MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
La morfología de los espermatozoides se deteriora con la edad, reduciendo su fertilidad y, tal y como se viene observando en los últimos 30 años, este deterioro afecta cada vez más a hombres de cualquier edad, según el estudio 'Sperm morphology: What implications on the assisted reproductive outcomes?', realizado por un equipo de investigadores italianos.
En la investigación, se evalúan los resultados de fecundación de los óvulos por la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) de 1.332 pacientes, e implicando 4.507 óvulos fecundados por esta técnica. Al respecto, los doctores y directores de la clínica de fecundación MARGen de Granada, Jan Tesarik y Raquel Mendoza Tesarik, comentan que el aspecto más importante del estudio italiano es que el problema paterno se refleja en la calidad de los embriones y su capacidad de dar origen al nacimiento de niños sanos, y no se resuelve por una simple selección de espermatozoides morfológicamente normales.
"Los espermatozoides morfológicamente normales provenientes de hombres con una abrumadora prevalencia de espermatozoides anormales no tienen la misma calidad que los espermatozoides de la misma morfología provenientes de hombres sin problemas", han explicado.
Así, argumentan que los mismos factores que causan las anomalías de los espermatozoides actúan sobre el conjunto de todos los espermatozoides y, de esta manera, incluso aquellos espermatozoides que parecen normales están ya "tocados" y algunas de sus funciones pueden "estar perturbadas".
Así, según estos doctores, la ICSI por sí misma, "aunque ayude", no soluciona todos los problemas provenientes de la calidad de los espermatozoides; esto es, la simple selección de los espermatozoides "aparentemente normales" durante la ICSI no resuelve el problema por completo, por lo que recomiendan una solución personalizada de cada caso, con tratamientos 'ad hoc' a los hombres afectados antes de empezar la preparación de la pareja para la ICSI.
En este sentido, recuerdan que los espermatozoides no sirven solo para transportar la información genética paterna al interior de los óvulos, completando así la información genética materna y creando el ADN del futuro niño, pues también participan en la activación del crecimiento del embrión y en la regulación de las divisiones celulares durante el desarrollo embrionario.
Por un lado, los expertos señalan que la activación del crecimiento del embrión es una función es "completamente independiente" del ADN de los espermatozoides y reside en una molécula de enzima extranuclear, la fosfolipasa C zeta. Un óvulo es una célula "durmiente" y, para despertarla, la entrada del ADN paterno no es suficiente. La ausencia total de la enzima fosfolipasa C zeta provoca un fallo total de la fecundación, y su insuficiencia, aunque compatible con la fecundación, es responsable de anomalías graves del desarrollo embrionario.
Por otro lado, las divisiones celulares, necesarias para el crecimiento del embrión, son dependientes de un componente aportado por el espermatozoide, el centriolo, que sirve de base para la formación del aparato responsable de regular la división correcta de cromosomas durante toda la vida del futuro embrión, feto y niño. El centriolo está ausente en los óvulos, por lo cual el centriolo, proveniente del espermatozoide fecundante, tiene una función imprescindible para todo el desarrollo posterior.