Lo sufren uno de cada 1.000 recién nacidos, según la OMS
MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
Más de la mitad de las hipoacusias severas o profundas diagnosticadas en la infancia, las cuales afectan a uno de cada 1.000 recién nacidos, "pueden atribuirse a una causa genética", según ha advertido el director de la Unidad de la Voz y otorrinolaringología de Vithas Internacional, Bartolomé Scola.
Asimismo, el diagnóstico de la hipoacusia (dismunición de la capacidad auditiva)cuando es severa o profunda, no se debe "demorar más allá del primer mes de vida" así como hay que "disponer de la confirmación diagnóstica en el tercer mes para asegurar que los niños reciban el tratamiento adecuado antes de los seis meses", según el doctor.
La razón de este intervalo reside en que "el principal objetivo es lograr la adquisición del lenguaje hablado y el máximo desarrollo de los niños con un déficit auditivo a todos los niveles: personal, cognitivo, educativo y social", ya que "el potencial discapacitante y minusvalidante de esta enfermedad se atenúa, en gran medida, con la precocidad con que se llegue al diagnóstico y se inicie el tratamiento y rehabilitación oportunos", ha señalado Scola.
En este sentido, si el diagnóstico llega tardío (después de los 12 meses), las consecuencias "pueden ser graves", según ha explicado el doctor. Entre ellas destaca las restricciones que se provocan en el desarrollo de la comunicación oral y la dificultad en el aprendizaje lector.
Estas dos impiden que el pensamiento pueda expresarse, y dará el resultado "será la desigualdad socio-educativo-cultural y el aislamiento social", ha declarado Scola.
SIN TRATAMIENTO
Aunque hoy en día no existe un tratamiento curativo de las hipoacusias neurosensoriales, como apunta el doctor "se pueden aplicar medios de tratamiento que, de forma paliativa, son capaces de promover la percepción auditiva y hacer que cambie radicalmente la evolución natural que seguiría el niño sin tratamiento alguno".
Los sistemas empleados son los audífonos y los implantes cocleares, y "la elección de uno u otro dependerá de la intensidad de la hipoacusia, de forma que el implante coclear está indicado en hipoacusias profundas bilaterales, no paliadas eficazmente con audífonos".
El restablecimiento de la audición mediante la adaptación de los audífonos debe efectuarse lo más tempranamente posible por su influencia en la normal evolución del lenguaje.
En cuanto al implante coclear, deberá llevarse a cabo durante el primer año de vida: "cuando el implante se lleva a cabo tempranamente los niños son capaces de reconocer y comprender la palabra hablada en un contexto abierto sin el apoyo visual de la lectura labial o de la gestualidad y obtener un mayor desarrollo del lenguaje hablado", señala el especialista.