los hallazgos son una señal importante de que los investigadores están en el camino correcto hacia una mejor forma de ayudar a los pacientes.
Los investigadores tienen previsto realizar un ensayo clínico aleatorizado en el que puedan eliminar las células Tfr de los pacientes con cáncer antes de administrar la terapia PD-1. Los investigadores advierten que la despoblación de estas células podría provocar efectos secundarios si también se eliminan otros tipos de células T reguladoras.
"Si se eliminan estas células en todas partes, se podría eliminar el bloqueo inmunológico que es realmente necesario para nuestro bienestar", señala Ottensmeier. "Estamos pensando en otras formas de eliminar esta población, fuera de las terapias antiCTLA-4, y estamos colaborando con Cancer Research UK para desarrollar terapias dirigidas a estos tipos de células", añade Vijayanand.
Los investigadores también están trabajando en el desarrollo de un biomarcador que pueda funcionar como un test para indicar a los médicos cuántas de estas células Tfr están presentes en un determinado tumor.